La exministra de Salud, Carolina Corcho, defiende la ‘Paz total’ del Gobierno de Gustavo Petro, pero reclama “líneas claras” frente al secuestro, el reclutamiento de menores y el asesinato de líderes sociales. “La alternativa que habían planteado en este país fue la confrontación armada y no funcionó”, dice. También habla sobre su fallida reforma a la salud y las elecciones de 2026.
La exministra de Salud, Carolina Corcho, está recorriendo el país explorando una eventual candidatura presidencial. Acaba de estar en el Huila y visitó las instalaciones de LA NACIÓN. Así transcurrió este diálogo con los periodistas del periódico.
Usted está recorriendo el país con sus “Charlas sanas en un país enfermo”, ¿cómo le ha ido?
Claudia Marcela y Jesús Antonio, efectivamente, he iniciado un recorrido por el país haciendo un proceso pedagógico de aclaración, inquietudes y dudas a la ciudadanía, inicialmente, sobre la reforma a la salud, pero luego empezamos a conversar sobre otro conjunto de reformas que en este momento cursan trámite en el Congreso de la República.
¿Qué ha encontrado? ¿Qué le dice la gente?
Hay mucha desinformación sobre el tema de las reformas. Hay un desconocimiento importante sobre lo que se tramita en el Congreso de la República. Pero, hay una cosa interesante y es que a partir de estas discusiones hay mayor conciencia en la ciudadanía sobre la importancia que tiene el Congreso como corporación. Es difícil adelantar un cambio si no tenemos un Congreso de la República que mayoritariamente represente los intereses de su región, de las mayorías populares, de las clases medias colombianas.
A su juicio, ¿cuáles son hoy las mayores necesidades de los colombianos?
Tenemos un rechazo muy profundo por la corrupción. Eso es un mal muy complejo que tiene el país hace muchísimos años. Hay un tema de violencia e inseguridad, que ha azotado a este país hace muchos años. Eso es un problema. Colombia ha estado en una guerra republicana desde hace 200 años, en varios procesos de paz desde hace muchos años. Este es un problema que sigue aquejando, pero también los problemas de la injusticia social: la pobreza, las inequidades, la falta de acceso a la salud y a los servicios públicos.
Usted integró el Gobierno de Petro en sus primeros meses, ¿qué hizo o qué está haciendo este Gobierno para solucionar todas esas necesidades?
Claudia Marcela y Jesús Antonio, el Gobierno elaboró un plan de desarrollo bastante novedoso. Yo creo que es el primer plan de desarrollo que se hizo con la gente. Fueron 200 mil ciudadanos que en todo el país participaron en las discusiones. Se logró un acuerdo nacional y una aprobación en el Congreso de la República. En ese plan de desarrollo hay vías terciarias, financiación para plantas de tratamiento de aguas residuales, vías de conectividad para industrializar y mejorar la productividad de los territorios, el ordenamiento territorial alrededor del agua. Es un buen plan de desarrollo. El Gobierno lo que tiene que hacer es avanzar rápidamente en una ruta ya aprobada por el Congreso de la República. Pero, además, el Gobierno ha presentado un paquete reformista que el país necesita. Hay una reforma aplazada en este país desde hace más de un siglo y es la reforma agraria. En el Congreso hay un proyecto de ley de jurisdicción agraria para que pueda haber distribución de la tierra y que el campesino la trabaje. Pero, también hay otro conjunto de reformas que el país necesita. El problema es que el Congreso de la República no ha caminado en el sentido de que Colombia haga esa transición democrática.
Sobre la inseguridad y la violencia, ¿qué radiografía tiene sobre lo que está pasando en el Huila?
La seguridad ha tenido unos vaivenes en la historia del país. En el momento del proceso de paz de Juan Manuel Santos disminuyeron los homicidios. En el momento que irrumpe Iván Duque y hace una ruptura de los procesos de negociación, entre otras cosas, porque el Eln hizo un atentado en una escuela, Naciones Unidas registró que aumentó la inseguridad. Luego, esto no es algo nuevo. El Huila está en medio de dos sectores de ‘Iván Mordisco’ y ‘Calarcá’ y estos están posicionados frente al proceso de Paz Total de manera distinta. Hay uno que se está adhiriendo a un proceso de negociación; se trata de procesos de negociación que han hecho todos los gobiernos de este país, desde el Frente Nacional y antes del Frente Nacional. Y el otro sector que no se ha adherido al proceso de negociación. Efectivamente, si no hay una negociación y no se pacta un cese al fuego, tiene que haber una presencia de la fuerza pública, de la inteligencia. Aquí tiene que quedar claro que no puede haber en Colombia ningún lugar vetado para que las fuerzas democrática y la fuerza pública, en el marco de los derechos humanos, actúe en la protección de la vida. Y si hay acuerdo de cese al fuego, tiene que tener verificación y monitoreo internacional estricto. En ese sentido, estamos en un proceso complejo porque tenemos unos grupos con reconocimiento político con los que el Gobierno puede avanzar en la paz, pero hay otros grupos sin reconocimiento como el Clan del Golfo. El Huila, específicamente, es un corredor de salida del narcotráfico. Lo que se necesita es una reforma en el Congreso de la República de sometimiento y acogimiento. Lo que se está planteando es reformar la ley de Justicia y Paz que sirvió para el proceso de desmovilización de las Autodefensas Unidas de Colombia para dar una apertura legal para el sometimiento a la justicia de esos grupos armados ilegales que azotan el Huila y Colombia.
En el entendido que han crecido los homicidios, las extorsiones, los ‘bombazos’ y el reclutamiento ilegal de menores de edad en el Huila, ¿qué le gusta y qué le disgusta de la Paz Total del presidente Petro?
