RICARDO AREIZA
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La construcción de la segunda etapa de la Institución Educativa ‘Ana Elisa Cuenca Lara’ de Yaguará quedó en pañales. Este no es el único ‘chicharrón’ que ha tenido que enfrentar la comunidad educativa.
La obra, financiada con recursos de regalías petroleras, no pudo terminarse. Hoy está al sol y al agua, invadida por la maleza, amenazando ruina.
El proyecto, complemento de la primera fase, está inconcluso, en estado de abandono y deterioro continuo. Alarmante.
“Es muy triste que esta obra se haya convertido en un elefante blanco y se haya perdido la inversión. No es justo, ni con la institución, ni con la comunidad educativa. La obra está abandonada, se está deteriorando y cuando llueve parece un cielo roto”, expresó Blanca Bautista, madre de familia.
“Desde hace varios años, se levantó la estructura y se dejó abandonada. Está al sol y al agua, invadida por la maleza, amenazando ruina”, afirmó Felipe Trujillo, otro padre de familia.
Antecedentes
El contrato No. 007 de 2014, fue celebrado el 27 de junio de ese año entre el Consorcio Megaobras y la Alcaldía por un valor inicial 3.588 millones de pesos y con un plazo final de doce meses.
El contrato fue suscrito entre el representante legal Luis Enrique Perdomo Cubides y el alcalde de Yaguará, Reynaldo Castillo Tamayo con plazo inicial hasta el 31 de diciembre de 2014. Un año después, quedó suspendida ante la imposibilidad de una adición presupuestal.
Estado actual
El valor ejecutado, según el balance final reportado, corresponde al pago de siete actas de recibo parcial de obra por la suma de 991,46 millones de pesos. De éstos fueron amortizados 495,73 millones. Pendientes: Valor no amortizado: $1.298 millones. Porcentaje ejecución: 27.63 %. Estado: Liquidado.
El contratista recibió de entrada el 50% del costo como anticipo. El 23 de diciembre de 2015, en vísperas de la Navidad, el consorcio recibió la suma de $1.298 millones de pesos (según comprobante de egreso No. 2015001461).
Además, le pagaron otros 991,46 millones de pesos correspondientes a siete actas de recibo parcial los días 20 de febrero, 31 de marzo, 30 de abril, 31 de mayo, 30 de junio, 30 de julio y 3 de diciembre de 2015.
En total recibió 2.289,77 millones de pesos, cifra muy superior a las obras ejecutadas. En otras palabras, el contratista ejecutó realmente sólo el 27.63 % de la obra contratada pero recibió recursos como si hubiera ejecutado el 64%.
Sólo el esqueleto
Según el rector de la institución José Luis Polanía Vargas, la obra quedó suspendida desde diciembre de 2015. “Desde entonces hemos venido insistiendo en la terminación y no ha sido posible. Esta semana radiqué la tercera solicitud en ese sentido, insistiendo en la reactivación pero no hemos tenido respuesta.
De la segunda fase está sólo la estructura. Quedaron pendientes las obras de mampostería, muros, pañetes, toda la obra blanca, acabados, puertas, ventanas, cubierta, áreas de acceso, rampa y escalera, entre otras.
“Los contratos están en proceso de liquidación para iniciar en poco tiempo un nuevo proceso contractual. Aspiramos a que agilicen los trámites para asegurar la salvar la inversión y asegurar la terminación”, aseguró Polanía Vargas.
Por ahora hay una esperanza para reactivar y terminar la obra.
“El municipio tiene alrededor de 2.500 millones de pesos para terminar la obra, incluyendo 900 millones que pagó la aseguradora. Una vez se haga la liquidación, la administración municipal tendrá que adelantar un nuevo proceso contractual. Confiamos en que sea pronto porque esta obra nos ha generado muchas dificultades”, afirmó el directivo.
Graves falencias
Según la Contraloría General de la República hubo una deficiente planeación en el proceso precontractual, no se revisaron los diseños que elaborados a través del contrato No. 05 de 2010 no se hizo un adecuado análisis y cálculo de cantidades de obra.
Finalmente los diseños originales fueron modificados por la administración municipal ajustados a la disponibilidad de recursos. Finalmente, quedó a media marcha ante la imposibilidad de una prometida adición presupuestal.
Actualmente la estructura erigida sigue inconclusa, presenta un acelerado deterioro, fisuras y grietas, según la misma comunidad.
“La obra no permite su utilización por parte la comunidad educativa y por lo tanto, no está cumpliendo con el objetivo planteado en el proyecto. Tampoco garantiza una eficiente prestación de servicios educativos de pre escolar y básica primaria, los principales beneficiarios”, aseguró el organismo fiscal.
“Es evidente la deficiente planeación de la ejecución del proyecto, demostrada por la modificación en los diseños inicialmente aportados por la entidad contratante”, aseguró al ordenar la apertura de un juicio fiscal.
Incumplimiento
El contratista, según el dictamen inicial, no ha cumplido el objeto pactado, quedando en estado de abandono la construcción de la segunda fase de la institución educativa. “El hecho de no amortizar el anticipo entregado con ocasión del contrato, genera con ello directamente la consumación del detrimento al patrimonio público objeto de investigación”, precisó el ente de control.
Presuntos responsables
Por estos hechos fueron vinculados como presuntos responsables fiscales, el alcalde de la época, Reynaldo Castillo Tamayo y su secretario de Obras Públicas y Planeación, José David Salinas.
Además, el contratista Luis Enrique Perdomo Cubides, representante legal del Consorcio Megaobra Yaguará y miembro de la firma Delta Construcciones. Igualmente responderán Guillermo Ortiz Cuenca y Federico García Arbeláez, integrantes del consorcio Santa Isabel, encargados de la interventoría técnica y financiera.
La compañía aseguradora Liberty Seguros fue vinculada en calidad de tercero civilmente responsables.
Otros ‘enredos’
Los constructores responden en otro proceso fiscal por obras inconclusas de la primera fase. En concreto, no se ejecutaron todos los ítems necesarios para que las aulas contaran con la red de voz y datos.
Los dos ítems ejecutados (gabinete de pared y canaleta portacables) representan obras inconclusas y en deterioro que no permiten la prestación de dicho servicio para las aulas de clase de la institución. El detrimento fue estimado en 52,85 millones de pesos.
Pero no es el único chasco. El proyecto de aulas interactivas y la estructuración de una plataforma de educación virtual en la misma institución resultó otro estruendoso fracaso.
Las inversiones, provenientes de regalías petroleras se perdieron y actualmente los equipos que costaron globalmente 3.246 millones de pesos están arrumados y en total abandono.
El proyecto contemplaba un aula interactiva principal con 46 puestos para alumnos y un docente; 20 aulas interactivas básicas; 2 puestos múltiples de consulta y navegación en Internet con 8 puestos para la biblioteca.
