La Nación
Los retos que se avecinan después de la pandemia 1 16 abril, 2024
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Los retos que se avecinan después de la pandemia

 

Es sabido por todos que todavía no hemos superado el COVID-19. Sin embargo, en algún momento va a desaparecer. Ninguna de las pandemias que ha azotado el mundo ha durado eternamente. Por ello, es prudente analizar cuáles podrían ser los retos para cuando cese la pandemia.

Ya hemos visto los efectos que pueden tener no prepararse a tiempo. Muchos países se demoraron en implementar programas eficientes que contuvieran el virus. Hoy en día naciones de primer mundo como Estados Unidos tienen millones de víctimas. Lo cual sirve de indicador para ilustrar el gran alcance de las pandemias,

A nivel individual, el miedo de no contagiarse repercute en las emociones de las personas. Aunado a ello, la imposición de cuarentenas limita la libertad del individuo. De haberse sabido antes, muchos ciudadanos se hubieran preparado con mayor efectividad.

Esto nos lleva al primer reto: una vez que termine esta pandemia, hay que estar conscientes de que podría venir otra. Es una dura realidad, pero toca aceptarla. Con el fin de reducir los potenciales daños, es importante tomar nota de lo que ha funcionado durante la situación actual.

Un factor que ha mitigado los efectos del COVID-19 es la velocidad para tomar acción. Es decir, que tan rápido se reacciona a los primeros casos que se reporten. Tomemos el caso de Uruguay, que según este artículo es uno de los países que mejor ha manejado la pandemia. Poco después de que el virus llegó al país, de inmediato tomaron acciones pertinentes.

También las industrias han cambiado sus rutinas. Por ejemplo, los juegos de azar más populares actualmente son los juegos de casino online. Es más seguro para todos jugar desde casa, sin exponerse al virus que está en el ambiente.

Otro reto es la capacidad de respuesta a nivel sanitario. Varios hospitales en países desarrollados como España se han visto desbordados. Peor aún se ve el panorama en naciones en vías de desarrollo como Brasil. Incluso un gran porcentaje del personal sanitario se ha contagiado, resultando en complicaciones médicas y hasta en muertes.

Un tercer desafío a nivel social es cómo hacer accesible los instrumentos de prevención a los sectores de menos recursos. En otras palabras: cómo abaratar los costos de tapabocas y geles anti bacteriales para poblaciones más vulnerables. Lastimosamente todavía hay personas que apenas pueden costear la comida. Y en esas condiciones no pueden gastar en tapabocas. Dejándolos aún más propensos al contagio.

Por lo cual, es menester crear programas sociales que provean de material sanitario a los más necesitados. Nadie se puede quedar atrás. Mientras más personas se protejan, más rápido disminuye el ritmo de contagio.

De forma global, es lamentable ver en las noticias que cada día el COVID-19 cobra más víctimas. Es una tragedia que afecta en muchos niveles. A medida que se adelante el desarrollo de una vacuna, hay que trabajar en el factor prevención. Los científicos hacen su parte al estudiar cómo funciona la cadena de contagio. De esta manera, pueden detectar que detiene la transmisión del virus.

El trabajo de nosotros como personas es identificar de qué forma podemos evitar ser parte del problema. Dado que no estamos en capacidad de detener el virus, por lo menos podemos cooperar con las autoridades sanitarias. Es un pequeño esfuerzo que puede salvar muchas vidas.