A finales del mes pasado, el Ministerio de Salud reportó un caso que con el pasar de los días ha venido generando preocupación entre los neivanos: una joven, de 26 años de edad, fallecida a causa de rabia humana transmitida por su mascota, un gato, que no contaba con vacunación antirrábica.
La mordedura ocurrió el 26 de agosto cuando la joven intentó auxiliarlo dado que el animal estaba con salivación profusa, irritabilidad y había estado perdido por un día. El inicio de síntomas fue el 18 de septiembre. La mujer consultó el 22 de septiembre a los servicios médicos y un día después fue ingresada a UCI, falleciendo el 25 de septiembre.
El análisis del cerebro de la joven confirmó que se trata de rabia silvestre, una variante genética de murciélago hematófago. La hipótesis que manejan los investigadores del Instituto Nacional de Salud es que el gato probablemente cazó al murciélago y así se infectó, por no estar vacunado.
Este episodio llevó a que se tomaran las medidas correspondientes por parte de las autoridades y a que se emprendiera un ambicioso plan para vacunar perros y gatos a lo largo y ancho de la ciudad.
En medio de la noticia de la muerte de la joven se ha desatado, equivocadamente, una aversión hacia los felinos. Ya se han reportado casos de muertes y abandono de gatos en las calles de la ciudad.
Es necesario que la Administración Municipal intensifique las campañas de pedagogía para, por un lado, lograr que la ciudadanía mantenga al día el esquema de vacunación de sus mascotas, y por el otro, detener el aborrecimiento hacia estos animales.
Los médicos veterinarios también están llamados a brindar un gran aporte no sólo en la vigilancia y el control de la rabia animal sino en promover la protección y cariño hacia perros y gatos.