Eduardo Gutiérrez Arias
El partido Alianza Verde ha sido un intento por crear una organización política por encima de las contradicciones de clase de la sociedad colombiana. Nació en el año 2005 como Partido Opción Centro impulsado por miembros de la Alianza Democrática M-19. En junio del 2007 se transformó en Partido Verde Opción Centro y entre los años 2009 al 2013 vivió un interesante proceso de acercamiento y unidad entre diversos movimientos del centro y la izquierda del país que lo llevó a convertirse en el Partido Alianza Verde en su congreso de septiembre de este último año. Por eso a su organización han llegado personalidades de la derecha civilista, el centro y la izquierda, algunos durante muy corto tiempo y otros que aún se mantienen en el mismo. Mencionemos entre ellos a Enrique Peñalosa, Jorge Londoño, Lucho Garzón, Jhon Sudarsky, Sergio Fajardo, Gustavo Petro, Antonio Navarro, Claudia López, Marcelo Torres, Ángela Robledo, Luis Carlos Avellaneda, Camilo Romero e Iván Marulanda. Esta diversidad política le ha dificultado construir un programa homogéneo y coherente, unos estatutos que mantengan su cohesión y unidad y una táctica que facilite el acceso al poder.
Aunque es indudable que la organización ha venido creciendo y que hoy hace parte de las más influyentes de la nación, a ella también la afecta el desprestigio de la institucionalidad política y la poca credibilidad de los colombianos en los partidos, al punto que la mayoría de los ciudadanos no se consideran matriculados en ninguno de ellos. En la actual coyuntura, con una derecha radical que ya lleva más de un cuarto de siglo en el poder liderada por el uribismo y sin solución a ninguno de los grandes problemas del país como la violencia política, las masacres, los asesinatos de líderes sociales, la permanente violación de los derechos humanos, el narcotráfico, la corrupción administrativa, los altos niveles de pobreza y miseria, la gran desigualdad social y el estancamiento económico, que lleva a las mayorías nacionales a pensar que ha llegado el momento de un cambio en la dirección del Estado y para lograrlo elegir un gobierno democrático y progresista. Para garantizar ese cambio es necesario la unidad de las fuerzas de izquierda y de centro. Toda maniobra dilatoria como vetar a Gustavo Petro y la izquierda en una consulta interpartidista para seleccionar un candidato de las fuerzas alternativas, sólo favorece a la derecha en el poder. Si los Verdes continúan en su empeño de una alianza de Centro sin la Izquierda, están abriéndole el camino a un triunfo del actual autoritarismo, repitiendo la historia del 2018.