No puede ser más cruda pero aterrizada la advertencia que ha lanzado esta semana la Organización Mundial de la Salud, OMS, al referirse al creciente número de contagios y muertes en varios países: el mundo no recuperará la “vieja normalidad en un futuro previsible”. Y a renglón seguido ha señalado que “el virus sigue siendo el enemigo público número uno”.
El jefe de la OMS, Tedros Adhamon Ghebreyesus, ha sido enfático en llamar a las autoridades a comunicarse claramente con sus ciudadanos y a establecer estrategias integrales para suprimir la transmisión del coronavirus y salvar vidas, y pedir a la ciudadanía que continúe tomando precauciones, como respetar la distancia social, lavarse las manos, usar mascarillas, y aislarse en caso de estar enfermos. “Si no se siguen estos principios básicos, esta pandemia sólo puede ir en una dirección. O sea, de peor en peor”, fueron sus palabras.
Las advertencias que lanza la Organización Mundial de la Salud son para ser tenidas en cuenta en momentos en que en Colombia y en regiones como el Huila se adoptan cada vez más medidas para regresar a la “vieja normalidad” como la reapertura de templos y restaurantes.
Es claro que debemos avanzar hacia la recuperación de la economía, pero en esta etapa en que cada día hay más contagios, la ciudadanía debe ser consciente de la amenaza que representa el virus y emplear con rigurosidad las medidas de bioseguridad que se recomiendan.
Por su parte, las autoridades regionales y municipales no deben bajar la guardia y tener presente que la única manera de controlar la pandemia es aplicando de manera rápida pruebas, y con la misma eficiencia, confirmando o descartando casos. A estas alturas, está más que claro que no se puede combatir el coronavirus si no se sabe quién está infectado y quién no.
“Las autoridades no deben bajar la guardia y tener presente que la única manera de controlar la pandemia es aplicando de manera rápida pruebas, y con la misma eficiencia, confirmando o descartando casos”