Froilán Casas Ortiz
El perdón es la base de la sanidad interior. Quien no perdona vive enfermo, insatisfecho, con cierto resentimiento y, claro, sufre. Perdonar es entrar en un proceso de sanación; el perdón es la clave de la sanación espiritual. Los cristianos creemos que el único que es justo es Dios, dejémosle el juicio a Él. Pero, por favor, no le demos consejos a Dios para que Él haga lo que nosotros, movidos por nuestro orgullo, le proponemos. ¡Cómo somos de ilusos! -La criatura diciéndole al Creador lo que debe hacer-. Sin perdón hay dolor, rencor, resentimiento y amargura. Comienza a perdonar ya. Primero, perdónate a ti mismo: el pasado no tiene arreglo; prepárate para el futuro, reconciliándote con el pasado. ¿Para qué lloras por la leche derramada? Por favor, también los errores hacen parte de nuestra historia, reconócelos y emprende un plan de mejoramiento; no tapes el sol con las manos, reconoce tu realidad y sigue adelante. Si reconoces el error, ganarás la verdad. Reconoce que no eres perfecto y empieza a mejorar.
Perdonarte es un acto de humildad y la humildad es signo de inteligencia. Si lloras por el ocaso del sol, las lágrimas no te dejan ver las estrellas. Recuerda que no somos perfectos, somos perfectibles, emprende un plan de mejoramiento. A la cima no se llega superando a los demás sino superándote a ti mismo. Perdona a los otros. ¿Por qué eres tan intransigente? ¿Acaso eres perfecto para no aceptar las imperfecciones de quien va a tu lado? Deja de cantaletear, lo pasado ya pasó. Si el otro cambia, acéptalo y cree en su cambio, -obviamente el otro debe mostrar signos de cambio, tú no eres masoquista-. Ten cuidado ante una persona que no perdona, mañana no te pasará una. Es verdad, para ofrecer perdón, debe haber de la contraparte una actitud de arrepentimiento; ¡cuidado! Tras de ladrón, bufón. Por favor, que no abusen de tu bondad. Sepas distinguir entre el perdón y la desfachatez del otro. Ten en cuenta esto: nobleza obliga. Perdonar a Dios, ¿por qué le echas la culpa a Dios por tus errores? Dios no te ha creado basura, Dios te ha dotado de inteligencia, razón y corazón para que sepas discernir y proyectar el camino de tu vida.
No busques excusas, tú eres el culpable de tus fallas. Por favor no escudes tu ambición, tu imprevisión y tu soberbia, echándole la culpa a Dios por tus errores. El mal moral que hay en el mundo lo creó el hombre, nunca Dios. Dios nos creó para ser felices, -véanse relatos bíblicos de la creación-. El perdón de Dios. Dios perdona siempre, claro que sí, pero tú, al menos arrepiéntete. Por favor, no seas desvergonzado, no seas cínico, al menos reconoce que fallas para saborear el perdón de Dios. Dios no mira tú pasado, mira tú presente; al bandido condenado al lado de Jesús, basta que pida perdón e inmediatamente recibe el perdón de Dios.