La Nación
“Las cuarentenas deben ser medidas de última instancia” 1 25 abril, 2024
ENTREVISTA

“Las cuarentenas deben ser medidas de última instancia”

El director de Fedesarrollo, Luis Fernando Mejía, habla con LA NACIÓN y toma distancia del regreso de las cuarentenas por sus “grandes costos económicos”. “Nuestras economías, a diferencia de las economías de Europa, tienen unas incidencias muy altas de informalidad laboral”, advierte.

 

Jesús Antonio Rojas Serrano

editorgeneral@lanacion.com.co

 

Para Fedesarrollo, uno de los centros de investigación económica y social más importantes del país, “las cuarentenas deben ser medidas de última instancia”. Su director, el economista Luis Fernando Mejía, advierte sobre los “grandes costos económicos” que generaría el regreso de los distanciamientos en las ciudades.

En este diálogo con LA NACIÓN, el experto hace una radiografía económica del país a casi ocho meses de haber llegado la pandemia, evalúa las medidas adoptadas por el Gobierno Nacional y sugiere medidas para Neiva, la tercera ciudad del país con mayor tasa de desempleo.

 

A casi ocho meses de haber llegado la pandemia, ¿Cuál es el panorama económico hoy del país?

Lo primero que hay que reconocer es que el impacto del covid-19 fue sustancial. Cuando el Dane publica las cifras del crecimiento económico para abril teníamos una contracción de la actividad productiva del 20%, la peor caída en nuestra historia económica moderna. Llegan también las cifras de desempleo: en el mes de abril se habían perdido 5,4 millones empleos. Estábamos en medio de un choque extraordinariamente grande que estaba afectando el bolsillo de los hogares. Por eso, pronosticamos aumentos importantes en la pobreza y en la pobreza extrema. A raíz de la reapertura gradual de la economía, que arranca en mayo, se empezaron a ver cifras mejores. Recientemente, el Dane ha anunciado las cifras de desempleo. Son bastante positivas. No estamos donde quisiéramos estar, pero frente a un pico de tasa de desempleo que estuvo por el orden del 20%, llegar a un nivel del 16% muestra una recuperación sustancial. De esos 5,4 millones de empleos, ya se han recuperado 2,4 millones. Hay dos formas de verlo: la parte negativa y el choque muy grande para la economía colombiana. Y la parte positiva: en abril se tocó fondo, pero la recuperación paulatina de la actividad productiva.

 

¿Han sido suficientes las medidas económicas que ha tomado el Gobierno Nacional a lo largo de la pandemia?

Ha habido dos clases de medidas, una de ellas las tomadas por el Banco de la República desde el punto de vista de la política monetaria, garantizando la liquidez y el flujo del crédito. Se generó una reducción de la tasa de interés a mínimos históricos. Recordemos que la tasa del interés del Banco está en 1.75; nunca antes habíamos tenido unas tasas tan bajas; falta todavía la transmisión de esas tasas a algunas de las tasas que cobran los establecimientos de crédito. Desde el punto de vista de política monetaria, se ha hecho todo lo que estaba al alcance. Desde el punto de vista fiscal, también han sido muy buenas las políticas. Recordemos que el Gobierno implementó desde el inicio de la pandemia un plan de choque. Se apropiaron cerca de $30 billones, tres puntos del PIB, para tres temas fundamentales: los gastos en salud, las transferencias para los hogares y los apoyos a través de subsidios a la nómina y las líneas de financiamiento. ¿Qué se hubiese podido hacer mejor? Acelerar la implementación de algunos de estos programas, especialmente la ejecución de los recursos relacionados con salud y el subsidio a la nómina. Estamos proponiendo focalizar el subsidio a la nómina para las micro y pequeñas empresas.

 

¿Qué opinión tiene del papel que jugaron los bancos, tan cuestionados al inicio de la pandemia?

Ha habido cosas positivas. La banca, de manera proactiva, suspendió los pagos para créditos grandes e hipotecarios; eso fue un alivio muy importante para la caja de los hogares. Afortunadamente, el valor de las viviendas no cayó durante esta crisis. Destaco también la solidez de nuestro sistema financiero. Fíjense que nunca se ha mencionado un problema de solvencia o de liquidez de los bancos. Tenemos un sistema financiero tremendamente estable y eso es muy importante. Los que vivimos la crisis del 99, recordaremos que hubo un componente muy grande de contracción del crédito, de quiebra de bancos, de crisis hipotecaria, y que generó que la crisis durara mucho más tiempo. Ha hecho falta que se acelere la transmisión de la reducción de las tasas de interés del Banco de la República a las tasas de interés de los bancos, lo que tiene que ver con tarjetas de crédito y créditos de consumo. La transmisión no supera el 30% de la reducción total que ha hecho el Banco de la República.

 

Para nadie es un secreto que frente a una crisis unas regiones responden mejor que otras, y Neiva ha sido una de las ciudades más golpeadas, ¿Qué visión tiene de lo que está ocurriendo en la capital del Huila?

