La Nación
Los retos de la defensora regional del pueblo y el personero de Neiva 1 25 abril, 2024
COLUMNISTAS OPINIÓN

Los retos de la defensora regional del pueblo y el personero de Neiva

Es destacable la designación de la nueva defensora del pueblo Johana Elena Rojas que, junto con la escogencia de finales del año pasado del personero de Neiva, Wilson Díaz Sterling, confiesan un alto sentido de lo humano y bastante sensibilidad social, dos personas que desde su labor social como abogados deben hacer equipo y tienen grandes retos en medio de la mayor crisis humanitaria de los últimos años. Los dos han invitado a asumir con nuevo paradigma sus tareas y compromisos. Ellos saben que ningún ámbito de la ciudad y del departamento, ningún espacio está vedado para la promoción y sobre todo, para la defensa de los derechos humanos. Ellos saben de inicio que los procesos humanos y sociales vividos en Neiva y el Huila en los últimos años: la pauperización paulatina, el confinamiento social, la pandemia, el fluctuante desempleo, la corrupción incesante, el individualismo que arroja la sociedad del cansancio y la decepción van produciendo mayor aislamiento e indiferencia, mayor invisibilidad para las masas vulnerables, menor lucha por el reconocimiento de sus derechos humanos. Tal fenómeno de olvido de las luchas por el desarrollo humano ha dejado ver con mayor preocupación; el aumento de la delincuencia, la incertidumbre y la desesperanza por la falta de oportunidades de promoción social, la mayor apertura de las brechas de inequidad social y la persistencia de fenómenos de intolerancia y de vulneración a los derechos de los niños, de las mujeres, de los grupos más pobres y vulnerables. Qué bueno que la labor de los personeros y de los defensores del pueblo se comience a ver como de inserción social y de compromiso, de contra – freno para todos los que, desde la administración pública, especialmente desde el ejecutivo se vuelven los mayores perpetradores de los derechos económicos y sociales. Llama por ello la atención que se estén concibiendo planes de reactivación de defensa y no vulneración de los derechos humanos, en los que se conciba la labor del Estado como de reconocimiento de derechos de todas las generaciones. La labor del personero y de la defensora del pueblo quiere centrarse en irrumpir en cada espacio social de Neiva y el Huila en donde la dignidad y el respeto por los derechos humanos debe hacerse costumbre. Sé que además de esos ámbitos sociales e institucionales de la Alcaldía, o las entidades públicas, personero y defensora también se preguntan por el respeto de los derechos humanos en la empresa, en la calle, en la escuela, en la Universidad. Por cierto, debo reconocer que el personero ya ha puesto de manifiesto que en la Universidad y en la escuela también se podrían estar vulnerando los derechos de las personas. La escuela y la Universidad en medio de su autonomía no son campos vedados para la defensa y la aplicación de programas de no vulneración de tales derechos humanos. Las personerías y la defensoría regional del pueblo son sobre todo la presencia real de un ministerio público en pro de los derechos humanos tan decaídos por estos días en nuestras comunidades humanas.