La Nación
Las amargas huellas de la pólvora 1 25 abril, 2024
INVESTIGACIÓN

Las amargas huellas de la pólvora

Los problemas no acaban con la llegada del Año Nuevo. La explosión de un artefacto pirotécnico hace que una niña de 12 años pierda su dedo medio de la mano izquierda y un amigo sufra heridas en el rostro. Los problemas no acaban con la llegada del Año Nuevo. La explosión de un artefacto pirotécnico hace que una niña de 12 años pierda su dedo medio de la mano izquierda y un amigo sufra heridas en el rostro. Conmoción en la vida de la infante. Retrato de la imprudencia, la confianza y falta de control de los padres de familia. Germán Osorio Arias LA NACION, Neiva Era la una y treinta de la madrugada del primero de enero del 2012  cuando la ‘bomba’ explotó en su mano izquierda de la niña Carmen*. En la cancha de microfútbol, el ‘año viejo’ ya había sido mutilado. Las voces, los abrazos, la música y el olor a pólvora, inundaban las calles de Las Mercedes, barrio ubicado en la Comuna Uno, norte de la capital huilense. QUEMADaCarmen, temperamental, de 12 años de edad, morena, de cabello crespo, delgada, de blusa rosada, junto con un amigo, salió en busca de los artefactos pirotécnicos sin estallar que quedan entre los restos de aserrín y trapos incinerados. Pero no sólo fue ella la herida. Su amigo, con quien departía en la celebración de la ‘noche vieja’, también sufrió quemaduras en la nariz y pómulos, sólo que en menor estado de gravedad, según los informes médicos. “Esperamos a que estallara el ‘año viejo’ – relata Carmen – luego un amigo me dijo ´vamos a buscar pólvora en los ‘años viejos’’ y yo le dije que no, ‘qué tal que explote por ahí algo’, y esperé como una hora. Luego me arrepentí y nos fuimos, buscamos, y él encontró como diez tronantes y dos bombas. Llegamos a la cuadra de él y él quemó todas y le quedaba un tronante. Él me dijo ‘présteme la mechera, la prendió, esperamos cinco minutos y nada que toteaba’. Entonces yo lo cogí con la mano izquierda, lo prendí otra vez, lo tiré y no estalló. Esperamos tantico y nada, yo dije ‘es que esta cosa no va a totear e insistí mucho y al momento ¡pah!, estalló en mi mano. Y pues me quedó esa mano toda abierta. Perdí el dedo corazón”. En el instante en que Carmen llegaba a su casa, casualmente arribaba Juan Salvador Ardila, quien, alarmado y sorprendido por las consecuencias del estallido, la auxilió de inmediato.  Ardila, de 23 años de edad, de cabello castaño, ojos claros, 1.69 de estatura, quien portaba una camisa verde con jean azul, socorrió con presteza a la menor,  llevándola con rapidez al centro asistencial del barrio Las Granjas. “Cuando llegué a la casa de la niña, afuera, porque no había entrado, ví que su mano estaba sangrando. Ví que el dedito tenía la piel colgando, la primera articulación no la tenía y se le veía los otros dos huesitos que los tenía por fuera. Cuando la niña me vio, me dijo que una bomba le había estallado en la mano. Entonces me pidió que la llevara al médico, que le daba miedo decirle a la mamá  porque le  pegaba”, cuenta a LA NACION Juan Salvador Ardila, haciendo honor a su nombre. Cuando la joven herida fue llevada al centro asistencial citado anteriormente “no la pudieron atender porque no tenía el carnet en el instante” ya que, en medio de la conmoción, Ardila no se percató de la necesidad del documento. Tras recogerlo, Salvador Ardila, única compañía de Carmen porque su madre no la podía asistir debido a otras necesidades domésticas, acompañó la niña hasta el Hospital Universitario ‘Hernando Moncaleano Perdomo’ de Neiva, donde fue remitida y en el cual le realizaron una cirugía, dado que el médico diagnosticó que muy seguramente Carmen perdería el dedo medio. Efectivamente, a Carmen le es amputado su dedo y los demás presentan graves heridas   que dejarán terribles secuelas para toda su vida. Como Carmen, muchos niños durante la fiesta de fin de año resultaron quemados. Sólo en Neiva fueron 10 los casos conocidos por las autoridades de la Policía y la Secretaría de Salud Municipal. Agrio recuerdo decembrino La infante de 12 años jamás podrá volver a tener su dedo medio. De hecho, los dedos son de los órganos más complejos del cuerpo humano debido a sus características fisiológicas, en especial el medio, considerado popularmente como el dedo central y de vínculo con el sistema cardiaco, de allí el nombre de dedo ‘Corazón’. Todo pudo ser peor, por suerte, Carmen perdió sólo un dedo y no su mano completa. Recuerda Carmen que en el hospital “habían muchos niños quemados, había un niño más pequeño que mi hermanita (de 5 años aproximados) todo quemado, las piernas, la cara, los brazos, todo”. …Y no fue el único episodio Cabe recordar, como lo informó ayer LA NACION, que en total 10  personas, cinco de ellas menores de edad, sufrieron graves quemaduras en las manos y rostro, luego de la manipulación de pólvora en las festividades de fin de año en Neiva y Pitalito. Esas cifras fueron consideradas, por la Secretaría de Salud Municipal de Neiva, como “no satisfactorias…” y se adelantarán las investigaciones correspondientes en el caso de los cinco menores lesionados para establecer la responsabilidad de los padres de familia. Asimismo, en los casos donde cuatro adultos resultaron quemados se evaluarán las campañas contra la pólvora que se adelantaron en la capital huilense y que pasó con la cultura ciudadana alrededor de estos temas. El coronel Juan Fernando Peláez Ramírez, comandante de la Policía en el Huila, expresó que la investigación será asumida por las autoridades competentes. Entre los heridos y quemados con pólvora, la mayoría de ellos atendidos en los centros asistenciales de Las Palmas, Las Granjas, Saludcoop, Medilaser y Hospital Universitario de Neiva,  están una niña de 11 años,  y cuatro menores  de 14,  13,   11 y 16 años de edad, quienes sufrieron quemaduras de primer  y segundo grado en brazos, rostro, piernas y manos, especialmente. Entre tanto, entre los adultos lesionados están Charly Polanía Serrato, e 20 años, quien se quemó en la mano izquierda sufriendo heridas en los dedos primero, segundo y tercero; Reynel Osorio, de 18 años, presenta quemaduras en los dedos dos, tres y cuatro de la mano izquierda;  Manuel Arnubio Vargas, de 27 años, sufrió quemaduras en los dedos primero y segundo de la mano derecha y José Leonardo Bernal de 18 años, quemaduras de grado tres en los dedos primero, segundo y tercero de la mano derecha. Por último, en Pitalito resultó quemado Willington Polanía Cabrera, de 29 años, presentó lesiones de tercer grado en su mano izquierda. *Su nombre fue cambiado por solicitud de los familiares y leyes que protegen a la infancia en estos casos. “Me quedó esa mano toda abierta. Perdí el dedo corazón”, cuenta una de las menores afectadas por el mal uso de la pólvora en Neiva. ‘Los dedos son de los órganos más complejos del cuerpo humano debido a sus características fisiológicas, en especial el medio, considerado popularmente como el dedo central y de vínculo con el sistema cardiaco, de allí el nombre de dedo ‘Corazón’. Dentro del tipo de lesiones que se registraron, el 90 por ciento de los casos fueron quemaduras en grado dos en las cuales se comprometieron entre el 5 y el 10 por ciento del cuerpo de las víctimas.