No resulta nada digno ni debe ser motivo de jactancia o vanidad la ola de falsas noticias, montajes y comentarios ofensivos que se está viendo en el presente debate electoral en el Huila.
Si bien la política siempre ha despertado pasiones al moverse intereses de todo orden, la desinformación es un juego sucio, al que no se le puede dar cabida ni aplaudir.
Por eso, es importante que desde las propias campañas políticas en cabeza de sus candidatos no se promuevan este tipo de acciones que aumenta la pugnacidad a escasas semanas de las elecciones legislativas.
Los montajes que se han visto durante los últimos días en contra de los candidatos a la Cámara de Representantes Julio César Triana y Víctor Andrés Tovar merecen el repudio de la sociedad huilense.
Las falsas noticias para afectar a una campaña no sólo ensombrece el debate electoral sino que deja mucho que pensar de quienes acuden a ellas para buscar influir en el electorado.
Tristemente, estamos ante una práctica perversa que con el auge de Facebook, Twitter, Instagram, WhatsApp y otras redes sociales y de mensajería ha tomado vuelo durante las últimas contiendas políticas. Hemos visto cómo en ocasiones se han puesto en marcha las famosas ‘bodegas’, que no es otra cosa que un grupo de personas lanzando comentarios ofensivos desde perfiles falsos o haciendo montajes.
Aunque siempre se ha negado su existencia, estas ‘bodegas’ en el Huila han existido. Increíblemente, algunos gobernantes y políticos de la región han echado mano de ellas no sólo para atacar sino para crear una falsa sensación de que la ciudadanía los adora. Ojalá, algún día pudiéramos conocer los nombres de estos líderes que se han dedicado a financiar con recursos públicos perfiles falsos.
Es clave que la ciudadanía no le haga caso a esta ola de ‘fake news’ y acuda a los medios de comunicación formales, serios y de trayectoria para a la hora de informarse.