La Nación
“Los colombianos no deben dejarse manipular por las encuestas” 1 19 abril, 2024
ENTREVISTA

“Los colombianos no deben dejarse manipular por las encuestas”

A pocas semanas de las elecciones presidenciales, el candidato John Milton Rodríguez arremete contra las encuestas. En entrevista con LA NACIÓN, dice que “2.000 personas no pueden instrumentalizar la voluntad de 38 millones de colombianos”. Sobre Gustavo Petro, advierte que tiene un “lenguaje de odio y resentimiento”.

Jesús Antonio Rojas Serrano

editorgeneral@lanacion.com.co

“Los colombianos deben seguir escuchando propuestas y no dejarse manipular por unas encuestas”. Con estas palabras, el candidato presidencial por el partido Colombia Justa Libres, John Milton Rodríguez, arremetió contra los sondeos de opinión que ponen a Gustavo Petro y a Federico Gutiérrez como los favoritos de los comicios.

En entrevista con LA NACIÓN, el también senador habló sobre sus propuestas en temas como seguridad, pobreza y corrupción.

 ¿Qué lo motiva a aspirar a la Presidencia de la República?

Por amor a mi país. Porque tengo un liderazgo de 28 años; he mostrado eficiencia para defender proyectos sociales y de educación; hemos hecho un trabajo responsable. Me he formado a pulso; soy un ingeniero industrial, con un diplomado en finanzas corporativas y maestría en Gestión Pública. Me he destacado en mi desempeño como congresista. Esta historia de vida me permite presentarme ante el pueblo colombiano para ser su Presidente. Tengo la capacidad y la experiencia y he demostrado que con amor se pueden hacer las cosas, distante de los miedos, de los odios, distante de las polarizaciones. No tengo ninguna alianza con la casta política de este país, ni tampoco la demencia de llegar a un régimen como el de Venezuela. Quiero ofrecer un nuevo rumbo a este país, una visión de grandeza.

En materia de seguridad, ¿qué opina de lo que está pasando? ¿Qué propone?

La inteligencia del Estado se debe fortalecer para anticiparnos a la acción criminal, tanto de la delincuencia común como de las estructuras criminales y los grupos al margen de la ley. La ciudadanía merece tener la seguridad como un bien público del cual ella pueda apropiarse. Es necesario tener una regionalización de la seguridad. No podemos tener una política pública de seguridad genérica cuando tenemos problemas muy diferentes. En Nariño, la manera de enfrentar la inseguridad es la titulación de tierras que permita generar las garantías a la ciudadanía y erradicar aquellos grupos al margen de la ley que se han apropiado de esas tierras. En el Catatumbo, por ejemplo, las circunstancias son diferentes porque allí toca enfrentar la delincuencia con firmeza por parte del Estado; hay que aumentar la interdicción para frenar el tráfico de drogas, más allá de la erradicación manual de la coca. Otro ejemplo: el norte del Cauca, en donde la inseguridad tiene que ver con la parte étnica y a la población tiene que cumplírsele las promesas que se le han hecho en inversión social para quitarle el poder a los narcotraficantes sobre la ciudadanía. La seguridad tiene que ver también con el cumplimiento de una política de convivencia ciudadana, en la que nuestros niños y jóvenes encuentren oportunidades en el desarrollo legal de sus vidas.

El Dane reveló recientemente que la pobreza se ha reducido en el último año, pero ese indicador sigue siendo alto, ¿Cómo enfrentarla?

Yo no creo que la pobreza se haya disminuido. Hay unos datos, pero la realidad es diferente. Según la última encuesta del Dane, el 70% de los colombianos vive con menos de un salario mínimo. Esto significa un peligro inminente. La pobreza nuestra es incrementar nuestra capacidad exportadora. Nosotros tenemos 17 tratados de libre comercio que nos faculta exportar 5.000 productos con beneficio arancelario y solamente lo hacemos con 500. Tenemos 32 departamentos y solamente 7 desarrollan su capacidad exportadora. El 80% del campo colombiano está abandonado. Nosotros tenemos es que trabajar, con una gestión del Ministerio de Agricultura, Ministerio de Comercio y la Cancillería más agresiva para generar negociaciones directas con cada uno de los Estados de Estados Unidos, así como con Europa y Asia. Tenemos todas las posibilidades de incentivar la demanda. Tenemos todo un campo por desarrollar con un modelo de negocio que integre vías terciarias, sistema de riego, apropiación de tecnología y la modernización de los puertos.

¿Cree que Colombia podrá algún día acabar con la corrupción?

Yo creo que sí porque tenemos herramientas para hacerlo. Necesitamos medidas de choque, de corrección y de prevención. La ley 80 estuvo bien conceptualizada, pero las leyes que luego la reglamentaron, le abrieron unos portones inmensos a la contratación directa, haciendo posible el pago de favores políticos y el acceso de grupos al margen de la ley. Eso hay que modificarlo porque la corrupción no se da sólo en el orden nacional, también se da mucho más fuerte en el orden regional. Hay que corregir la manera en que se eligen los órganos de control porque son los mismos políticos eligiendo a quienes los van a controlar a ellos. El Congreso elige, por ejemplo, al Contralor y al Procurador. Y en materia preventiva, desde la misma niñez y la familia tiene que ser consciente que todo aquello que va en contra de la verdad se llama corrupción. A nuestros niños hay que enseñarles que decir mentiras es un acto de corrupción. Ahí arranca todo. Quien aprende a mentir, fácilmente se va a corromper. La corrupción se basa en mentiras.

