La justicia absolvió a Saúl Casas Espinosa y a John Fabio Gaviria Ramírez, quienes habían sido acusados de extorsionar a empresarios en el Huila. Los dos entregaron sobres sellados que llevaban panfletos extorsivos. “Fuera de su objetiva participación en la entrega de los mensajes…no se allegó ningún otro medio de prueba…”, dijo el juez.
Rafael Rodríguez C.
“No se allegó ningún otro medio de prueba que nos permita inferir su real y verdadero conocimiento en la comisión de las conductas atribuidas por la Fiscalía”, sentenció el juez al absolver a Saúl Casas Espinosa y John Fabio Gaviria Ramírez, acusados de extorsionar a comerciantes, gerentes de entidades financieras y un empresario cafetero, en el Huila.
La decisión fue adoptada por el Juez Primero Penal Especializado de Neiva con Funciones de Conocimiento, luego de analizar las pruebas documentales y testimoniales llevadas a juicio oral por la Fiscalía Sexta Especializada.
Casas Espinosa y Gaviria Ramírez, fueron llevados a juicio por los delitos de concierto para delinquir, extorsión agravada, terrorismo y porte de armas o explosivos.
El fiscal en la acusación, manifestó que los dos hombres eran miembros de una banda que se hacía pasar por disidentes de las Farc al mando de alias ‘Brayan’, para intimidar a las víctimas.
Las exigencias económicas las realizaban a través de panfletos y cartas intimidatorias, a un gerente bancario, un gerente de una cooperativa y comerciantes de los municipios de Algeciras, Campoalegre, Hobo y Neiva.
Señaló el ente acusador que los supuestos disidentes enviaban a las casas de las víctimas los panfletos y las cartas intimidantes exigiéndoles las millonarias sumas de dinero. “Su modus operandi consiste en hacer llegar a sus casas o negocios, panfletos a nombre de la comisión de organización y finanzas del frente Manuel Marulanda de las Farc, en el cual señalan que no están de acuerdo con el proceso de paz, que se encargarán de hacer ‘limpieza’ y por tanto los convocan a una reunión en zona rural para hablar temas políticos, e indican que, si no acuden a la cita después de dos llamados, deberán atenerse a las consecuencias”, explicó la Fiscalía.
Las investigaciones contra la banda, iniciaron con la denuncia instaurada por una de las víctimas, que dejó al descubierto que las exigencias económicas también las habían hecho a ocho comerciantes. “Fueron constreñidas mediante la exigencia de las llamadas ‘vacunas’ a nombre de dicho grupo, infundiendo temor y zozobra”.
Entregaron panfletos
En el juicio oral contra Casas Espinosa y Gaviria Ramírez, quedó demostrado que los dos entregaron sobres sellados en los que iban los panfletos extorsivos a sus víctimas.
Un empresario de café en Neiva, que reconoció en la sala de audiencias a Saúl Casas, señaló que lo conocía desde hace varios años y lo reconoce como el que le entregó un papel totalmente sellado de las Farc extorsionándolo.
“Casas Espinosa le dijo que ahí le mandaban pero que no sabía quién, después dialogó con él sobre ese panfleto vía telefónica, ya que lo conoce y habían tenido multimillonarios negocios, pero él le dijo que no tenía nada que ver en eso”, manifestó el cafetero en la diligencia judicial.
Dos de los presuntos integrantes de la banda delincuencial, Milton Hernán Rivera Perdomo y John Fabio Gaviria Ramírez, indicaron que conocían a Saúl “descartando cualquier tipo de relación”, dijo el juez.
El togado sobre Gaviria Ramírez, señaló que su situación es semejante a la de Casas Espinosa, al indicar que la víctima que recibió el panfleto de manos de él, indicó que el hombre lo hizo bajo el influjo de bebidas embriagantes.
“El testigo indicó que fue él la persona que le entregó el recado totalmente sellado, estando ebrio, deduciéndose de ello que al parecer desconocía su contenido y objetivo ilícito, más aún si se tiene en cuenta que una vez lo recibe, lo lee y le increpa porque se prestaba para eso, de una vez le pide que se lo devuelva y a pesar de esta situación se va para el sitio en donde se encontraba ingiriendo licor acompañado de otros personas, lo cual indica la probable ausencia de dolo”, explicó el juez.
Duda en las pruebas
Sostuvo el operados judicial que fuera de su participación en la entrega de los mensajes allegados, semejantes con los recibidos por las otras víctimas y pese a hacerse efectiva a la amenaza con el lanzamiento del artefacto explosivo a la vivienda de una de las víctimas, “no se allegó ningún otro medio de prueba que nos permita inferir su real y verdadero conocimiento en la comisión de las conductas atribuidas por la Fiscalía”.
Precisó que ante las “serias dudas surgidas” de las pruebas practicadas en el juicio oral y no de “meras especulaciones o retórica sin fundamento”, se debe reconocer a los acusados Casas Espinosa y Gaviria Ramírez el principio del in dubio pro reo (en caso de duda, a favor del acusado).
Sostuvo que las pruebas practicadas “nos permiten llegar a la conclusión de que en verdad existe una duda sustancial plausible, razonable respecto de estos dos acusados, no lográndose llegar al convencimiento necesario de su responsabilidad, por lo que no existe otro camino que declarar su absolución”.
