La Nación
La verdad es una búsqueda 1 18 abril, 2024
COLUMNISTAS OPINIÓN

La verdad es una búsqueda

Froilán Casas Ortiz

Aristóteles decía de su maestro Platón: “Yo amo mucho a Platón, pero amo más la verdad”. Creo que nadie tiene la verdad plena. La verdad es una búsqueda constante. Quien se cree dueño de la verdad, resulta un fanático, piensa más con el corazón que con la razón. El creerse poseedor de la verdad, se torna pasional y visceral. En la cultura política colombiana, creo que ha habido un pequeño, pero significativo avance: se vota por la persona, no por el partido. Una persona deja su partido cuando el candidato no le convence, eso está bien. Esto significa que el partido debe saber seleccionar a sus candidatos. Los partidos son fuertes en la medida que sepan leer los signos de los tiempos y se actualicen. No se trata de complacer meramente a los clientes, hay que llevarlos a la madurez política, los principios son perennes y sin cambiarlos deben responder a los desafíos de cada momento histórico. De lo contrario se vuelven obsoletos y quedan para mandarlos a un museo. Uno no se debe casar con un partido, se casa con unos principios, con unos programas. Por favor, si los líderes de los partidos se apartan de los principios fundacionales, no los sigan, ellos son los que han perdido el norte, no usted. No idolatre a nadie, no hay sino un solo Dios. Deje de adular, asuma sus propios criterios, tenga carácter, no venda su alma al diablo, no gire un cheque en blanco. En materia de afectos sí que hay “verdad ciega”, la persona apasionada por el otro, pierde el sentido de las proporciones, volviéndose un lacayo de los caprichos y extravagancias de la llamada persona amada. Cuando el amor, en estos términos pierde su horizonte, cae en las más terribles ridiculeces. Por favor, sea crítico, no pierda su identidad, tenga autoestima, usted no es un instrumento del otro. Sienta la alegría de la pasión, pero déjese llevar por la razón. No olvide que el otro tiene defectos, por favor, no es perfecto. Valórese usted, usted también tiene cualidades. No se deje maltratar. No convierta nadie en dios. Ese “perfecto” en el fondo también tiene debilidades. Por favor, sea crítico y tome las distancias con inteligencia. Su hijo no es perfecto, él necesita formarse y también tiene mucho que aprender. Su hijo no es la divina perfección andando, exíjale, que sepa responder a todo lo que usted le ha dado. Padres: no se dejen maltratar de sus  hijos; hijos, respeten a sus padres; no olviden que para exigir, hay que dar. No sea rastrero, mire para arriba; aprenda de los que saben y también saben tener. Sus referentes de comportamiento no deben ser los tristemente célebres; aprenda de las personas exitosas que tienen personalidad, que son personas integrales, que enseñan más con el ejemplo que con las palabras. No se deje llevar por el ruido de los charlatanes; ellos son, mucho ruido y pocas nueces. Las cualidades no se predican, se muestran en la vida; no haga alarde de lo que usted sabe o tiene, el libro Santo nos dice: “Por sus frutos los conocerán”.