La Nación
Lustradores le sacan brillo al calzado y a la vida durante la pandemia 1 19 abril, 2024
HUILA

Lustradores le sacan brillo al calzado y a la vida durante la pandemia

Son 16 ‘emboladores’ los que se ubican en el Parque Santander esperando que alguien pase y quiera embellecer sus zapatos, mientras mantienen la esperanza que su oficio vuelva a dejarles ganancias como antes de la cuarentena por la covid-19.

 

Rodrigo Montenegro Rodríguez tiene 48 años, pero lleva 26 en el oficio de lustrar zapatos en el centro de la ciudad de Neiva. Se ubica en el Parque Santander con su caja de embolar, esperando que algún cliente llegue y quiera embellecer su calzado.

Ha sacado adelante a su familia con su trabajo diario, pero esta pandemia no le ha permitido lustrar tantos zapatos como antes.

“Con este trabajo ayudo a mis papás y saqué adelante a mis tres hijas, esto nos ha permitido llevar el sustento a la casa, pero con esta pandemia nos ha tocado muy difícil para salir a rebuscarnos el sustento diario, la Policía al principio no nos dejaba ubicar aquí y nos podían hacer un comparendo y hasta ahora no hemos recibido ninguna ayuda, pero debemos seguir adelante porque no hay de otra, estamos enseñados a trabajar y a conseguir con esfuerzo lo que tenemos para salir adelante”, resaltó el ‘betunero’ opita.

Hace ocho días volvió con su banquito, betún, trapo y cepillos junto a su hermano Reinaldo Montenegro, con la esperanza que como de costumbre la gente llegara a solicitar sus servicios, pero no ha sido así, son pocos los clientes que por esta época tienen, el coronavirus los ha espantado y ya no visitan a los lustradores. Son 16 emboladores que tratan de sobrevivir en el parque en tiempos de pandemia.

“Ya casi no nos buscan para nada, normalmente nos hacíamos de 25 mil a 30 mil pesos diarios, pero ahora lo máximo que me hago son 6 mil pesos por tres lustradas. Antes nos sobraban manos para trabajar, ahora la gente ya casi no se asoma por acá, supongo que les da miedo por el coronavirus”, dijo.

También, manifestaron que hasta ahora ellos, ni los demás lustradores han recibido alguna ayuda del gobierno local o nacional. “Nos sentimos olvidados, no nos han dado ni una bolsa de agua. Yo soy papá y tengo once nietos y a todos trato de ayudarlos, uno para que va a mentir, antes nos iba bien, no lo vamos a negar, nos levantábamos la plata diaria para llevar a la casa con las emboladitas, ahora es muy poquito lo que nos ganamos”, añadió su hermano Reinaldo que lleva 36 años embelleciendo el calzado de los neivanos.

Ellos han tratado de tomar sus propias medidas de bioseguridad, usan tapabocas, han señalizado las bancas con cintas amarillas para que los clientes mantengan la distancia y ahora el alcohol y el gel antibacterial hace parte de su kit diario para embolar. “La Policía nos dejó ubicar en el parque y eso hay que agradecerlo, pero teniendo las medidas de bioseguridad y lo hemos hecho, mantenemos la distancia entre clientes y usamos tapabocas”, finalizó.