Una joven de 13 años de edad se tragó nueve objetos metálicos entre puntillas de acero, agujas, monedas y hasta una pinza para el pelo. Al parecer la joven estaba deprimida y quería acabar con su vida. Los médicos esperan que expulse por si sola los objetos metálicos. Una joven de 13 años de edad se tragó nueve objetos metálicos entre puntillas de acero, agujas, monedas y hasta una pinza para el pelo. Al parecer la joven estaba deprimida y quería acabar con su vida. Los médicos esperan que expulse por si sola los objetos metálicos. CAROLINA AMÉZQUITA CASTRO LA NACIÓN, NEIVA María paula Rojas Rivas vive de milagro. Luego de comerse cuatro puntillas, tres agujas, una pinza y una moneda, permanece recluida en el Hospital Universitario de Neiva, a la espera de que su mismo organismo expulse de forma natural los extraños visitantes. Una depresión habría llevado a la joven a tomar la decisión. La menor de 13 años de edad, quien había escapado a la casa de un tío en zona rural del municipio de Aipe, ingirió los objetos el pasado viernes 23 de marzo, al parecer porque estaba aburrida con su vida. Sin embargo solo hasta el martes 27 de marzo, María Paula empezó a sentir intensos dolores abdominales que la obligaron a contar lo que había sucedido. De inmediato la menor fue trasladada por sus familiares hasta el hospital Universitario de Neiva, donde dieron aviso a sus progenitores. “Ella se había volado de la casa como en febrero para Aipe, donde un hermano mio. Yo la había dejado ir a pasar año nuevo allá, le dije que se devolviera como a los ocho días, ella llegó otra vez a la casa con el cuento que se quería ir a vivir allá, yo le dije que no”, relató Alfredo Rojas, padre de la menor. La familia Rojas Rivas, reside en zona rural del municipio de Tello, donde labran la tierra para conseguir el sustento de cinco hijos, incluido el de María Paula. “Cuando ella se voló yo perdí comunicación con mi hermano y ella…no sé que tantas ideas le metió en la cabeza la mujer de mi hermano, pero ella ya no quería estar con nosotros en la casa”. Después de casi dos meses de no tener noticias suyas, la menor apareció en el centro asistencial, hasta donde llegaron sus angustiados progenitores. “Ellos vinieron y la dejaron aquí sola, abandonada….yo no me he podido comunicar con ellos para saber qué pasó ni ellos me han llamado”. ‘Estaba aburrida’ Con frecuencia María Paula advertía a sus padres que estaba aburrida, pero nunca amenazó con quitarse la vida. “Después de que la dejé ir a pasar vacaciones en Aipe ella cambió, cuando regresó se la pasaba diciendo que estaba aburrida y que quería vivir donde el tío…hasta que se fue sin permiso”, afirmó el padre. De acuerdo con el relato del hombre, la menor expresaba que quería estudiar allá y que había un muchacho que le llevaba chocolatinas a la casa. “Hasta ahora me doy cuenta que ella no estaba estudiando, no me explico por qué hizo esto”. Según los detalles narrados por la menor a su progenitor, el aburrimiento la llevó a ingerir los objetos para acabar con su vida. “Dijo que cuando se tragó eso, sintió que le raspaba la garganta y que cuando se comió las dos monedas tomó mucha agua para poder pasarlas, luego fue cuando le empezó a doler el estómago”. A la espera Afortunadamente y según la radiografía tomada en el hospital, hasta el momento los objetos ingeridos no han perforado ningún intestino. “Los médicos están esperando a que ella expulse sola las puntillas y las agujas, le están dando laxantes y la tienen en dieta líquida, ella está consiente, pero hay que esperar”. De no darse el resultado esperado, los especialistas deberán realizar a la menor una intervención quirúrgica para extraer los objetos metálicos. 
María paula Rojas Rivas permanece en el centro asistencial esperando por la expulsión de los objetos. 
Alfredo Rojas, padre de la menor espera la pronta recuperación de su hija.
