Las historias de los médicos huilenses Rito Antonio Zambrano Navarrete y Carlos Eduardo Medina Gonzales están unidas por la fatalidad del covid-19, un enemigo voraz que ya ha cobrado la vida de más de 30 trabajadores de la salud en Colombia. LA NACIÓN resalta sus importantes legados.
Lucía Sánchez
A más 3 mil kilómetros de distancia entre sí, los médicos huilenses Rito Antonio Zambrano Navarrete y Carlos Eduardo Medina Gonzales, lucharon contra el covid-19. Sin embargo, este enemigo silencioso terminó apagando sus vidas. Los dos galenos dejan un importante legado.
Dos historias, un enemigo
Medicina por vocación y fútbol por pasión
El pasado 23 de julio, en una emotiva ceremonia, personal de la Unidad de Medicina Familiar Número 33 en Reynosa-México despidió a su compañero, el médico Rito Antonio Zambrano Navarrete, quien murió a causa del covid-19. Tres de sus colegas ya habían fallecido por esta enfermedad.
Pese a que hace tres meses sus comorbilidades de hipertensión, obesidad y una afección respiratoria lo llevaron a confinarse, el 20 de julio las autoridades de salud de Tamaulipas notificaron su deceso por coronavirus. El galeno falleció el 19 de este mes a las 22:40 p.m. en su casa.
El reconocido urgenciólogo neivano había llegado hace más de tres décadas al país azteca, donde concluyó estudios en medicina general y cursó una maestría en salud pública en la Universidad de Monterrey, y otra, en la Universidad México Americana del Norte.
En Neiva su familia lo recuerda como un hombre apasionado por el fútbol, “amable, alegre y muy generoso; el don de servicio le abrió muchas puertas en México”, manifestó su hermano William Zambrano.
En México, el doctor Rito Antonio formó un hogar, su esposa Lorena Cid Hinojosa, sus tres hijos, y su nieto, eran su principal motor. Tras su partida, el próximo mes de agosto, que en años anteriores era símbolo de alegría para los Zambrano Cid, porque los tres hijos del matrimonio y el padre cumplían años, será distinto este 2020.
“Los tres jóvenes curiosamente cumplen años en la misma fecha, el 11 de agosto, los dos gemelos de 24 años y el menor de 21; mientras que mi hermano cumplía el 15 del mismo mes”, cuenta William.
Dice, además, que la familia que reside en Neiva tenía planeado visitarlo en México. “Mi madre pensaba visitarlo en mayo y mi esposa y yo en agosto, son planes que no se llevaron a cabo por la pandemia. Su partida es dura porque nuestra cultura es darles un último adiós a las personas, pero nosotros nos regocijamos mucho en lo que él fue y nos da alegría el reconocimiento que le hicieron en México”, expresó su hermano.
El doctor Rito Antonio no solo amaba la medicina, también le apasionaba el fútbol. Según su familia, era aficionado del Club Rayados en México y seguidor de Millonarios en Colombia. “Fue portero de los Troyanos, donde quedó campeón, le gustaba tanto el futbol que impulsó equipos juveniles”, precisan medios mexicanos.
Hijo adoptivo de Algeciras
El médico Carlos Eduardo Medina González de 50 años, egresado de la Universidad Surcolombiana y referente mundial en cirugía reconstructiva de mano y en desarrollo de sistemas de fijaciones ortopédicas, perdió la batalla contra el covid-19 en la mañana de ayer en la Clínica Colombia en Bogotá, donde estaba internado desde el pasado jueves.
Al parecer, el médico habría sido contagiado por su escolta quien había dado positivo para el virus el 9 de julio. Para esa fecha y ocho días después, el galeno se realizó dos muestras que resultaron negativas.
Sin embargo, el pasado miércoles, el ortopedista presentó fiebre alta y acudió el jueves a la clínica donde fue hospitalizado. El sábado lo ingresaron a la UCI y ayer a las 6:00 de la mañana el centro de salud reportó su deceso a causa del coronavirus. El doctor no presentaba comorbilidades.
El galeno con 28 años de experiencia en el ejercicio de la medicina, actuando principalmente en la especialidad de ortopedia y traumatología estaba casado con Marcia Amori, profesional y empresaria, con quien fue padre de 4 hijas.
Tenía una Especialización, una Supra Especialización, una Maestría en Medicina y un Doctorado en Medicina de la Universidad Complutense de Madrid. Sus investigaciones se enfocaron en desarrollo de nuevos sistemas para el manejo de patología de la mano, logró cuatro patentes.
El año pasado el reconocido médico, en entrevista con LA NACIÓN, habló sobre sus inicios en la profesión. Recordó como en los 90 cuando se desempeñaba en Algeciras, tuvo que salir por cuenta de la inseguridad, destacó que en ese municipio logró importantes aprendizajes profesional y persona.
“Hice el rural en Algeciras, en donde aprendí como persona y médico porque estaba en un momento muy difícil en el punto de vista de seguridad. Ahí estuve dos años y sobre el año 94 me fui a estudiar fuera del país, sucedió un tema personal y de seguridad en la zona que me dio el empuje para irme”, contó en ese momento.
Pese a la difícil experiencia, reconoció que en Algeciras creció como profesional y persona. Fue precisamente por ese motivo que el año pasado la Administración Municipal de esa población, en cabeza del alcalde Javier Rivera Cortés, lo condecoró como hijo adoptivo e ilustre de Algeciras.