La Nación
EDITORIAL

Lara, crimen sin justicia

El crimen del ex ministro de Justicia, Rodrigo Lara Bonilla, ordenado por la mafia hace 31 años sigue reposando en los anaqueles de la impunidad en que ha permanecido, desde la noche en que fue sorprendido por dos sicarios de la mafia en el norte de Bogotá.

Aunque los dos autores materiales fueron plenamente identificados y merecieron el castigo (uno muerto el mismo día del atentado y sólo uno condenado) la mayoría de quienes planearon  e instigaron el crimen, siguen libres.  Y muchos, olvidando la historia, elogian ahora sus banderas, en su propia tierra.

La Fiscalía anunció hace dos años que el magnicidio no quedaría impune, como muchos crímenes ocurridos durante la guerra narcoterrorista declarada por los extraditables del Cartel de Medellín.   Sin embargo, no hay avances.

El voluminoso expediente estuvo a punto de prescribir pero por presión de sus familiares, como ocurrió con el caso Galán, logró reactivarse.

El vicefiscal, Fernando Perdomo Torres, su paisano, pidió en el 2013 que se declarara delito de lesa humanidad, imprescriptible, a la luz del Derecho Penal Internacional.
Después de 31 años, solo una persona ha sido condenada por el magnicidio. Uno de los sicarios capturado el mismo día del atentado, quedó libre luego de purgar una pena cercana a los once años.

Aunque el propio Lara, anticipadamente señaló a posibles responsables, la justicia nunca avanzó.  El ex ministro Alberto Santofimio Botero, condenado a 24 años de cárcel como coautor intelectual del asesinato de Luis Carlos Galán, apareció entre los primeros señalados, pero nunca se le vinculó por este caso.

Durante 23 años el expediente estuvo quieto. Aunque se frenó la prescripción, los avances en este caso no han sido los mejores. Tampoco hay celeridad para establecer responsabilidades por el reguero de muertos que dejó la guerra narcoterrorista que se inició contra el crimen de Lara.

Después cayeron asesinados Luis Carlos Galán, Guillermo Cano, Bernardo Jaramillo, Carlos Pizarro, numerosos jueces como Manuel Castro Gil que procesó a Pablo Escobar y valerosos policías como el coronel Jaime Ramírez. También cayeron el procurador Carlos Mauro Hoyos, decenas de periodistas y abnegados servidores de la justicia.

El país, 31 años después, no puede olvidar uno de los más turbulentos episodios causados por la mafia, cuyos agentes transformados en capos de nueva generación siguen reinando en muchos sectores del país.

Lara Bonilla puso en alerta al país de esa amenaza pero lo dejaron solo. ¿Su sacrificio valió la pena?

“Lara Bonilla puso en alerta al país de esa amenaza pero lo dejaron solo. ¿Su sacrificio valió la pena?”
 

EDITORIALITO

Merecida la distinción que recibe hoy el académico Antanas Mockus, uno de los más apasionados promotores de la cultura ciudadana y la convivencia pacífica. La ‘Orden Rodrigo Lara’ le fue conferida al cumplirse un aniversario más de la trágica inmolación del ministro huilense.