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“Los cafés de Colombia son reconocidos por ser lavados y muy suaves; yo me salí de la norma” 1 24 abril, 2024
ECONOMÍA

“Los cafés de Colombia son reconocidos por ser lavados y muy suaves; yo me salí de la norma”

Nació en el campo, con partera en casa, y toda su vida ha estado ligada al amor por labrar la tierra: Alba Lely Pizo es una de las mujeres cafeteras del Huila que representa a uno de los mejores cafés del departamento, gracias al cambio de procesos que ha logrado por medio de uno de sus hijos. En diálogo con LA NACIÓN ambos se sumergieron en el mundo de éste el producto insignia de la región.

huila@lanacion.com.co

Los 53 años de vida de Alba Lely Pizo han transcurrido en las mismas  verdes y fértiles montañas del municipio de El Pital, al sur occidente del departamento de Huila, uno de los territorios donde se cultivan los mejores cafés del mundo.

La campesina es oriunda de la vereda Las Minas, donde tiene una finca de cuatro hectáreas de tierra. Nació en el campo, con partera en casa, y toda su vida ha estado ligada al amor por labrar la tierra. Con el paso de los años y gracias al amor y esfuerzo, junto con su esposo lograron comprar otra finca de tres hectáreas en la vereda El Vegón, de un clima menos cálido que la primera en mención, allí le han metido toda la ficha al cambio en técnicas de producción.

Desde hace cinco años comenzaron a cultivar café de alta calidad por medio de la capacitación que les ha brindado Yeison, su hijo mayor. Y la familia ahora es reconocida en el departamento porque presentó su lote al concurso de cafés de alta calidad en Huila, en el marco de la primera Feria Internacional del Café, Cacao, y Agroturismo y logró la más alta puntuación de entre 245 lotes que se postularon, la puntuación fue de 87,56 en la escala CSA.

La génesis

Paradójicamente, todo comenzó cuando Yeison tuvo la oportunidad de trabajar como barista y barman en el prestigioso hotel Tequendama en Bogotá, allí el joven descubrió la importancia y el elevado precio que podía llegar a tener en taza el mismo grano que él había visto durante toda su vida en casa, en el campo. Años atrás se había dejado seducir por el barismo en la gran ciudad, pero luego le apostaría a la siembra con altos estándares en las montañas de El Pital.

A Yeison lo inspiró el barismo y todo el aprendizaje lo adquirió en Bogotá. Trabajó en varios lugares y su mayor referencia es el mencionado hotel. “Yo decía, pero es ilógico que una libra de café terminada cueste más que lo que le pagan a un campesino por una carga”, expresó.

Hace cinco años durante las famosas festividades de mitad de año San Juan y San Pedro en Huila regresó al departamento, en ese entonces la producción del grano arrojaba pérdidas debido a los bajos precios, y sus padres estaban agobiados a causa de las deudas. El joven vio una oportunidad, así que tras meditarlo, decidió retornar a El Pital, pero además aplicar todos los avanzados conocimientos que tenía en café, en la finca de la vereda El Vegón.

Un café natural

Aunque al comienzo el cambio que proponía fue bastante complejo, poco creíble e inconveniente, Yeison capacitó a sus padres y juntos optimizaron toda la producción. Las tierras fueron mejor adaptadas, el grano se comenzó a recolectar solo en un punto máximo de maduración, el café se dejó de descerezar, el secado contó con más ventilación, entre otros procesos mediante los cuales mejoró ostensiblemente la calidad, y eso fue reconocido muy pronto.

El año pasado la familia cafetera se llevó el primer lugar en el ‘Yara Champion Program’. Y este año el permio a la mejor taza del Huila en el concurso de cafés de alta calidad.

“El año pasado también fueron más de 200 participantes, pero nosotros ganamos la taza de oro con un café natural. Le hemos apostado a una agricultura sostenible y al ahorro del agua. El cambio de cultura se ha venido dando. Mis papás antes manejaban cinco litros de agua por cada kilo de café que se lavaba, en el natural el gasto es mínimo, nuestra técnica es Keniana, lo secamos con cáscara y todo”, explicó.

“Los cafés de Colombia son reconocidos por ser lavados y muy suaves, yo me salí de la norma del Comité Departamental de Cafeteros y la Federación, y comencé a realizar estos procesos de los cuales resulta un café mucho más fuerte. En mi proceso, luego de hacer muestras en laboratorio de los diferentes lotes, comienzo a hacer mezclas, es decir, si a un lote le falta dulce o acidez, lo balanceo con otro; requiere mucho trabajo”.

El lote que fue presentado al concurso de cafés de alta calidad del pasado fin de semana, tenía 80% café de oxidación y 20% café de fermentación.

No es fácil

La finca en la vereda El Vegón está ubicada a 1.705 metros sobre el nivel del mar, aunque cultiva mayormente café también cuenta con algunos árboles de aguacate hass.

La cosecha ha estado impactada por el cambio climático y por eso este año estuvieron “retardadas”, explicó Alba Lely Pizo.

“Nuestra cosecha siempre es el primer semestre, pero este año estuvo retardada, fue de julio y agosto, hace poco pasó, porque la cosecha siempre es en mayo, junio y julio”, agregó.

El surgir en el campo no es fácil y aunque la familia ahora cuenta con mejor liquidez, la realidad es que Alba Lely estudió hasta quinto de primaria y cuando tenía 20 años de edad logró validar el bachillerato y graduarse. Luego el Sena le brindó la oportunidad de realizar algunos cursos. Sus tres hijos Yeison, Darly  y Edna no han ingresado a la universidad, algunos han realizado cursos con el Sena.

De ahí la extrañeza de Yeison al conocer lo caro que es el producto final en taza, versus las pocas ganancias que quedan para los campesinos.

El conflicto interno armado del país también ha impactado a las familias campesinas y aunque está firmado el proceso de paz con las otrora guerrilla Farc, y la zozobra ha bajado, sigue vigente el miedo a las extorsiones.

El mercado es un lobo que juega con los precios de los insumos y se lleva gran parte de las ganancias que, vale recordarlo, ahora son mejores debido a los altísimos precios internos del café. “Así como subió el café, todo se ha incrementado muchísimo. Hay unas alzas en los químicos y productos que necesitamos para sacar las cosechas, en el momento un bulto de cal cuesta $165.000 mientras que antes estaba en $80.000”, expresó Alba.

Esta semana que termina Alba recibió llamadas desde el exterior que le pidieron lotes de su café. La campesina proyecta que continuarán creciendo.

De su producto se destaca la fragancia a pasas, cacao, dulce chocolate, uvas maduras, acidez cítrica jugoso – vino seco, frutos rojos – brevas maduras–, y un cuerpo muy alto. Eso conquistó a los expertos el pasado fin de semana.

“Mi hijo llegó con entusiasmo, diciendo que debíamos cambiar y así lo hemos hecho, con técnicas, ensayos…, fue iniciativa de mi hijo y nosotros lo apoyamos”.

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Al igual que con el café lavado, el secado del café natural se realiza en marquesinas.
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Las cerezas que floten deben apartarse del resto.
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Las cerezas se clasifican y limpian para separar las que estén inmaduras o dañadas por insectos.
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El grano se seca con todo y cáscara y se mueve constantemente debido a sus altas condiciones de humedad.