Muy preocupante. Cada vez que veo a Neiva en el top 5 de ciudades con mayor desempleo, me ha generado esa inquietud. Hay varias explicaciones. La composición productiva de las diferentes regiones tiene retos importantes. Pensando hacia el mediano y largo plazo, hay que hacer una estrategia de profundización de la estructura productiva que permita tener una mayor solidez cuando lleguen este tipo de choques. Será muy importante no generar restricciones a la actividad productiva. Está claramente probado que las ciudades con mayores restricciones a la actividad productiva, son las que han tenido mayores caídas de la actividad económica y por ende, mayores destrucciones del empleo. Hay que utilizar las cuarentenas como medidas de última instancia porque tienen costos económicos muy grandes. No hay que olvidar que nuestras economías, a diferencia de las economías de Europa, tienen unas incidencias muy altas de informalidad laboral. Yo recomendaría además generar planes de choque en obras de infraestructura productiva. Eso es muy importante porque buena parte de la recuperación va a depender en esta coyuntura del sector público. Hay recursos de regalías en el total nacional de cerca de $6 billones que todavía no están apropiados. Estos recursos podrían ser muy útiles para infraestructura, que no solamente jalona la actividad económica sino también el empleo calificado.

 

En Neiva, desde la Gobernación y la Cámara de Comercio del Huila se viene alentando para que el sector público y privado se una y le haga frente a la crisis, ¿Qué opina?

Las alianzas público-privadas son esenciales. En una crisis como la que tenemos actualmente el rol del sector público es fundamental porque tiene la capacidad financiera para acelerar el gasto público y generar planes de choque de inversión pública, pero al final de cuentas, el aparato productivo en su gran mayoría tiene que ver con decisiones del sector privado. Las alianzas público-privadas para establecer estrategias, planes concretos y resolver cuellos de botella que están impidiendo el aumento de la actividad productiva, son absolutamente esenciales. Me complace mucho conocer que ese tipo de iniciativas se están desarrollando en Neiva, ojalá, se puedan concretar con metas que permitan de nuevo acelerar la recuperación de la actividad productiva. El crecimiento económico determina la generación de empleo y está plenamente probado. Si estos planes apuntan a una recuperación de la actividad productiva, eso será tremendamente útil.

 

¿Qué tan desastroso podría ser para el país y para ciudades como Neiva volver a un confinamiento total o una cuarentena general?

Las cuarentenas tienen que ser un recurso de última instancia. Fueron muy útiles en su momento –finales de marzo y abril—para expandir la capacidad instalada del sistema sanitario, pero también están claros los costos económicos asociados con una cuarentena. No hay que olvidar que nosotros estimamos que cada mes de cuarentena le costaba al país cerca de $45 billones y que en abril se perdió un 20% de la capacidad productiva. Esos recursos no se van a volver a recuperar. La cuarentena no es para descartarla, pero tiene que ser un instrumento de última instancia por los enormes costos económicos, costos que asumen no sólo las empresas sino los empleados. Y eso al final, impacta las cifras de pobreza. Por eso, hemos sido bastante pesimistas sobre las cifras de pobreza. El riesgo más grande que tenemos hoy desde el punto de vista económico está asociado a las cuarentenas.

 

Usted dijo en mayo pasado que 2020 iba a ser el peor año en la historia económica del país, ¿Sigue pensando lo mismo?

Sí. Infortunadamente, esos pronósticos se van a hacer realidad. La contracción más alta que había tenido la economía colombiana fue de 4,3, en la crisis de 1999, fin del siglo XX. En mayo, estábamos hablando de un rango de crecimiento negativo del 5 y el 7,9. Con el pasar de los meses, nosotros estimamos que este año la economía colombiana se va a contraer un 6,5%. Es la contracción más grande en la historia económica moderna de nuestro país. Sin embargo, hay que decir que nosotros somos más optimistas que el mercado, que estima una contracción cercana al 7,5%, e incluso que organismos multilaterales como el Fondo Monetario Internacional, que estima una contracción del 8,2%. Nosotros somos optimistas porque las cifras de los últimos meses han sido más positivas de lo que pensábamos. En desempleo, ya estamos en 16,3%; en demanda de energía estamos viendo crecimientos positivos; los despachos de cemento están empezando a recuperar su dinámica. Somos optimistas en el contexto de lo que hubiera podido ser un escenario peor, pero por supuesto, estamos hablando de cifras que no se habían visto en más de 100 años de historia económica del país.

 

Frente a lo que viene para 2021, ¿Qué les recomendaría a los huilenses?

Nosotros somos bastante optimistas en materia de recuperación. Nosotros no creemos que esto sea un choque permanente que vaya a generar que en 2021 tengamos una contracción de la actividad productiva. Estamos estimando que después de una contracción de 6,5 este año, en el 2021 la economía colombiana va a crecer un 4,4%. Fíjese que no es lo suficiente para recuperar el terreno perdido. En materia de desempleo, estimamos que el próximo año la tasa estará en el 11,1%. Yo creo que el 2021 será un año mucho mejor que el 2020. Vamos a tener un fortalecimiento en el ingreso de los hogares, habrá mayor generación de empleo, en medio de la pandemia. Nosotros no estamos estimado que la pandemia vaya a desaparecer. Lo que pasa es que nos estamos acostumbrando a la nueva normalidad, cumpliendo los protocolos de bioseguridad, generando la actividad productiva, que es la fuente primordial de ingreso para los hogares. No hay que olvidar que está en nuestras manos el que no haya cuarentenas adicionales. También esta crisis es una oportunidad para hacer una reingeniería de los gastos. Hay que enfocarnos en los gastos que son realmente necesarios. Ojalá, prioricemos gastos esenciales como vestuario, educación, comida y transporte, y tengamos algo de ahorro.