Siete intervenciones quirúrgicas ha tenido que soportar la menor de cuatro años, que hace un año y siete meses fue impactada en la cabeza por una bala. Permaneció dos meses en coma y uno más internada. Parte de su cráneo fue retirado y aunque lo adecuaron de nuevo, su cabeza es impresionantemente blanda.
Verla sonreír y jugar como una más de las niñas de su edad, le hacen olvidar el dolor que ha tenido que experimentar durante su corta vida.
Nadie se imaginaría que tras su picardía, la manera de indagar las cosas que no conoce y el desparpajo para posar frente a las cámaras fotográficas, se esconden entre su cabello ensortijado las marcas irreparables de la violencia.
Una bala perdida impactó en la parte frontal de su cabeza y recorrió hasta llegar a la parte parietal derecha, a pocos centímetros de su oreja.
Luchó contra la muerte, ese momento fortuito que en cualquier instante podía llegar según se lo recordaban los médicos a sus familiares, porque como dice en su historia clínica, era una paciente con “alto riesgo de muerte”.
Hoy las partes frontal y lateral de su cabeza son un área frágil. Al ser palpado este segmento de su cuerpo, se puede dimensionar lo impresionantemente blanda que es, lo que significaría que un leve golpe en la cabeza podría causarle la muerte.
Una bala perdida
Los brazos de la mujer que la trajo a la vida rodeaban su pequeño cuerpo esa mañana en que la violencia de manera abrupta interrumpió entre esa barrera de amor de madre, para alojarse en el cuerpo de la pequeña Laura Sofía Gutiérrez.
El 12 de agosto de 2012 el padre de Laura Sofía tenía una cita médica. Por tal motivo ella y su hermana mayor de 5 años de edad tenían que quedarse en la casa de su tía ubicada en el barrio Los Alpes, en la comuna Ocho de Neiva.
El día transcurría como cualquier otro. Un habitante del sector se alistaba para encender su motocicleta y dirigirse a su trabajo; a pocos metros otros dos sujetos estaban hablaban normalmente y por el mismo sector iba Laura Sofía junto a sus padres y hermana mayor.
“Llevaba a Sofía en mis brazos, ella me iba dando besos y me decía que me quería mucho. Mi otra hija la llevaba de la mano. Estábamos esperando que mi hermana nos abriera la puerta cuando sonó un disparo”, recordó Jessica Tatiana Sánchez, progenitora de la pequeña Sofía.
“Antes de que sonara el disparo, vi cuando los dos tipos se le acercaron al señor de la moto a quien querían robar. En el forcejeo se disparó el arma de los ladrones”, agregó la joven madre.
Laura Sofía aún consiente estaba parada en el antejardín de la casa de su tía, luego que su madre la descargara pensando que era ella la que había sido herida. “Fue mi hermanita, mi hermanita”, le gritó la otra niña a Jessica, quien de inmediato reaccionó y vio que su pequeña niña tenía una herida en la mitad de la frente.
Asombrosamente la pequeña no perdió el conocimiento, solo empezó a llorar cuando vio que sus padres empezaron a lamentarse y la sangre invadía su delicado rostro.
Un motociclista que pasaba en el momento fue la única persona que se ofreció a llevar a su padre y a la niña hasta el centro de salud más cercano. En el IPC recibió los primeros auxilios y de inmediato fue trasladada al Hospital Universitario de Neiva.
Venció la muerte
Laura Sofía permaneció dos meses en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Universitario de Neiva, tiempo en el que fue intervenida quirúrgicamente en siete oportunidades.
Su pequeño cuerpo tenía que estar con soporte ventilatorio y las probabilidades que se presentara un síndrome de la disfunción de múltiples órganos era casi una realidad.
La lesión en su cabeza le generó una inflamación del cerebro por lo que los médicos tuvieron que realizarle una craniectomía descompresiva (procedimiento quirúrgico en el que parte del cráneo se elimina o se retira para darle espacio al cerebro que está con edema o inflamado y evitar secuelas neurológicas en el paciente).
