Estos últimos días el pueblo colombiano ha sido testigo de uno de los hechos más importantes de los últimos tiempos, la Guerrilla más fuerte del mundo, marcha por las carreteras y trochas del país para avanzar en la consolidación de una fuerza política que se sigue pensando el poder, pero sin las armas. Estas, continúan adecuándose en las zonas veredales cumpliendo lo pactado con el gobierno nacional, mientras este último sigue mostrándose incapaz, tal vez con intención, de resolver los problemas logísticos de estas zonas, como si se tratara únicamente de un afán para quitarle las armas a la guerrilla y mostrar “resultados” al mundo.
Durante el trascurso de la marcha, las lágrimas, los abrazos y buenos deseos fue la constante de los pobladores de las regiones donde operaba la guerrilla, manifestaron el temor de que se marcharan quienes históricamente habían logrado constituirse como gobierno y establecer normas de convivencia concertadas con las comunidades, ante la mirada inepta del estado que siempre quiso mostrar como “repúblicas independientes” las regiones donde mayor resistencia social y armada encontraron para tener el pretexto de no invertir socialmente y sumir en la pobreza estas regiones que para los políticos de turno no eran rentables porque no daban votos.
Como explica el gobierno que en regiones como el Catatumbo los campesinos impidieron la salida de las FARC hacia la Zona Veredal Transitoria de Normalización para pedirles que no se retiraran, porque el paramilitarismo estaba ocupando la región y que temían por sus vidas y sabían que solo ellos eran quienes podrían defenderlos de dicha arremetida. Ante esta situación surge el interrogante, ¿Porque el gobierno se empeña en decir que no hay rearme paramilitar? ¿Porque no tomar la decisión de atacar el problema de raíz? Es responsabilidad total del Gobierno Nacional garantizar la seguridad a los más desprotegidos del País.
La mayoría de personas que hicieron campaña en áreas golpeadas por el conflicto armado, acomodaron sus discursos para responsabilizar a las FARC por todos los problemas sociales que se presentan, hoy, cuando la insurgencia ha tomado la decisión de optar por la lucha democrática desde la legalidad, estos mismos distinguidos políticos están quedando en evidencia como los responsables directos del fracaso de un modelo económico que está basado en la mafia y a empoderar a quienes siempre han ostentado el poder para beneficio de unos pocos.
La llegada de las Farc y esperamos que del ELN al escenario político legal permitirá ratificar que hemos sido gobernados por una clase minoritaria que se ha robado el país y que otras opciones de poder son más viables para avanzar en el objetivo de mejorar las condiciones de vida de las mayorías.
PD: Mucho rumoraron y hasta se rasgaron las vestiduras algunos políticos y mal intencionados servidores públicos diciendo que las Farc no le cumplirían al país y que en especial el Comandante Oscar Montero jefe de la columna Móvil Teófilo forero no estaba con el proceso de paz y que jamás se le vería concentrado para asumir el paso a la vida Civil, esta semana las redes sociales lo siguen mostrando al frente de su tropa, liderando el camino de la Paz hacia la reconciliación.