En cuanto a las vías, su gran mayoría son un completo desastre. Veamos las razones:
Conservación: Un porcentaje altísimo de las vías de la ciudad se encuentran con cantidad de huecos. Ello obedece a la falta de diligencia oportuna del señor Alcalde para ordenar y contratar el arreglo y mantenimiento de las mismas. Uno de los principios administrativos del gobernante es realizar el mantenimiento de cualquier obra existente o que se construya. La única forma de conservarla en buen estado, es el mantenimiento. Esta figura o actividad no se ve en esta administración municipal, no obstante, el gran empréstito que le autorizó el concejo municipal (sesenta mil millones de pesos). Criticable que se haya arreglado la calle 8ª entre carreras 6ª y 7ª en donde se invirtieron más de mil millones de pesos. Esa obra, por ahora, no era necesaria, tampoco prioritaria.
Así mismo, se hicieron algunas obras sobre la carrera 2ª que no constituyen ninguna necesidad, tampoco prioridad. Le hicieron ciclovía en ambos sentidos. Esas constituyen un grave peligro para los ciclistas que la utilicen en tal forma que de llegarse a deslizar (que es de común ocurrencia en esta clase de velocípedos) serían atropellados por los vehículos que transitan en ambos sentidos. Las ciclovías en todo el mundo se hacen o, en forma individual sin tráfico vehicular, o bien, hacia los andenes sin importar el tráfico vehicular. Además, hoy nadie las utiliza, precisamente por el peligro que presentan. Qué bueno que el señor Alcalde priorizara el arreglo, reparación y mantenimiento de las vías.
De otra parte, se plantea y parece que el señor Alcalde está de acuerdo que se debe realizar obras dirigidas a posibilitar la utilización de las graderías del estadio de Futbol. Inclusive ha señalado que, de aprobar, por parte del Concejo un nuevo empréstito, utilizará parte para esos arreglos. Los estadios de futbol de todo el mundo generalmente son de los equipos o empresas futboleras constituidas con fines económicos para ellas, es decir, son empresas privadas con ánimo de lucro. En Colombia, en su aspecto jurídico-contractual así están constituidas.
Entonces, sin mayores esfuerzos de análisis, los gobernantes no tienen ninguna razón para hacer inversiones con dineros de los que contribuyen al sostenimiento de la administración pública. Fue un error grande, nos parece, salvo mejor criterio debidamente sustentado, que las anteriores administraciones hayan invertido altas sumas de dinero de los contribuyentes para remodelarlo cuyos ingresos por los servicios que pueda prestar no entran al municipio sino para la empresa privada dueña del equipo respectivo con el agregado que tal remodelación fue un fiasco en donde, seguramente por la imprevisión de los constructores se perdieron vidas, en tanto que su habilitación será altamente costosa.
El gobernante, en nuestro caso, nuestro Alcalde, debe abstenerse de realizar esta clase de inversiones así la medida sea impopular, en tanto que el Concejo no debe aprobarlas puesto que constituye, sin lugar a dudas, un equivocado manejo económico en tanto que se presentaría el llamado detrimento patrimonial. La sensatez y el sentido común, nos parece, conduce que se debe reestudiar la destinación que se le debe dar a ese patrimonio, por ejemplo: darlo en venta o adecuarlo para prestar un servicio a la comunidad en general. Los entes de control (contraloría y Procuraduría), nos parece, debían hacer un control preventivo sobre esas decisiones para establecer si existe o no una responsabilidad patrimonial por hacer inversiones en empresas privadas como lo es el fútbol.
Todos reclamamos con respeto que el señor Alcalde debe tomar conciencia que lo prioritario, para este momento, es el arreglo de las calles por donde transita el flujo vehicular diariamente y no realizar obras que pueden ser vistosas, pero no prioritarias, tampoco necesarias como las que indicamos antes.