FERNANDO POLO/LN
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Nuevamente los habitantes de los municipios de Tello y Baraya protestaron para que los organismos de control los escuchen e intervengan en el contrato de reparación de la vía Neiva-Tello –Baraya. Alegan que además de la demora en los trabajos, se intervino un tramo de 1.300 metros de pavimento que según la comunidad estaba bueno, en cambio dejaron un tramo de más de un kilómetro que está completamente dañado sin intervenir.
Para llamar la atención de los organismos de control, ayer realizaron un plantón, donde con arengas y actos culturales llamaron la atención de los usuarios de la vía para que se unan a la protesta por las demoras e irregularidades en los trabajos.
Según los manifestantes las irregularidades que encontró el Departamento Nacional de Planeación, DNP, en una auditoría que le realizó a esta obra en abril del año pasado no se tuvieron en cuenta. Los trabajos siguieron con una prorroga que se le dio al contratista y a esta fecha todavía no entienden por qué siguen realizando los trabajos sin corregir lo que ellos han venido denunciando desde hace dos años, cuando iniciaron los trabajos y ya se veía que los trazados no eran los que estaban estipulados en el contrato.
Según la ficha soporte de seguimiento al proyecto, en el acta de liquidación de obra se encontraron irregularidades en cuanto a la justificación de cantidad de obra para poder acceder a recursos del contrato.
En la auditoría se deja constancia que se realizaron actas de justificación de mayores y menores cantidades de obra, así como inclusión de nuevos ítem, pero solo fueron pactados entre la interventoría y el contratista.
CAMBIO DE TRAMOS
Según el concejal de Baraya, Federico Chávarro Macías, el trazado que están reparando no corresponde al que se pactó inicialmente en el contrato. El cabildante afirma que un tramo del sector de San Diego que está totalmente destruido fue cambiado por uno del sector de Cucharito, que estaba en buen estado.
“La verdad es que estamos muy preocupados por el problema en que se nos ha convertido el arreglo de la vía Tello-Baraya, se nos ha vuelto una pesadilla porque nadie quiere responder, todo se presenta por parte del Gobierno ante los distintos entes y medios de comunicación como un proyecto idóneo, un proyecto bien estructurado pero la realidad es otra”, señaló el concejal Chávarro Macías.
Agregó que tienen los documentos donde se evidencia que se han presentado anomalías en el desarrollo del contrato, están dispuestos a llevarlos a los órganos de control para que ejerzan vigilancia de ese proyecto.
“Por ejemplo no sabemos por qué se terminó dándole otra prorroga al contratista cuando estaba claro que no podía cumplir, el incumplimiento se evidenció en el informe de la DNP desde la primera auditoría, cuando los trabajos a un dos meses de terminarse el contrato solo estaban en un doce por ciento de avance”, expresó el concejal Federico Chávarro.
Resaltó que lo que les parece más delicado y en lo que nadie da razón, es en el cambio de la reparación de un tramo que está en mal estado por uno que no necesita reparcheo.
“Nos cambiaron unos 1.300 metros que había que reparar en el sector del Llano de San Diego, por un tramo en la parte de Cucharito que estaba en buen estado, levantaron el pavimento cuando no era necesario”, aseveró el concejal Chávarro Macías.
Asimismo, el concejal de Tello, Óscar López, aclaró que no han permitido que se realicen los trabajos de intervención en el casco urbano del municipio porque no están de acuerdo en la forma como están haciendo los trabajos.
“No queremos que en Tello nos perjudiquen levantando el pavimento en sitios que no son. Este contrato era de ocho meses y ya vamos para dos años, les han girado más del cincuenta por ciento y todavía no nos beneficiamos de la vía. Necesitamos que la Gobernación que es la encargada de vigilar la obra haga cumplir al contratista”, acotó el concejal López.
Asimismo, Julián Zambrano, habitante de Tello, se quejó porque en el contrato había un acta de compromiso que consistía en exigir la liquidación del contrato por incumplimiento, y a pesar de los múltiples problemas de incumplimiento que ha tenido el contratista, la cláusula no se ha hecho efectiva.
“Había un acta de compromiso entre la Gobernación y el contratistas, que si pasados los cuatro meses que dieron de prorroga no se cumplía con la totalidad de los trabajos, automáticamente se generaba la caducidad del contrato. Pero vemos que en octubre pasado se cumplieron los cuatro meses de la prorroga y no ha pasado nada, el acta de compromiso no se hace valer”, denunció Zambrano.
Antecedentes del contrato
La licitación de este proyecto viene dese el Gobierno de Carlos Mauricio Iriarte, que lo dejó adjudicado pero sin interventor, por lo que al actual Gobierno le correspondió sacar a licitación la interventoría para poder iniciar los trabajos.
Los trabajos estaban pactados para entregarlos en julio de 2017, pero se cumplió la fecha y el contratista no cumplió. Se dio una prórroga de cuatro meses más, es decir deberían entregarlos en noviembre, pero tampoco se pudo. Por ello la comunidad está impaciente y denunciando las demoras y cambios en el contrato.
Planeación Nacional ha realizado visitas y deja constancia de los atrasos pero estos no son tenidos en cuenta. La comunidad invoca a los organismos de control para que ejerzan vigilancia sobre este proyecto pero no ha sido posible que los escuchen.
La comunidad alega que mientras el Gobierno Departamental dice que los trabajos van por buen camino, otra cosa es lo que están viviendo los campesinos de Tello, Baraya y Colombia que son los que les toca soportar el polvo y los huecos que hay en la carretera.
Los adelantos en los trabajos se reflejan únicamente en la entrada a Baraya y en el sector de Fortalecillas, donde ya se aplicó la capa asfáltica en una parte de la carretera. Los recursos del proyecto son de Ocad, y en total el costo del proyecto es de unos 16.000 millones de pesos.