La Nación
La plata del posconflicto 1 28 marzo, 2024
EDITORIAL

La plata del posconflicto

Históricamente, la zona rural de la capital huilense estuvo en manos de las Farc, la guerrilla que entregó las armas tras un acuerdo de paz en el gobierno de Juan Manuel Santos. Regiones como San Luis, Vegalarga y Aipecito eran dominadas por integrantes de este extinto grupo ilegalmente armado y ante la ausencia rotunda del Estado, eran ellos quienes imponían las normas.

Tras la firma del acuerdo, lo mínimo que se esperaba era que el Gobierno recobrara el control. O al menos, esa fue la idea que se vendió por parte del entonces presidente Santos. Se anunció que a estas regiones llegarían inversiones sociales y multimillonarios recursos para hacer obras de infraestructura. Se hizo énfasis en la plata del posconflicto. Incluso, se habló que el Huila por ser una región históricamente afectada por el conflicto armado, iría a recibir más recursos. Lamentablemente, los habitantes de estas zonas no sólo se quedaron esperando que se materializaran esos anuncios sino que ahora están bajo el dominio de la delincuencia y el microtráfico de drogas, entre otras problemáticas.

En ese sentido, valientemente, las corregidoras de San Luis y Aipecito han salido a denunciar que sus regiones están asediadas por grupos armados delincuenciales y el tráfico de estupefacientes. Pero pareciera que nadie las ha querido escuchar. Ellas sólo están exigiendo para sus regiones presencia institucional.

Ojalá toda la capacidad del Estado se pusiera al servicio de estas regiones que tras la salida de las Farc, han quedado al garete. Así como lo leen. Tristemente, hay que decirlo que la guerrilla, bajo el imperio del miedo y el terror, hacía sentir a estas comunidades seguras.

Hoy, regiones como San Luis y Aipecito se sienten mucho más abandonadas por el Estado.

 

“Valientemente, las corregidoras de San Luis y Aipecito han salido a denunciar que sus regiones están asediadas por grupos armados delincuenciales y el tráfico de estupefacientes”