La Nación
La sociedad indolente y el gobierno matón 1 28 marzo, 2024
COLUMNISTAS OPINIÓN

La sociedad indolente y el gobierno matón

Francisco José García Lara

 

Para que la policía reaccionara como lo hizo ante los hechos de la semana pasada se requerían dos cosas: una sociedad indolente y un gobierno matón.

Para recordar casos de abuso y brutalidad policial comencemos por el asesinato y violación de una niña de 9 años en un estación de policía y sigamos con el crimen de mi compañero de universidad, Juan Carlos Tovar Restrepo, ultimado a tiros desde una moto de la institución. En el primero se capturó y condenó al responsable, el segundo sigue en la impunidad.

Ahora, amparados en el nuevo código de policía que se expidió para poner orden a   conductas que provocaban continuos conflictos, los agentes de la institución interpretaron erróneamente que habían quedado facultados para imponer su voluntad, nadie les dijo lo contrario, y aquel que se oponga se le hace un comparendo o se le acusa ante la fiscalía de irrespeto a la autoridad.

La sociedad evidenció el problema, algunos se atrevieron a decirlo en voz baja, otros lo manifestaron públicamente y tuvieron que asumir las consecuencias y el riesgo de quejarse o denunciar, porque con la policía ya sabemos a qué atenernos.

Luego vino la pandemia y entró en pleno funcionamiento el gobierno matón, el antiguo sueño del centro democrático, comenzaron a gobernarnos por decreto, el ejecutivo concentró el poder incluyendo la cooptación del congreso y de las entidades de control, se ordenó entonces repartir bolillo, y en el mejor de los casos imponer comparendos, a todo aquel que osara contrariar las órdenes superiores, de esa manera se sustituyó el estado de derecho que tanto incomoda al partido de gobierno.

No debe sorprendernos lo sucedido con Javier Ordoñez, era de esperarse, una policía todo poderosa en un gobierno permisivo que sigue hablando de manzanas podridas pero da ordenes de perseguir a sus opositores, alcahueteados por una justicia paquidérmica y una sociedad atemorizada e infiltrada por grupos anárquicos, un peligroso coctel que explotó con los resultados conocidos.

Para solucionar todo el desmadre nos proponen reformar la policía pero sin tocar al resto que seguirá en las mismas, es decir, que haremos lo de siempre: modificar algo para garantizar que todo siga igual, así nos echaremos el cuento por unos días y seguiremos como verdaderos idiotas creyendo que somos la democracia más antigua de América.

A veces pareciera que la sociedad despierta y decide cambiar su actitud, pero esa reacción es efímera e ineficiente, no llega a las elecciones, haciendo fácil entender porque seguimos gobernados por una caterva de delincuentes.

garcia.francisco@javeriana.edu.co