Menor barayuno fue sepultado

Con llanto y profundo dolor, fue sepultado en la mañana de ayer el menor de edad que falleció luego de pisar una mina antipersona en zona rural del municipio de Baraya. El sepelio contó con un multitudinario acompañamiento. Con llanto y profundo dolor, fue sepultado en la mañana de ayer el menor de edad que falleció luego de pisar una mina antipersona en zona rural del municipio de Baraya. El sepelio contó con un multitudinario acompañamiento. LA NACIÓN, NEIVA Escenas de llanto y tristeza, fueron las protagonizadas por los familiares y amigos de Esneider Leonardo Amaya Perdomo, el menor de edad que fue hallado sin vida en zona rural de Baraya. Una mina antipersona acabó con sus sueños cuando se dirigía a casa de sus progenitores. A la iglesia San Judas del barrio Las Granjas en Neiva, llegaron cientos de familiares, amigos y conocidos de la familia Amaya Perdomo, a expresarle su acompañamiento y cariño, ante la pérdida de uno de sus seres más queridos. Sobre las once de la mañana luego de la Santa Misa, el féretro de Esneider Leonardo de 16 años de edad, fue trasladado hasta el cementerio central de Neiva, donde fue sepultado. Las desgarradoras escenas no se hicieron esperar, sobre el ataúd la progenitora derramaba sus más sentidas lágrimas, mientras lograba comprender el porqué de su situación. Por unos segundos y ante su intenso dolor, la mujer perdió el sentido y debió ser alejada del féretro. Con flores que simbolizaron el cariño y amor que sentían por el menor, sus hermanos, tíos, primos y amigos más cercanos dieron el último adiós a Esneider, que descansará eternamente en el campo santo. Una mina quebró sus sueños Con tan solo 16 años de edad, Amaya Perdomo salió junto a su hermana de su casa paterna ubicada en la vereda Río Blanco del municipio de Baraya, el pasado 29 de febrero con la ilusión de culminar sus estudios de bachillerato en la ciudad de Neiva. El cuerpo sin vida del joven fue encontrado con amputación del pie izquierdo, tras caer en un campo minado de la guerrilla de las Farc en zona rural del municipio de Baraya. La víctima llevaba 20 días desaparecida. El hallazgo fue hecho por campesinos de la región en la tarde del martes anterior en una zona boscosa de la finca Santa Rosa en la vereda Río Blanco, donde agonizó tras las heridas sufridas por la trampa mortal instalada por insurgentes del Frente 17 ‘Angelino Godoy’. “Se hizo como una curación, un torniquete para evitar el sangrado pero no le funcionó… murió desangrado”, dijo Rosa Liliana Ortiz, del Observatorio Surcolombiano de Derechos Humanos, “lo encontraron en avanzado estado de descomposición”. Sostuvo que desde el momento que se reportó su desaparición, el caso fue puesto en conocimiento de las Naciones Unidas, Cruz Roja Internacional, Defensoría del Pueblo y la oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos. El comandante de la Novena Brigada, coronel Juan Carlos Ramírez, condenó la muerte del menor. “Las Farc demuestran la transgresión a los Derechos Humanos y al Derecho Internacional Humanitario… el Comando de la Novena Brigada deplora este tipo de acciones aleves por parte de la organización narcoterrorista…”. El oficial llamó la atención de la comunidad para que rechacen este tipo de actos “indiscriminados que afectan principalmente a la población civil… se hace un llamado a la comunidad para que se pronuncie”. El menor vivía en casa de su tía Nora Elvira Amaya en el barrio Las Granjas en Neiva, lugar donde se le vio por última vez luego de que emprendiera camino hacía la vivienda de sus padres ubicada en la vereda Río Blanco, el pasado 29 de febrero. “Se fue en el carro que salió a la una de la tarde”, recordó su prima Sandra Mónica Peralta, al manifestar que el menor llegó a la capital huilense en enero pasado. El joven cursaba Primero de Bachillerato en el colegio Luis Ignacio Andrade y decidió viajar a visitar a sus padres en la finca, sin embargo, la ilusión de reencontrarse con la familia fue frustrada al pisar la mina antipersona ‘sembrada’ en la orilla del camino veredal que conducía a la casa que le destrozó el pie izquierdo desde el tobillo.