Usted es conocido por su lucha contra el aborto, ¿de dónde surge esta iniciativa?

Ya son dos décadas de estar trabajando en la conciencia del valor de la vida, no solamente del bebé que está en gestación sino de la vida de cualquier persona, llámese líder social, campesino o policía. Cada vez me preocupa más que la vida la despreciamos. Por ejemplo, la Corte Constitucional dijo que la pesca deportiva le viola los derechos a un pez, pero no garantiza los derechos de un colombiano que está por nacer. Nuestra lucha es porque todos somos iguales ante la ley, todos tenemos derecho a la vida. Lo que tenemos que hacer en esa lucha es entender que si hay una Constitución, hay que respetarla, y que los bebés no pueden ser culpables de lo que pase con los adultos.

¿Qué puede esperar el Huila en un eventual gobierno suyo?

Huila será reconocido en Colombia y con una política pública muy clara como la despensa agrícola de nuestro país. Eso significaría que la inversión en vías terciarias será el triple de lo que ahora se está dando. Construiremos centros de acopio y sistemas de riego. Mi compromiso es generar el desarrollo de la actividad turística. Vamos a recuperar a San Agustín como verdadero destino turístico. Mi compromiso es garantizarle al Huila la seguridad necesaria para que los destinos turísticos, culturales e históricos sean restablecidos. Nos comprometemos con el Huila en darle conectividad virtual y contribuir al mejoramiento de la calidad educativa rural. Mi compromiso en Neiva es reducir el desempleo y llevarlo al 8%. Con el Huila me comprometo una reforma integral a la justicia. Estamos muy mal porque tienen más garantías los delincuentes, que la ciudadanía. Vamos a insertar 21.000 jueces más al sistema judicial colombiano. Necesitamos además reformar el sistema carcelario; el Inpec está podrido en corrupción, pero además de eso el Estado no resocializa a ningún preso. Hay algo que en el Huila me llama mucho la atención: la actividad pesquera. Esto hay que seguirlo impulsando.

Las encuestas siguen registrando que los colombianos ya han decidido entre dos opciones, Gustavo Petro y Federico Gutiérrez, ¿qué le dice usted a quienes están pensando en votar por ellos?

Yo respeto mucho la opinión de 2.000 personas, pero 2.000 personas no pueden instrumentalizar la voluntad de 38 millones de colombianos. Ese es un sistema antidemocrático y que le cierra posibilidades a nuevos liderazgos. Y es muy grave que en los debates, por ejemplo, no tengan en cuenta el mérito de candidaturas presidenciales oficiales, sino que le den mérito a la opinión de 2.000 personas. Los colombianos, entonces, no tienen la oportunidad de escuchar esas nuevas opciones. Yo me he abierto el espacio a codazo limpio, es decir, a punta de mérito. No tengo los recursos para pautar en los medios de comunicación como tienen los demás porque no me han dado el anticipo para la campaña política. Por ejemplo, en LA NACIÓN no pauto porque no tengo dinero para pautar, pero es un medio que está promoviendo que la gente conozca a todos los candidatos presidenciales. No es justo que la democracia se defina por la plata que tenga un candidato para invertir en hacerse visible. Los colombianos no han decidido votar por Fico o por Petro. Por eso, soy un rebelde contra el sistema y cuando hay debates y no me invitan, yo llamo. Los colombianos deben seguir escuchando propuestas y no deben dejarse manipular por unas encuestas. Eso no lo acepto.

¿Qué piensa de Fico y de Petro?

Fico Gutiérrez tiene propuestas muy importantes; es una persona carismática, pero me distancio de él porque está de acuerdo con las causales que permiten el aborto y yo no. Él está de acuerdo con la eutanasia, yo no. Él está de acuerdo con el matrimonio igualitario, yo no. No es responsable que Fico esté a favor de la renta básica porque yo sí quiero saber de dónde va a sacar la plata para darle un ingreso a 9 millones de colombianos. En el tema de Petro, tengo demasiadas diferencias, empezando porque el lenguaje de Petro es de odio. Petro ha salido a decir que los viejos no deben quitarles a los jóvenes el país. Es una generación permanente de odio, de lucha de clases, de jóvenes contra los mayores. Va a poner en discrepancia a los hijos con los papás. Eso no se hace. Yo no estoy de acuerdo con esa política del odio y del resentimiento que él maneja. Yo pienso que las pensiones de los colombianos se tienen que respetar. Me distancio completamente de Petro en el modelo económico que pretende crear y de acabar de la noche a la mañana la exploración y explotación de petróleo. Eso es condenar a Colombia a ser importadora de petróleo, a destruir la financiación para temas de educación y los pensionados. Deslegitimar la fuerza pública no es una buena idea de Petro. Hay es que llamar la atención de la gente en el sentido del respeto y la no violencia. Petro está de acuerdo con el aborto y yo no