La Nación
EDITORIAL

Lara sigue vigente

 
El crimen del ex ministro Rodrigo Lara Bonilla, perpetrado por el Cartel de Medellín hace 32 años, sigue en los anaqueles de la impunidad. Pese a la lentitud y a los múltiples inconvenientes para agilizar las investigaciones, una nueva hipótesis sobre la participación de otros actores, hasta el momento, desconocidos, abrió una nueva esperanza. 
Un nuevo dictamen sobre las circunstancias que rodearon el magnicidio, ocurrido el 30 de abril de 1984, podría dar un sustancial viraje a la investigación penal.
De confirmarse las sospechas, el crimen habría sido ejecutado por sus propios guardaespaldas, con la complicidad de otros sectores, incluidos los organismos de seguridad del Estado.
Y se demuestra científicamente, sería un claro complot para acallar su voz que se levantó valerosamente contra la mafia, infiltrada en todos los estamentos de la sociedad colombiana. Esa lucha solitaria le costó la vida. La mafia no le perdonó esa osadía. Su muerte fue una declaratoria de guerra cuando Pablo Escobar se sintió acorralado.
Algunos sectores de extrema derecha, infiltrada en los partidos y en otros sectores, instigaron su muerte, creyendo que matándolo opacarían su discurso. Millones de voces repitieron sus consignas y retomaron sus banderas. Muchos de ellos cayeron abatidos por gatilleros despiadados. Luis Carlos Galán, Guillermo Cano Isaza, Bernardo Jaramillo, Carlos Pizarro, el procurador Carlos Mauro Hoyos y decenas de jueces y policías.
El país no olvida las secuelas de la narcoguerra, cuando se autorizó desde Neiva, la extradición.
Solo ese día, cuando Lara Bonilla era sepultado en su tierra natal, en medio de una indignación nacional, Colombia entendió que su discurso encendido sigue vigente.
Las alertas que desde las tribunas no han logrado borrarse. Y no sólo contra las mafias del narcotráfico, perfeccionadas y económicamente empoderadas. También contra de los carteles de la corrupción, que desangran al país, al lado de una vieja casta política que los alienta. Las maquinarias que le cerraron el paso, permanecen inéditas, alimentando la guerra, fortalecido al lado de los carteles.   
Lara se jugó la vida contra la mafia. Y no pudo detener su auge.
 “Somos un país de ciegos”- afirmó Lara-. Y en nuestra ceguera, hemos vendido nuestro país al mejor postor”. Y cuando quiso abrirle los ojos, las balas apagaron su coraje. 
 
“Esa lucha solitaria le costó la vida. La mafia no le perdonó esa osadía”.
 
Las madres de Soacha, recibirán hoy la orden  Rodrigo Lara por su lucha infatigable, buscando justicia. Su persistencia permitió que los ‘falsos positivos’ no quedan en el olvido. Otro soldado valeroso, Reynaldo Ceballes Artunduaga, quien desmantela bombas, también recibirá la distinción, al lado de Bo Mathiasen, director de Unodc. ¡Merecidas las condecoraciones!