Claudia Marcela y Jesús Antonio, yo creo que en esa mesa de negociaciones debe haber unas claridades y unas líneas que tiene que poner el Gobierno en representación del Estado y la sociedad colombiana. Si estos grupos armados ilegales quieren mostrar voluntad de paz, hay que cesar el secuestro, no se puede aceptar el reclutamiento de menores y hay que parar el asesinato de líderes y lideresas sociales en este país. Estos elementos se tienen que poner claramente sobre la mesa. Con el Eln hay un problema porque a mi juicio, de manera equivocada, considera que este no es un buen Gobierno para hacer una negociación; se equivoca el Eln. La mejor posibilidad de negociación que tiene con el Eln es con el Gobierno de Gustavo Petro.
Pero, ¿está de acuerdo en que se hayan abierto múltiples mesas de negociación con grupos ilegales, al punto que hoy el Gobierno Petro esté hablando con las disidencias de las disidencias? ¿Le parece que eso está bien?
Y es que cuál es la alternativa. La alternativa que habían planteado en este país fue la confrontación armada y no funcionó. Con el Gobierno de Duque se paralizaron esas opciones y no funcionó.
¿Cómo recobrar, entonces, la confianza en las mesas de negociación de la Paz Total?
Las mesas tienen que tener unas líneas muy claras frente al tema del secuestro, el reclutamiento de menores y el asesinato de líderes y lideresas sociales. Igual, si se levantan las mesas, las extorsiones van a seguir porque va a seguir el narcotráfico cobrando vidas. Lo que tenemos es que buscar una salida al problema porque la alternativa no puede ser ‘hagamos lo mismo que no ha funcionado’.
Hablemos ahora de la reforma a la salud, que usted desde el Gobierno lideró, pero que no pasó, ¿en qué se equivocó?
Claudia Marcela y Jesús Antonio, nosotros presentamos una reforma de 150 artículos. Luego, hicimos un acuerdo con los partidos Liberal, Conservador y La U. En ese acuerdo, cuando yo salgo del Ministerio de Salud, había dejado aprobados alrededor de 30 artículos, es decir, yo entrego a la Comisión Séptima una reforma que había empezado a ser aprobada. Posteriormente, la Cámara, con sus mayorías, aprueba el acuerdo político que yo lideré. El problema fue cuando llegó al Senado. Sin debate alguno, 9 senadores y senadoras hundieron la reforma a la salud. Las EPS hicieron un acuerdo con el Gobierno al reconocer que la crisis es profunda y la reforma se requiere; se volvió a presentar. Ya no de 150 artículos sino de 59, en los que se mantienen unas líneas fundamentales que ya habíamos acordado. En esa discusión está hoy. Ya la aprobó la Comisión Séptima de la Cámara.
Uno de los mayores reclamos a su propuesta de reforma a la salud era que el Gobierno Petro iba a darles la plata de la salud a alcaldes y gobernadores, ¿buscaba eso?
Eso fue una de las mentiras. La reforma a la salud nunca planteó entregar recursos a los alcaldes y gobernadores. Nunca. Por el contrario, los recursos de la salud son manejados hoy por alcaldes y gobernadores y clanes políticos regionales a partir de EPS regionales. La reforma, en cambio, le quita el manejo de los recursos de la salud a los clanes políticos. La reforma nunca ha planteado la estatización del sistema de salud. Por el contrario, quienes han quebrado a las clínicas privadas de este país son las EPS; la reforma las recupera pagándoles directamente. La reforma nunca ha planteado volver al Seguro Social. El modelo no tiene nada que ver con lo que era el sistema nacional de salud, en el que habían unos hospitales públicos a cargo del Estado. Esto fue parte de la campaña de desprestigio y desinformación que fraguó la oposición para confundir al país y oponerse a la reforma.
¿Cree que hay espacio para la reforma a la salud 2.0 en estos momentos?
La crisis de la salud es muy profunda. Este es un sistema con deudas que han dejado las EPS con clínicas y hospitales por más de $25 billones. Al 31 de diciembre, tenían que tener en bancos para respaldar esas deudas $16 billones y no los tienen. Es una responsabilidad enteramente del Congreso de la República.
Muchos ya miran las elecciones de 2026, ¿usted quiere ser la sucesora de Gustavo Petro en la Casa de Nariño?
Claudia Marcela y Jesús Antonio, yo empecé a hacer estos recorridos pedagógicos que siempre he hecho; yo he venido muchas veces al Huila. Y de repente la gente empezó a lanzar esa propuesta. Es una propuesta que viene de la gente, de la base social, de las organizaciones. Yo estoy haciendo una evaluación y consultas para mirar esa viabilidad y en su momento se tomará la decisión porque hay que madurar varios procesos, entre ellos, el partido unitario y el frente amplio. El partido unitario es la unidad de diversos partidos de la izquierda para configurar ese partido, pero el frente amplio es todo el progresismo que va más allá de la izquierda. Entonces, también estamos observando qué pasa allí.
Pero, ¿se siente en la capacidad de ser la persona que una a la izquierda y el progresismo en torno a su nombre?
Al progresismo lo tiene que unir no una persona; lo tiene que unir una propuesta y unas reglas de juego. Se necesitan reglas de juego claras para que se sometan precandidatos y precandidatas y salga un candidato único.
¿Por qué su nombre aún no aparece en los sondeos que ya se están haciendo de cara a las elecciones presidenciales?
Es muy prematuro. Ni siquiera hay un proceso de inscripción de precandidaturas en el país. Este es un momento en el que el presidente Gustavo Petro sobrepasó la mitad de su gobierno; estamos a más de año y medio.