Germán Palomo García
La preocupante tendencia persistente al crecimiento del desempleo desde hace 15 trimestres tiene al gobierno y a los analistas y empresarios planteando ideas de diferente naturaleza para contrarrestarla con la generación de nuevos puestos de trabajo que, casi de inmediato, son rechazadas sin que merezcan una profundidad mayor, lo cual no es bueno. Al presidente de FENALCO se le ocurrió proponer la contratación laboral por horas y “gracias” a una desafortunada opinión de la hoy ministra del Interior al poner un ejemplo de un ingeniero de sistemas que puede ser contratado por horas “pues no se requiere más tiempo”, prácticamente borró esta posibilidad. Vale anotar que la contratación por horas existe en nuestro régimen laboral hace tiempo. Lo que plantea FENALCO es que se aplique de aquí en adelante con todas las prestaciones sociales estableciendo el valor de una hora integral, pero para quienes están desempleados al momento de acoger la nueva disposición. Esto no resulta fácil y puede interpretarse como una modalidad aplicable a determinada población laboral que en cualquier momento puede cambiar enfrentando la disyuntiva de regresar al régimen convencional (el actual) o complementar el nuevo con otros beneficios. Hasta el momento, falta mucho análisis para establecer la viabilidad de acoger esta modalidad por lo que debe analizarse con más agudeza para finalmente decidir sobre ella. Lo que siempre pasa en Colombia, es que se arma el escándalo y luego se analiza el efecto real de tal propuesta y así todo resulta en un espectáculo por muchos días.
Otra de las propuestas sobre el estímulo al empleo proviene de ANIF, la Asociación de Instituciones Financieras, que sugiere eliminar la contribución del 4% sobre los salarios para las cajas de compensación familiar. Esta propuesta no es nueva y hace más de 10 años se propuso suspender estas transferencias argumentando que las cajas de compensación familiar ya estaban en condiciones de auto sostenimiento, una meta que sigue siendo un propósito pero que, precisamente por “colgarle” más arandelas sin los debidos recursos, quizás por estos argumentos, han puesto en riesgo a varias de ellas. El caso de la atención en salud es el más preocupante hasta el punto de que varias están contemplando escindir de su estructura este negocio para no afectar los resultados de las cajas. En suma, el problema del desempleo no es de costos sino de productividad y competitividad. Pareciera que todo se resolvería con menores costos laborales, pero si no hay mejoras en productividad y competitividad tampoco se estimularía el empleo. Esta es la realidad y en estos factores muy pocas empresas están haciendo lo pertinente.