El municipio de Suaza está pasando por un momento difícil como consecuencia de las fuertes lluvias que vienen sacudiendo al sur del Huila durante las últimas semanas.
En la primera arremetida, hubo tres muertos y cuantiosos daños en vías, cultivos y acueductos rurales. Hubo al menos, 2.500 familias damnificadas. No se sobreponía Suaza a estas afectaciones, cuando una nueva embestida del invierno impactó a Gallardo, el centro poblado en donde se encuentra el Santuario de la Virgen de Aránzazu, visitado anualmente por cientos de devotos católicos para agradecer, cumplir promesas o pedir un milagro. Gallardo, con 5 mil habitantes aproximadamente, ha estado incomunicado, ya que las quebradas desbordadas, han acabado con sus vías dejando solo lodo, piedras, troncos y destrucción a su paso. Tampoco ha contado con agua potable.
Como si fuera poco, la cosecha cafetera también ha sufrido los estragos de las fuertes lluvias.
El llamado del alcalde de Suaza, Moisés Ortiz Alarcón, no puede ser más angustioso: “La situación es caótica y fuera de eso, se suma la emergencia que tuvimos el día cuatro de septiembre en el resto del municipio, tenemos una afectación del 90 por ciento. Solamente nos faltan seis veredas, de las 40 que tiene el municipio. Hicimos una mesa técnica para evaluar la emergencia y nosotros aspiramos que el Gobierno departamental nos ayude y nos acompañe, ese es el llamado, que no nos dejen solos y ayuden a todos los suaceños, estamos muy afectados”.
Este clamor del mandatario no puede ser ignorado. Es necesario que se dirijan todos los esfuerzos estatales para mitigar la emergencia que viven los habitantes de Suaza. Está claro que no se requiere sólo asistencia humanitaria. Se necesitan medidas concretas y reales.
Los suaceños también son huilenses y merecen una mano solidaria en estos momentos.