A pesar de los esfuerzos médicos y de las cadenas de oración en las que tenían a Laura Sofía, su pronóstico no era el mejor. Especialistas día a día les explicaban a los familiares las complicaciones que tenían a la pequeña con alto riesgo de muerte.
De manera milagrosa su cuerpo empezó a reaccionar y la inflamación de su cerebro empezó a bajar, permitiendo a los médicos que se programara una cirugía para la realización de craneoplastia (procedimiento que consiste en poner la tabla ósea que había sido retirada anteriormente en la craniectomía descompresiva, realizada para el manejo de la expansión del volumen cerebral causado por lesión o tumores).
La cirugía fue todo un éxito y la pequeña ‘milagrito’ como le dicen en el sector donde vive, logró semanas después regresar a su hogar.
La progenitora de la menor tiene otra hija y una más que viene en camino. Fueron amenazadas de muerte por los sujetos que hirieron a su hija y tuvieron que salir del lugar donde residían.
La tragedia no termina
Ya han transcurrido 19 meses desde el día que esa bala perdida impactó a Laura Sofía. La violencia se ensañó contra su familia, quien recibió amenazas de los sujetos que fueron señalados como los autores de haber disparado.
“Uno de ellos lo mató la Policía durante un enfrentamiento y el otro sigue por ahí haciendo daño. Nosotros fuimos desplazados del lote que tenía por allá porque esos tipos me amenazaron de muerte porque yo los iba a denunciar. Ahora vivimos arrimados donde una amiga”, dijo Jessica Tatiana.
A Laura Sofía, le encanta dibujar y asistir a clases. Pero en repetidas oportunidades ha tenido que quedarse en casa junto a su hermana, porque sus padres no han tenido los recursos económicos para los útiles escolares, los uniformes y en algunas ocasiones ni para comer.
La complicada situación se agravó cuando Jessica Tatiana, descubrió ciertas anomalías en la cabeza de la pequeña.
“Hace una semana tuvo cita médica, porque le estoy notando que se le está inflamando a los lados, la cabeza se le está viendo como deforme. Un doctor me dijo que no le pueden operar, pero eso me parece terrible, porque como puede tener una vida normal mi niña con la cabeza toda blandita, como una gelatina, no es justo”, exclamó Jessica Tatiana.
Este extraño caso le fue presentado por LA NACIÓN a un especialista en el tema quien explicó lo que le podría estar sucediendo a la niña (Ver recuadro).
*El nombre y fotografías fueron autorizadas para ser publicadas en LA NACIÓN por la progenitora de la menor.
La menor sigue residiendo en un sector complicado de la ciudad, con índices importantes de violencia.
‘El cráneo pudo ser reabsorbido’
LA NACIÓN consultó sobre el caso de Laura Sofía con el neurocirujano Juan Carlos Ortiz, quien explicó al respecto lo que podría estar sucediendo con esta paciente, teniendo en cuenta que semanas después del hecho violento su cráneo le fue adecuado nuevamente.
“En algunos pacientes después de haberles realizado la craneoplastia, la tabla ósea puede ser reabsorbida por el organismo y nuevamente el área se puede sentir blanda y observar deprimida. Lo que dejaría nuevamente el cerebro expuesto a traumas directos por no existir la protección del cráneo”, explicó el neurocirujano.
Para establecer si esto es lo que está sucediendo con el caso de la pequeña Laura Sofía, ella debe ser sometida a nuevas valoraciones por el servicio de neurología, tomar imágenes de control cerebral para definir cuál es el estado de área de craneoplastia y si el hueso se ha reabsorbido tendría que llevarse de nuevo a cirugía y poner un implante que cubra el defecto óseo que existe”, dijo el doctor Ortiz.
Con base en la historia clínica de la niña el neurocirujano indicó que el área recorrida por el proyectil en la cabeza le puede generar algunas secuelas más adelante. “La parte anterior del lóbulo frontal es la que maneja la parte del comportamiento. Seguramente si fue frontal la lesión, habrá cambios de personalidad, en la memoria o en las funciones ejecutivas”.