La Nación
“Me están chuzando… nos están chuzando” 1 28 marzo, 2024
COLUMNISTAS OPINIÓN

“Me están chuzando… nos están chuzando”

 

José Joaquín Cuervo Polanía

 

El panóptico era un tipo de arquitectura carcelaria ideada por el inglés Jeremy Bentham hacia fines del siglo XVIII. También lo anunciaba Foucault:  nuestra sociedad es una cárcel en la que todos los reclusos (ciudadanos) están bajo el campo de visión del vigilante, sin que los presos sepan si la observación se desarrolla en todo momento. Ellos están ahí, vigilándonos, prestos a castigarnos por nuestras acciones, incluso por nuestros pensamientos.

Me contaron que me estaban interviniendo la comunicación, que estábamos dentro de los sospechosos, que estábamos inmersos dentro del espionaje clásico de personas que nos escuchan todo el tiempo.  En eso también está la estrategia de las IMSI Catchers; simulan ser antenas convencionales a las cuales nuestro celular se conecta para conseguir señal de llamada y datos. Según el Washington post, una vez conectada esta tecnología, el sistema tiene la capacidad de identificar la tarjeta SIM, escuchar las llamadas telefónicas, ver a qué páginas de internet te conectas y ubicar si estás dentro del radio de acción de la antena. Una red de antenas falsas —situadas en lugares estratégicos de una ciudad— se puede saber quién entra y sale por las principales carreteras, quién acaba de llegar a la ciudad, o quiénes están y qué dicen durante una manifestación dentro la ciudad.   Esto está pasando actualmente en América Latina y el mundo, y es una amenaza para la privacidad de los ciudadanos. Los gobiernos, ya sea por acción o por omisión, están siendo cómplices.  Lo constatamos cuando se obstaculizan nuestras comunicaciones, cuando interfieren nuestras redes sociales, cuando hacen desaparecer de la nube, de Facebook y de toda la internet los vestigios de los artículos que se les oponen, borran las conversaciones que les incriminan y hacen patentes las que desgracian a sus opositores. Estamos siendo chuzados, monitoreados bajo el pretexto de la seguridad. El gobierno nos ve a todos como sujetos de desconfianza; a los amigos y a los enemigos, la privacidad ya no es un derecho.  Ha llegado el espionaje digital para quedarse, los gobiernos de izquierda y de derecha ya no están dispuestos al respeto de los santuarios íntimos que era nuestra casa, nuestros secretos, nuestra vida privada. De ello son cómplices el periodismo que ve la actitud panóptica como otra fuente de información confidencial sin tener que revelar las fuentes, las compañías tecnológicas que imponen el mercado ante la demanda de los gobiernos y la oposición. Los políticos, las instituciones, su inteligencia y su contrainteligencia.  Y lo peor, parece que no hay nada que hacer, no se avizora nada que pueda significar acciones comprometidas contra el espionaje digital masivo, nada que pueda significar estrategias centradas en la promoción de la defensa cibernética universal. Ya lo decía el expresidente: – Todo el mundo lo hace. Yo te chuzo, el me chuza, todos nos chuzamos.