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Mi objeción a la minería. Por Gabriel Calderon Molina

El martes pasado se llevó a  cabo en la Cámara de Comercio una  reunión en la que los asistentes tuvieron la oportunidad  de escuchar al geólogo Alberto Lobo- Guerrero quien afirmó que  el Huila es un  departamento de un gran potencial minero sin explotar  debido a la  falta de incentivos para que las multinacionales que operan en Colombia se interesen en invertir. Según  este periódico, presentó  una  larga lista de minerales y metales que  abundan  en el territorio huilense. De confirmarse esta posibilidad   el Huila tendría a revisar la  Apuesta Minera de la Agenda  Interna ya que  ésta se concreta solo a la consolidación  del proceso  de industrialización sostenible de fosfatos, arcillas y mármoles. Pero, la minería, como  parece  recomendarla el expositor, masiva, en manos de  multinacionales y depredadora del medio ambiente es una  actividad que  cada  día  genera  más rechazo en el mundo.  Se ha convertido en una forma de  dominación de los  países  ricos  sobre los países pobres y en una actividad que  en vez de generar  riqueza para quienes  laboran en ella los hace más  miserables y explotados. Diversos tratadistas de este  tema, entre ellos Andrés Oppenheimer en su libro Basta de Historias, nos ponen de presente el hecho de que los países que   se decidieron por la  explotación de los  recursos  naturales, como Nigeria, países árabes, Venezuela, etc.,  a pesar de completar un siglo extrayendo petróleo del subsuelo, figuran entre los más pobres del mundo, mientras que  los  que priorizaron  la producción de bienes y servicios a partir del uso de la ciencia y la tecnología como Finlandia, Corea del Sur, Japón, Suiza, Singapur, Alemania, La China, etc. son los que figuran en la avanzada del desarrollo mundial y en la calidad de vida  de sus habitantes. Por  otro lado, la minería está acusada de ser una actividad que genera  concentración de la  riqueza en pocas manos. La forma como opera, conduce a que finalmente los  beneficiarios del proceso de transformación de las  materias  primas sean unos pocos. Un ejemplo es la minería del oro, en donde quienes se sacrifican extrayéndolo  de los  socavones o lavándolo en ríos,  jamás  salen de la miseria. Y si a lo anterior se agrega la afectación  grave  del  medio ambiente, soy de los  que prefiero decir  no a la minería intensiva y empobrecedora de la  gente, como  lo hacen las  multinacionales. (Wed: gabrielcalderonn.jimdo.com)