La Nación
OPINIÓN

Lara, ¡no te rajes!

Rajar es un modismo mexicano que traducido al español colombiano, no tendría un significado exacto, aun así podría entenderse como una forma de decepcionar, o la imposibilidad de sacar algo adelante por falta de (ahora si en claro y fiel colombiano) berraquera.

Y al médico Rodrigo Lara, hay que decirle las cosas como son: ¡no te nos vayas a rajar!, porque para muchos el significa la validación de unos postulados tan olvidados en la política como lo son la honestidad, la visión de ciudad y por supuesto el buen gobierno.

El hecho de que alguien se siente a escribir acerca de un político sin siquiera haberle estrechado la mano, nos pone de presente algo poderosamente cierto, no importa que los ríos de dinero fluyan, cuando se cuenta con buenas ideas y una persona que las encarne, eso genera un magnetismo y una admiración que ningún bulto de cemento o tamal pueden romper.  La simpatía desinteresada hacia él, de parte de muchos neivanos es un síntoma de que la capacidad de discernir sigue intacta en la comunidad.

Pero es claro que su campaña pasa por las turbulentas aguas de un fenómeno popular llamado Gorky Muñoz, quien en poco tiempo le logró arrebatar el primer lugar que ostentaba en las encuestas, colocándolo a una distancia que no deja de poner pensativo a cualquiera.

Las encuestas-siempre peligrosas y apenas dicientes- en ningún caso podrán superar la prueba máxima que está fijada para el próximo 25 de octubre.

De aquí en adelante sigue una etapa de montaña-evocando las gestas ciclísticas- de lo más dura, en donde se pondrá a prueba el tesón y las ganas que tiene Rodrigo de ser el mandatario de los neivanos.

Los obstáculos van desde el famoso manto de duda que buscan generar sus más obvios contradictores pasando por los mismos lazos de sangre.

Se dice de él que es un clasista por ejemplo, que es un remedo del padre Escandón en su momento y que por lo tanto incapaz de gobernar.

De lo primero, podríamos decir que es una forma burda de desmeritar lo que ha venido haciendo y que espera convalidar el día de elecciones. A la mejor forma venezolana, muchos personajes de la política regional, han intentado hacerle creer a las personas que el candidato por alianza verde nació en cuna de oro.

Si así lo fuera, en nada afectaría su compromiso con todos y cada uno de los sectores de la sociedad civil neivana, si ese fuera un parámetro confiable a la hora de elegir a nuestros mandatarios, no existirían claros ejemplos que demuestran lo contrario, como el caso de Jorge Robledo (miembro de una de las familias más prestigiosas de Manizales) o Nicolás Maduro (humilde conductor de bus)

Pero ciertamente la vida de LARA SÁNCHEZ hoy es una vida mejor, gracias a su esfuerzo y dedicación al estudio y a su trabajo, y por lo tanto él puede decir con toda seguridad que es un ejemplo de superación y compromiso sabiendo que no contó con una figura paterna a la largo de su vida, y que su manutención fue proveída por la generosidad y abnegación de su madre.

Mientras que el candidato de la otra esquina se alía con la más recalcitrante, engrasada y vetusta clase política del Departamento, Rodrigo apela a los consejos y buenos oficios de dos eminencias de la buena política no en el Huila sino en Colombia, por supuesto me estoy refiriendo al profesor Antanas Mockus y a Sergio Fajardo.

Que mejor que ellos como guías de una Neiva, que se esfuerce por alcanzar su potencial de ciudad en donde impere el civismo, el buen trato y por supuesto haya un progreso sostenido.

Una alternativa a la propuesta  de Lara y Gorky radica en Germán Bahamón,  de quien le reprocho ante todo sin demeritar su  amplia experiencia en el sector privado a nivel internacional, que haya sido puesto por un personaje que destila odio por su misma sangre, me estoy refiriendo claramente al Hoy representante a la Cámara por Bogotá, Rodrigo Lara Restrepo, de quien siempre tendré bien presente en mis pupilas, la escena donde sale yéndose a los puños con un celador del recinto ferial de Corferias.

Pasarán los días y la ciudad deberá decidir entre un cuento improvisado y amasado por la maquinaria política del Huila o el candidato que se ganó el respeto y admiración de los neivanos las elecciones pasadas.

En él entre tanto, que sigan rodando las retroexcavadoras, los postes de luz, los tamales compra conciencias, y demás “inversiones” de quien apela a ello consciente de que las ideas y los debates programáticos no son lo suyo.

Por eso, y a manera de aliento, para contrarrestar todas esas prácticas politiqueras baratas (aunque buena plata si andan  repartiendo), muchos hoy le decimos al médico, ¡no te rajes! Esperando que como en la ranchera de Vicente Fernández nos responda ¡no me se rajar!