Mientras las amenazas a excombatientes no están en cuarentena, sus apuestas productivas operan a media marcha debido a la pandemia.
Lucía Sánchez
Los proyectos productivos que lideran los excombatientes de las Farc en Huila tampoco han escapado a los efectos del confinamiento nacional. Aunado a esto, los reincorporados tienen que lidiar con otra pandemia, las amenazas que no han entrado en cuarentena.
“La pandemia ha limitado administrativamente las ayudas que varios excombatientes esperaban para fortalecer sus unidades productivas, lo que genera dificultades en sus ingresos económicos para subsistir”, aseguró Diego Tello, asesor de la Oficina de Paz y Derechos Humanos en Huila.
Advirtió además que, se siguen presentando amenazas y desplazamientos de excombatientes principalmente en Algeciras, donde las intimidaciones no han parado, e incluso algunos no denuncian argumentando que el confinamiento los hace mucho más vulnerables a los grupos ilegales que hacen presencia en la zona.
Por su parte, Casika Tahualpa, directora del Enlace Territorial de Reincorporación en el Huila, afirmó que en el departamento hay 500 excombatientes, quienes en su mayoría, a raíz del confinamiento por la pandemia, han tenido que parar sus proyectos colectivos e individuales lo cual ha impactado en su economía.
“Algunos tenían juguerías, restaurantes, ventas de comidas rápidas y por la emergencia tuvieron que cerrar. También se han afectado las asociaciones y cooperativas de comercialización de productos porque no han podido trabajar a buen ritmo”, comentó.
También afirmó que “la paz está siendo una víctima más de la pandemia, la inseguridad no ha cesado, las amenazas y desplazamientos siguen, sólo en Algeciras tenemos más de 10 desplazados en los últimos meses”.
Apuestas productivas, a media marcha
Café Paz
“A algunos de nuestros asociados se les está cayendo el café, no hay suficientes recolectores por las medidas restrictivas de movilidad, lo que está afectando nuestra cooperativa”, afirmó Miguel*, representante de la Cooperativa Café Paz en Algeciras, que se encarga de la producción y comercialización de café especial.
Además de las medidas que restringen la movilización, la cooperativa conformada por 34 asociados 19 en proceso de reincorporación, ha tenido que lidiar con retrasos en las entregas a las dos empresas exportadoras con las que tienen compromiso comercial, “nos toca es tener paciencia y trabajar a media marcha, estamos sintiendo fuertemente los impactos de la pandemia”, complementó Miguel.
Cooagropaz
La Cooperativa Multiactiva Agropecuaria por la Paz (Cooagropaz) en Neiva, conformada hace dos años por 74 exguerrilleros y la cual congrega a más de 600 asociados, tampoco ha escapado de los efectos económicos del confinamiento nacional. “Estamos desarrollando varios proyectos productivos dentro de los que se encuentran un proyecto de ganadería, uno piscícola y otro que es un centro de acopio de productos agrícolas, pero a raíz de la cuarentena se han parado trámites administrativos y ayudas que no nos permiten seguir con el ritmo que veníamos; hemos tenido dificultades con la implementación de los proyectos”, contó Víctor Hugo Silva Sotto, representante legal.
La necesidad de reinventarse ha llevado a Coograpaz a participar, a través de domicilios, de mercados campesinos con la fundación Ultrahuilca. “De esta manera estamos ayudando a los campesinos asociados de diversos municipios, para que puedan comercializar sus productos sin poner en riesgo su salud e ingresos”, precisó Silva Soto.
Asopropaz
La Asociación de Productores y Comerciantes, Semillas de Paz, Asopropaz, dedicada a la comercialización de huevos campesinos, ubicada a escasos minutos del casco urbano de Algeciras, es otra iniciativa de excombatientes de las Farc y víctimas, que también ha tenido que reinventarse desde la llegada de la pandemia por el covid-19.
“Antes entregábamos pedidos en el caso urbano, en el área rural y hasta despachábamos algunas veces para Neiva, ahora la gente llega por flanes directamente del galpón. Además, nos tocó subir precios porque la purina y demás alimentos están más caros”, comentó Argely Sánchez, integrante de la asociación.
Actualmente la Asociación solo tiene trabajando cuatro personas y las ventas rondan los 15 flanes de huevos al día, obtenidos de 550 gallinas productivas.
Respaldo de la ARN
Andrés Stapper, director de la Agencia para la Reincorporación y la Normalización (ARN), destacó que desde el Gobierno se están realizando todas las gestiones necesarias para garantizar que el impacto de esta coyuntura sea el mínimo posible en los proyectos de los excombatientes. Por ejemplo, resaltó que la asistencia técnica a las iniciativas se ha mantenido a través de medios virtuales o telefónicos y que el acompañamiento a los exguerrilleros ha sido permanente.
Agregó que “estamos en un proceso de coordinación para incluir estos productos en las cadenas de abastecimiento y fomentar más los temas de compra locales. También hemos evaluado cómo estos proyectos pueden servir para el autoabastecimiento de las mismas comunidades, mientras logramos recuperarnos del impacto y conocer cuáles pueden llegar a ser los efectos de esta contingencia”.