El gobierno, la Rama Judicial y el Congreso intentaron con muchos ires y venires y todo tipo de sobresaltos (deserción de algunas Cortes) sacar una reforma a la justicia que le diera autonomía, acceso y descongestión judicial. El gobierno, la Rama Judicial y el Congreso intentaron con muchos ires y venires y todo tipo de sobresaltos (deserción de algunas Cortes) sacar una reforma a la justicia que le diera autonomía, acceso y descongestión judicial. Y por supuesto no fue ajeno al ingrediente político especialmente por las competencias electorales de las Cortes y la aspiración de doble instancia en los procesos de los congresistas, pero eso terminó mal, se “salió de madre”, fue “más caro el caldo que los huevos”, por cuenta de una comisión de conciliación que irregularmente colgó al texto del Acto Legislativo todo tipo de “micos”, levantando la ira popular con toda la razón. LO BUENO: 1- Acceso a la justicia del colombiano de a pie. Establece que no puede haber municipio en Colombia sin Juez. 2- Fortalece la autonomía de la Rama, con mayor presupuesto, su propia administración y mecanismos de permanencia como de nombramientos de Magistrados y Jueces, sin injerencias de otras ramas del poder. 3- Se facilitan mecanismos de descongestión. 4- La posición del presidente Santos de objetarla en búsqueda de correctivos. LO MALO: 1- Atenta contra la figura de pérdida de investidura con la gradualidad, que puede terminar simplemente en una suspensión. 2- Involucrar los secretarios de Senado y Cámara en el grupo de los aforados. 3- No eliminar del todo la Comisión de Acusación de la Cámara. 4- Incluir aforados que investigaba la Fiscalía y juzgaba la Corte a la esfera solamente de esta última congestionándola y poniendo en riesgo procesos contra altos funcionarios del estado. LO FEO: 1- Todo el proceso de conciliación, donde los presidentes de Cámara y Senado no involucran a la totalidad de los ponentes que vienen de las comisiones primeras especializadas en la materia y de manera inusual designan conciliadores de otras comisiones; como también lo irreglamentario de involucrar temas que no estaban en los textos finales aprobados en cada una de las Cámaras como también suprimir varios parágrafos que preveían una reglas de transición. 2- Le faltó “perrenque” a los Ministros para encarar a la Comisión de Conciliación y no dejarse excluir en ese definitivo proceso, como también el “mutis por el foro” de éstos en la plenaria misma donde no dijeron “esta boca es mía”. 3- Una práctica de técnica legislativa negligente, ineficaz y poco precavida de todos los congresistas frente a la explicación de los ponentes y conciliadores. 4- Le sumamos un motivo más de desprestigio al Congreso. Todo el palo que nos den, nos lo merecemos.