La Nación
Miradores de Las Nieves 1 19 abril, 2024
COLUMNISTAS OPINIÓN

Miradores de Las Nieves

Siempre se ha predicado que, el conocimiento de la historia es un insumo básico en el proceso de estructuración de productos turísticos, e igualmente, en la elaboración de los guiones que hacen posible orientar al turista en sus recorridos por el destino elegido como satisfactor del uso productivo de su tiempo libre. En este sentido resulta útil consultar la historia de la Nación Páez, pues, en ella se encuentran interesantes relatos de las poblaciones nativas cuando ascendían a los cerros tutelares de su habitual residencia con el propósito de observar los movimientos del invasor español en su despiadada aventura de conquista territorial, hoy, las generaciones contemporáneas también escalan los cerros tutelares al municipio de su referencia con el animo de disfrutar oteando el paisaje combinándolo con actividades de aventura.

Este es el caso de la comunidad de Tesalia que ha encontrado en la serranía de Las Nieves el escenario ideal para contemplar el Valle Escondido que tanto inspiró al Maestro Jorge Villamil Cordovez, inspiración plasmada en una hermosa composición musical. Inicialmente se percibe la existencia de tres miradores, la Montaña de Buenavista, El Águila y Brisas del cafetal, desde las tres se disfruta de la sinuosidad que marca el caudaloso río Páez en cuyo entorno se forma el tapete esmeraldino de los prósperos cultivos de arroz, sin desconocer la mancha marrón formada por el impulso de la gandarita bovina de doble propósito que tanto a ilusionado con convertir la región en un polo para el desarrollo de la industria láctea.

En materia de turismo, el escenario es inmejorable para la combinación de actividades de aventura con agroturismo, veamos, en aventura lo primero que llega a la mente es el aprovechamiento para una pista de parapente, una actividad que requiere formación profesional, experiencia y las licencias para su operación; igualmente, lo agreste del terreno permite pensar en una ruta para ciclo montañistas profesionales y de rodada cotidiana; sin desconocer la antigua tradición de los peregrinos que desde Tesalia trasmontaban la Serranía de Las Nieves para llegar al sitio del Mandarino, y desde allí, iniciar sus alabanzas, el rezo del Santo Rosario y la Viacrucis hasta llegar al Santuario de la Virgen de Las Mercedes de Nátaga. Para el caminante habitual se le han preparado senderos de travesía combinados con la exploración a cuevas formadas por el enrocado de la montaña aderezadas con cuentos mitológicos unas, y otras, con sucesos de la época de poblamiento y conquista.

En cuanto al agroturismo, la experiencia cafetera se percibe a flor de piel, la gente conoce a profundidad las técnicas del cultivo, el beneficio hasta llegar al barismo, una experiencia anhelada por el turista contemporáneo. Por supuesto la máxima emoción se vive en los hitos creados para los autorretratos o selfis como se les denomina popularmente.