La Nación
Lo que pasó en Chile 1 19 abril, 2024
OPINIÓN COLUMNISTAS

Lo que pasó en Chile

Por: Alexander Molina Guzmán

Sucedió el fin de semana pasado, y fue que los chilenos no sólo salieron a elegir concejales, alcaldes y por primera vez gobernadores, sino que eligieron a las 155 personas que conformarán la Convención Constituyente que se encargará de redactar una nueva constitución política; convención que tendrá 17 cupos exclusivos para los pueblos indígenas. Fue el cumplimiento al plebiscito de octubre del año pasado por medio del cual los chilenos tomaron la decisión mayoritaria de hacer una nueva constitución.

Ese es el gran logro de los chilenos, que después de enfrentar al poder político y económico en las calles, que no los representaba, decidieron elegir una Convención Constituyente que sí los represente y deje atrás la constitución que dejó la dictadura de Pinochet, dejar más de treinta años de ofrecimientos incumplidos y hacer una nación más justa y equitativa. Como consecuencia, los independientes y la oposición dominarán esa convención, pues fueron los grandes ganadores de la jornada dejando reducida la participación de los partidos tradicionales.

Ese es un buen ejemplo a seguir en Colombia. Esas grandes manifestaciones pacíficas que lograron tumbar la reforma tributaria, que lograron el hundimiento de la reforma a la salud y que continúa exigiendo más reformas sociales, son la punta de lanza para seguir avanzando hacia la toma del poder de fuerzas políticas independientes. No necesitamos cambiar la constitución política, necesitamos es rescatarla de las manos de la plutocracia de este país que la han desconocido, a tal punto, que nos han hecho creer que “garantizar los derechos fundamentales es una traba al desarrollo económico”; que los derechos fundamentales deben quitarle su carácter de “humanidad” y ponerlos como un negocio más al servicio de los poderosos grupos económicos. Lo que se requiere, es que el poder de estas grandes manifestaciones se traduzca en un fuerte poder ciudadano que le dé un golpe a la mesa del poder político y logre, el próximo año, elegir un congreso con mayorías independientes y opositoras al régimen impuesto. Ese sería un primer gran paso hacia un nuevo régimen político que realmente sea democrático, justo, equitativo; que le arrebate a las mafias de este país el Estado y lo ponga al servicio de la gente. El segundo gran paso es elegir un gobierno nacional que sea la expresión de ese nuevo congreso; que sea la expresión de la fuerza ciudadana que se desató de manera pacífica en las calles; que sea un gobierno que le apueste a un capitalismo progresista y que abra el camino hacia una democracia efectivamente garantista de la constitución política, de los derechos fundamentales de la gente.