La ciudad de Ibagué, la capital del departamento del Tolima, empezó a vivir por estos días la fiesta más grande de músicas tradicionales andinas colombianas, con la realización del XXXVI Festival Nacional de la Música Colombiana. Se trata de un certamen que regresa este año a la presencialidad y que congrega a agrupaciones de reconocimiento nacional e internacional, que realzan la idiosincrasia y cultura de todos los acentos y aires del país, además de los tradicionales bambucos, pasillos y guabinas.
Este Festival, considerado patrimonio cultural de la Nación, hará que no sólo ibaguereños sino miles de turistas disfruten en vivo con la presentación de más de 700 artistas entre ellos invitados especiales de la talla del cantante vallenato Milciades Cantillo; el grupo Cimarrón del Meta; Nicoyembe del Pacífico colombiano y los Gaiteros de San Jacinto, al lado de duetos, compositores, orquestas, rondallas, todos compartiendo desde sus diferentes identidades regionales.
Vale la pena mencionar que el Festival de la Música Colombiana reúne actividades como los famosos concursos nacional de duetos “Príncipes de la Canción” y nacional de composición “Leonor Buenaventura”. También desarrolla el concurso departamental de interpretación “Cantalicio Rojas” y el encuentro nacional universitario de “Música Colombiana”.
Y debe ser motivo de orgullo para los huilenses que en el marco de esta nueva versión del Festival Nacional de la Música Colombiana se le rinda tributo al gran maestro Jorge Villamil Cordovez y a los compositores Guillermo Calderón Perdomo y Álvaro Córdoba Farfán. Claramente, es un merecido reconocimiento a quienes con su música han hecho un invaluable aporte a la cultura colombiana.
Que todo el Huila se ponga de pie y aplauda el legado del maestro Villamil y el edificio musical grandioso que han construido los maestros Calderón y Córdoba.
Ibagué demuestra una vez más así su preponderancia como ciudad musical. Ojalá, nuestros dirigentes huilenses tomaran nota de lo que hacen nuestros vecinos.