La Nación
COLUMNISTAS

Los milagros. Por Luis Humberto Tovar Trujillo

Algunos miembros de la clase dirigente del Huila, quienes tuvieron siempre el discurso de los distritos de riego para cautivar votos, cuando tuvieron la oportunidad de tomar decisiones por su participación en el alto gobierno, no fueron capaces, oigase bien, no fueron capaces de sacar adelante estos proyectos, especialmente en el caso concreto del distrito de riego Tesalia Paicol. Hoy, como buenos fracasados, salen nuevamente a la palestra pública, a jugar la partida del fracaso, invocando milagros para el éxito de tan loable empeño, por las implicaciones económicas que ese distrito de riego tiene, uno de los más grandes de Colombia. Esa es la actitud de cierta clase dirigente, que habiendo tenido la oportunidad de hacer realidad esta clase de proyectos, fueron incapaces de hacerlo, y ahora, invocan milagros que les fueron esquivos, para hacer de esta inversión, una realidad, que lo será, por lo que escuché, en el foro reciente convocado por el Gobierno Departamental con la presencia del Ministro de Agricultura. Aspiramos por el bien del Huila, que el cronograma de ejecución del contrato, pese a las dificultades se cumpla. Hay cosas que de verdad “me dan cosa”, como dice el Chavo, es que Ministros de la calidad de Vargas Lleras, comience a recorrer el país, blandiendo la bandera de la modernización de las entidades territoriales, con motivo del transito que hace en el congreso, el proyecto de ley en este sentido. Lo más preocupante de todo, es que a sabiendas de tratarse de un eventual candidato presidencial, con opciones grandes de éxito, venda la teoría peregrina, de hacer modernización territorial sin descentralización, postulado central, por ser un principio fundamental que ilumina la Constitución del 91. Y lo digo, porque fue quien lideró en representación del gobierno, el proceso mas vergonzoso desde el punto de vista de filosofía constitucional, la descentralización, la reforma al régimen de regalías reciente, y desde luego, todas las genuflexiones a la centralización, proscrita al menos en teoría desde la constitución del 86 y reafirmada en la del 91; y lo peor, es que desde hace rato se viene manoseando dicha norma suprema para favorecer determinados intereses y no propiamente, los colectivos. Creo conveniente, es mi opinión personal por mis convicciones académicas, que para evitar estos secuestros a los principios fundamentales de nuestra carta política, debería hacerse por un mecanismo institucional especial, por ejemplo, constituyente o el referendo, repito, por tratarse de decisiones que van dirigidas a atentar contra la filosofía de nuestras instituciones, y no someterlas a los vaivenes de los gobiernos de turno, en un país donde el congreso no es garantía propiamente como para defender principios y valores constitucionales. Ojala eso si sea un milagro.