La Nación
Las caras oscuras del chance 1 28 marzo, 2024
INVESTIGACIÓN

Las caras oscuras del chance

RICARDO AREIZA

unidadinvestigativa@lanacion.com.co

Aunque ninguna de las tres empresas que participaron en la concesión del juego de apuestas permanentes (chance)  cumplía los requisitos para quedarse con el negocio,  la empresa de Loterías del Huila,  en forma atípica habilitó a dos de ellas, sacó a la tercera y finalmente adjudicó irregularmente el contrato 068 de 2008 que acaba de anular de oficio el Tribunal Administrativo del Huila.

Al resolver dos demandas acumuladas por la cuestionada adjudicación, ocurrida hace diez años, el magistrado Gerardo Iván Muñoz Hermida despejó esta semana las irregularidades que se presentaron durante el amañado proceso licitatorio.

Aunque parezca insólito, la concesión se firmó y legalizó en total secreto, sin audiencia pública obligatoria, antes de ser oficialmente adjudicada.

En tiempo récord el gerente de la Lotería de la época revocó la resolución que declaró desierta la licitación, expidió la resolución de adjudicación, firmó el contrato y dejó constancia de la notificación personal realizada en Neiva, cuando todos estaban en Bogotá.

En otras palabras, Gustavo Guevara Aldana, representante legal de Apuestas Nacionales de Colombia, obtuvo y suscribió primero el contrato No. 068 de 2008, luego tramitó la póliza de cumplimiento y posteriormente se notificó de la resolución de adjudicación No. 181 del 22 de agosto de 2008, día no laborable. Los otros dos proponentes, Chambacú y Su Chance, solo fueron notificados cuatro días después.

Los dos actos administrativos (ya ejecutados) fueron invalidados de oficio por la corporación judicial al haberse configurado la causal de nulidad absoluta contemplada en el régimen de contratación estatal.

El contrato comenzó el primero de octubre de 2008. Dos meses después, como lo denunció LA NACIÓN, la firma concesionaria no pudo con el contrato y terminó vendiéndole la participación accionaria a la firma Su Chance, uno de los más fuertes competidores y que actualmente opera el juego de apuestas permanentes, bajo un nuevo contrato a punto de vencer.

Las caras oscuras del chance 7 28 marzo, 2024
El caso está en la fase preparatoria del juicio oral que adelanta la Fiscalìa

Empresa resucitada

La firma Apuestas Nacionales de Colombia, la concesionaria del millonario contrato de concesión, no podía ganarse el contrato porque no cumplía con el requisito capacidad financiera con corte a 31 de diciembre de 2007 de acuerdo con lo establecido en el pliego de condiciones.

La empresa parecía como Apuestas Chiquinquirá y constituida mediante Escritura Pública No. 912 ante la Notaría Segunda de Chiquinquirá, el 25 de agosto de 2003.

Apuestas Chiquinquirá, sin trayectoria en el mercado estaba inactiva. Para participar en la licitación fue reestructurada con nuevos accionistas. La pequeña chancera se transformó en marzo de 2008, cuando estaba en marcha el proceso licitatorio.

Las escrituras fueron constituidas en las notarías Primera y Segunda de Tunja, el 8 y el 17 de marzo pasado pero sólo se inscribieron en la Cámara de Comercio el 17 y 26 del mismo mes.

El 12 de marzo del 2008 Apuestas Nacionales de Colombia reportó en su Registro Único Empresarial, un activo corriente de 129,73 millones de pesos.

Hasta el 26 de marzo cuando se inscribió oficialmente ante la Cámara de Comercio, la sociedad operaba como Apuestas Chiquinquirá y mantenía hasta esa fecha un capital de 70 millones de pesos.

La empresa dejó de ser una sociedad de responsabilidad limitada a una sociedad anónima. Por esta razón modificó la razón social, incrementó desproporcionadamente su capital (2.500 millones de pesos) y produjo sucesivas reformas estatutarias, extemporáneamente registradas.

Chancera oxigenada

Chambacú, otra pequeña empresa dedicada a la explotación de chance a pequeña escala, estaba fuera del mercado hasta cuando fue resucitada con una inyección de capital para participar en la licitación. Aunque estuvo en primer lugar de preferencias en el comité evaluador,

La empresa se constituyó en Turbaco (Bolívar) en 1988 y operó hasta 1995 sólo en Cartagena. Los dos socios originales, los hermanos Emilse y Edward Manjarrez Álvarez registraron un capital de 200 millones de pesos.

Sorpresivamente el 28 de diciembre de 2007 fue resucitada para participar en la licitación pública, con enormes posibilidades de quedarse con el contrato. La empresa registró una fuerte inyección de capital para cumplir con las condiciones establecidas en el pliego de condiciones.

La pequeña chancera fue adquirida por nuevos accionistas, según escritura pública 3010 protocolizada en la Notaria Cuarta de Cartagena el 28 de diciembre de 2007.

La nueva composición accionaria se registró el 27 de marzo de 2008 en la Cámara de Comercio de Cartagena. Ocho días antes de cerrarse la licitación para la adjudicación del chance, se registró la nueva escritura pública 1296 y se inscribió el primero de abril.

Chambacú, registró un capital de 2.000 millones de pesos. De éstos solo el 10% (200 millones) correspondía a los socios originales. El 90% restante (1.800 millones) correspondía a la Empresa Nacional de Apuestas Permanentes Limitada, constituida una semana antes de cerrarse la licitación. Esta última empresa fue constituida el 14 de marzo de 2008 en la Notaría Primera de Barrancabermeja (Escritura 0542) con un capital de 300 millones de pesos.

Sorpresivamente aparecían como socios, Ingeniería Dinámica Limitada (dedicada a obras civiles) y Casa Industrial Ferretera dedicada a la venta de materiales de construcción. Cada una aportó 150 millones. Ninguna tenía experiencia en juegos de azar.

Desde el principio  Chambacú figuraba como la firma con mayor opción. Sin embargo, a última hora, fue excluida del proceso por haber presentado extemporáneamente la póliza de seriedad de la oferta.

Otro chance

El tercer oferente, la empresa Su Chance, conformada por inversionistas del Huila y Tolima, operadora del juego y con 14 años de experiencia, fue descalificada.

Según el Comité Evaluador, la empresa suministró información inexacta e inconsistente, por un mayor valor del impuesto de timbre no cancelado. Se probó, según el Tribunal Administrativo que la certificación de cumplimiento contractual no estaba acorde con la realidad y por lo tanto, tampoco cumplía.

Tres meses después de iniciada la ejecución del contrato, los dueños de la chancera boyacense, trasformada en Apuestas Nacionales, tuvieron que vender su participación  a su principal competidor y cederle el contrato. Luis Henry Varón, el principal accionista, asumió el control.

Su Chance, que tampoco cumplió los requisitos, reasumió el negocio a principios del 2009,  pagó las deudas que le dejaron los fracasados chanceros, las acreencias laborales y todos los compromisos que asumió artificialmente para ganarse irregularmente la cuestionada concesión.

Bajo un nuevo contrato, la firma Apuestas Nacionales asumió la concesión a partir del primero de octubre de 2013por un término de cinco años que vencerán el 30 de septiembre de 2018.