La Nación
Minga-vene-coca-chusmera 1 25 abril, 2024
COLUMNISTAS OPINIÓN

Minga-vene-coca-chusmera

 

Píter Bonilla Díaz

No obstante ser insaciables con las peticiones, sobre todo económicas en su mayor parte concedidas, de nuevo se inventan  otras irrealizables para originar la protesta. No se trata pues, de solicitar comedidamente la condescendencia benévola del Gobierno, sino de exigir, ya no con escopeta, como se diría coloquialmente. Ahora, y no es literalmente, con metralleta.

Sucede con los mechudos que utilizan la prosopopeya indígena para resaltar su inexistente etnia, en complicidad con la guerrilla, identificada  en  el negocio de  la  coca y  reforzados por los cientos de zombies enviados por el ya podrido dictador.

Porque, ¿a qué vienen ahora los venezolanos, muchos apertrechados desde Cúcuta y pasando por la extensa frontera  con Colombia? Un altísimo porcentaje de estos inmigrantes ya habían regresado  a su país. Luego el objetivo está claro. Junto con los indio-chusmeros reforzar el paro nacional  que se anuncia para  los próximos días. Que a no dudarlo, no será una expresión de inconformidad pacífica. Está perfectamente calculado. Tampoco se considera como protesta, porque absolutamente nada se les debe. Más bien tienen que rendir pormenorizadas cuentas ante la Contraloría General, sobre la forma como han  invertido el cuantioso dinero que se les ha regalado.  Se ignora si el ente de control se las ha pedido. Exigencia que se les hace, tanto a los tales indígenas, como al mencionado  organismo.

Tan irresponsables son los movilizados, como los que los han convocado en cabeza de Gustavo Petro Urrego, no solo por semejante desafuero. Es la vida misma de sus borregos que no han medido las consecuencias ante el inminente contagio de la pandemia. Incluso muchos de estos ya tienen el virus. Luego serán víctimas de su propia demencial  alevosía. Y no solo con ellos. Los residentes en Bogotá también estarán expuestos al contagio.

Ha propósito de la capital del país, la que tiene que responder, no solo por el alojamiento de los mochileros y si se presentan actos vandálicos, es la Alcaldesa al haberles dado la bienvenida. Jamás el Gobierno nacional, como se lo pretende endilgar la consuetudinaria busca pleitos cotorra parlanchina.

Y es también   deber del Jefe del Estado imponer la autoridad para que prevalezca el orden. La gente de bien no tiene por qué verse afectada en su movilidad urbana y rural. Ni el sector comercial en sus intereses económicos. Todo porque se le ha dado por imponer  el caos y la anarquía  una dirigida Minga-vene-coca-chusmera.