Germán Palomo García
En el acto de presentación de las recomendaciones para la reforma fiscal el vocero de la comisión de expertos que asesora al gobierno Duque en la estructuración de la reforma tributaria calificó al sistema tributario colombiano de complejo, injusto y con alta informalidad. Calificativos muy diplomáticos para decir que este país es la excepción a la regla de que los impuestos son universales, es decir, se aplican a todos los ciudadanos de un país de acuerdo con sus ingresos. Ahora, con motivo de la reforma que el gobierno ha venido mostrando a cuentagotas, los políticos hacen declaraciones de respaldo a quienes no pagan los impuestos y las convierten en “caballito de batalla” de sus propuestas politiqueras; obvio, para los que no pagan resultan “cantos de sirena”. Algunas cifras resultan aleccionadoras para proponer lo contrario: Los declarantes de impuesto a la renta son apenas 3.81 millones de personas naturales, es decir, la tercera parte de la población económicamente activa (PEA). Las personas jurídicas que declaran son 549.757, por debajo de los registros de las Cámaras de Comercio y soportan una carga fiscal superior a la de las personas naturales (estas cargan con el 15% a pesar de ser 3.81 millones). En la mayoría de los países miembros de la OCDE, a la que Colombia pertenece, la carga de las personas está por el orden de 70%. En México 55.4%; Argentina 40.2%; Chile, 20%, todas tasas superiores a Colombia y su conformación demográfica es muy similar a nuestro país. La evasión en IVA, es del orden de $20,7 billones, y la evasión en renta es de $21,6 billones. ¿Suficientes datos, verdad?
Curiosamente, quienes aparecen defendiendo “No más impuestos” son los mismos que promueven la Renta Básica Universal con ingresos mínimos de entre 180.000 por familia y hasta 380.000 según las varias propuestas que se han presentado. Pero, ¿De dónde saldrá esta plata? ¿De mayor endeudamiento que ya se ha aumentado más de 100 mil millones de dólares y el déficit fiscal ya llega a 8.6% del PIB? Lo que pide la pandemia es incrementar los ingresos fiscales que con esta tercera reforma del gobierno Duque solo aspira a recoger menos de 20 billones cuando las necesidades son 3 veces mayores. En otras palabras, estamos trasladando un problema que nos tomará más de cinco años superar. El gobierno debe demostrar un ajuste de sus gastos, desprenderse de activos no estratégicos que hace rato está planteando pero no decidiendo y eliminar las deducciones y exenciones que valen más de 62 billones en un curioso ajuste de última hora que las redujo de 93 billones de pesos. No hay duda: el impuesto de renta en Colombia tiene una base gravable muy pequeña” ¿En donde está nuestra identidad de colombianos? ¿Solo pidiendo a papá gobierno sin importar si tiene o no? ¡Qué tristeza! Si la explicación es la corrupción, no hay solución a la vista.