La Nación
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Mariela Castro de Ramírez. Por Ramiro Adolfo Muñoz

Los momentos que más recuerdo de Marielita Castro de Ramírez son sus saludos que empezaban con los brazos abiertos, como mostrando su corazón lleno de cariño, y su sonrisa plena de alegría llevándolo a uno a un enternecedor encuentro no solo físico sino también espiritual. Mujer emprendedora y dinámica, con todos los mejores atributos de la mujer huilense, amorosa de su familia, gran ejecutiva en sus tiempos de servicio al Gobierno, con la sensibilidad humana atenta a quien necesitaba de su corazón bondadoso. Su camino no fue fácil, y así lo manifestaba, pero su valor y su hidalguía prevalecían para afrontar esas tempestades pasajeras.  Orgullosa de sus hijos a quienes les dedicó su vida y su alma; ejemplar esposa de Alfredo Ramírez Gasca. Laboyana pero con el corazón compartido entre Pitalito y La Plata; en este último municipio, crítica de las administraciones municipales que no planificaron adecuadamente el sector urbano suroccidente   y que le impedían llegar tranquilamente a su amado Barbillas, finca en la que se radicaron buena parte de sus sueños y esperanzas con la grata compañía de los suyos. Poseedora de la magia de la narrativa en prosa, a través de la cual se dejaba llevar por los sentimientos que brotaban como caudales en arrojo.  Su pasión: las orquídeas; a las que dedicó tiempo y paciencia para entender su enigmático encanto; las cuidaba como niñas consentidas, liderando regionalmente su exposición y conocimiento. Con la dignidad propia de su estirpe, soportó pacientemente el camino hacia el encuentro con Dios; consciente dio instrucciones precisas de sus deseos en su ausencia eterna. El legado lo reciben sus ocho hijos, profesionales todos, y su demás descendencia, a quienes les cultivó el deseo de superación permanente; su ejemplo de carácter, decisión y esfuerzo son la mejor herencia. Sus amigos nos sentimos compungidos pero a su vez agradecemos a Dios y a la vida habernos dado la oportunidad de conocer una persona de estas calidades como lo fue Mariela Castro de Ramírez.