La Nación
Las medidas... 1 29 marzo, 2024
COLUMNISTAS OPINIÓN

Las medidas…

Por: Francisco Argüello

 

El desespero de los gobernantes es entendible. Y más con un Hospital de Neiva que jamás había pasado el 90 por ciento de ocupación y con decenas de pacientes del Caquetá  y Putumayo que ven en la capital del Huila como el escampadero más rápido para lograr una cama en una UCI.  Pero hay que ser justos. Hay medidas que funcionan muy bien y otras que no pasan de ser un mero anuncio. El toque de queda después de las 8:00 p.m. hasta las 4:00 a.m. en la ciudad resulta estupendo un jueves, viernes o sábado. Entre semana es un saludo a la bandera porque Neiva duerme temprano. No es una capital nocturna como Las Vegas o Bogotá. O, ¿acaso observan aglomeraciones de opitas en las noches como se evidencia en las calles durante el día?

El pico y cédula sí podría funcionar, pero en la ciudad ocurre el problema de la capital y el resto del país: no hay suficientes policías que controlen a los neivanos desordenados que quieren saltarse la regla.

El virus está presente, se expandió. Y ya se volvió un asunto de responsabilidad individual. O me contagio y me jodo, o le arruino la vida a los demás. No hay medida de Gorky Muñoz o Luis Enrique Dussán que funcione perfectamente porque desgraciadamente ya se tiene que vivir con el riesgo de morir o pasarla mal. Sin embargo, hay empresas que en pleno pico de la pandemia, cuando las UCI están colapsadas, que contradictoriamente aumentaron los horarios de sus empleados y olvidaron que Neiva debe migrar a la virtualidad, como Bogotá y el resto del mundo, al menos temporalmente. ¿Vale la pena una jornada de 8:00 a.m. hasta las 6:00 p.m. cuando el personal- al menos mientras bajan los contagios- podría estar laborando en medio turno o por internet? Ahí es dónde las medidas del Alcalde y el Gobernador deberían ir direccionadas. O, ¿acaso no hay contratistas que los hacen calentar puesto todo el día en las entidades públicas en lugar de turnarlos o envíarlos a la casa a laborar a través de internet? El riesgo está en la masa, en la aglomeración de gente en la calle, en los centros comerciales. Y claro, en las empresas. Hay que trabajar, nadie lo duda, pero mientras se descongestionan las UCI hay que tomar medidas y bajarle al ritmo. No será un mes, ni dos, porque a nadie lo volverán a encerrar como el año pasado. Duque se resiste a enclaustrar la ciudadanía. Y no porque no le apetezca, si no porque tiene claro que el empresariado le protestará y muchos ciudadanos se declararán en desobediencia civil porque ya le temen más al hambre que al virus.

Así como los colegios empezarán entre las aulas y la virtualidad de las casas, así deberían funcionar muchas empresas, al menos por una o dos semanas, mientras baja el pico. O tendremos que ver a nuestros familiares muriendo esperando una UCI. O, ¿para dónde los llevan? Bogotá está a tope, Ibagué, peor. Y sigan buscando en los departamentos de ahí hacia arriba.