La Nación
Lucha de clases 1 25 abril, 2024
COLUMNISTAS OPINIÓN

Lucha de clases

Jorge Guebely

A pesar de las afirmaciones de Uribe: “Creo que hay un discurso de odio de clases sociales en las Universidades”, no se equivocaba Marx cuando afirmaba: “La lucha de clases sociales es el motor de la Historia”. No es discurso universitario sino realidad social. Contiendas permanentes entre los pocos que tienen mucho y los muchos que tienen poco, entre los privilegiados y los excluidos.

Tampoco se equivocaba Marx cuando develaba la superioridad de las cosas sobre el ser humano: origen de la desigualdad y, a su vez, de las luchas de clases. “La desvalorización del ser humano crece en razón directa a la valorización de las cosas”, afirmaba. Valorización suprema del dinero en detrimento de las personas. Un dólar mejor que una amistad. Moral insaciable de poseer, de podrirse entre objetos brillantes, de degradar la vida sobre la tierra.

Visión marxista reafirmada por el uribismo y todo el pensamiento conservador colombiano. No pueden ocultar la realidad testaruda, ni el talante de sus gobiernos pro-elites. Sólo mendrugos, discursos y represión para el resto. Gobiernos que cultivan y fomentan los odios de clases y exigen sumisión. Ayer, Marx teorizaba sobre las luchas de clases sociales como motor de la Historia. Hoy, todavía el uribismo y todo el conservadurismo colombiano lo practican.

Sus gobiernos, descaradamente clasistas, prefieren reprimir para preservar los privilegios de las elites; prefieren crear paramilitares antes que llevar justicia a los campos, prefieren engrosar las arcas de los banqueros antes que otorgar renta básica a los más pobres, prefieren jugosas prebendas económicas para los grandes empresarios antes que desarrollar verdaderas políticas de empleos… Prefieren disfrazar la desigualdad para calmar la vergüenza de las elites. Cultivan la miseria y la ignorancia de los excluidos para perpetuarse en el poder político y económico.

Elitismo desbocado el del gobierno Duque: reprime en vez de dialogar, asesina jóvenes en vez de resolver sus justas peticiones, discute sobre bloqueos en vez de resolver las razones que los provocan. Abusa del autoritarismo vulgar para gobernar en vez de la sensatez humana. Gracias a su vulgaridad gubernamental, ninguna persona sensata niega el carácter clasista de los gobiernos conservadores colombianos. Tampoco el origen de los odios sociales en Colombia.

También tenía razón Marx cuando consideraba al Estado moderno y sus políticos como los empleados de las elites, los que administran sus riquezas: “El ejecutivo del Estado moderno no es otra cosa que el comité de administración de los negocios de la burguesía”, afirmaba.

¡Qué lejos está la creación de un Estado con sentido humano!

jguebelyo@gmail.com