La Nación
“Mis ideas son de la Colombia de hoy” 1 18 abril, 2024
ENTREVISTA

“Mis ideas son de la Colombia de hoy”

El exministro de Hacienda, Oscar Iván Zuluaga, habla con LA NACIÓN sobre su aspiración presidencial. Promete dos millones de empleos “dignos y bien remunerados”. Asegura que en las elecciones de 2022 “hay que derrotar la posibilidad de que llegue el socialismo”.

Jesús Antonio Rojas Serrano

editorgeneral@lanacion.com.co

Con los respaldos que ya empezó a recibir dentro del Centro Democrático, Oscar Iván Zuluaga se está convirtiendo hoy en el hombre más fuerte del uribismo para encarar las elecciones presidenciales de 2022.

En diálogo con LA NACIÓN, el exministro de Hacienda esboza sus propuestas más importantes y entre otras cosas, plantea dos millones de empleos “dignos y bien remunerados”. Promete además “llevar a la cárcel y judicializar a los que bloquean y a esos vándalos que quieren generar caos”.

¿Por qué está aspirando de nuevo a la Presidencia de la República?

Me duele mucho que hoy en Colombia tengamos 21 millones de colombianos pobres, cinco de ellos producto de la pandemia. Creo que eso no es posible para una sociedad como la nuestra. Me aterra que millón y medio de colombianos aún no tengan el empleo que tenían antes de la pandemia. Es muy triste ver que dos millones y medio de colombianos, especialmente mujeres cabeza de hogar, han tenido que disminuir una comida al día por la pérdida de ingresos. Una sociedad con ese nivel de desigualdad no es posible. Eso a mí me preocupa. Yo tengo 30 años de experiencia pública, me duele mi país, quiero mucho a Colombia, y creo que es un momento de actuar para buscar soluciones a estos problemas. Y la única forma es estar en el debate público. Por eso, les he presentado nuevamente a los colombianos mi nombre como aspirante a la Presidencia de Colombia.

Concretamente, ¿Qué les está proponiendo a los colombianos?

Hay un tema central para mí y es crear dos millones de empleos dignos y bien remunerados. Un empleo significa ingresos para los ciudadanos. No hay nada más que angustie que no tener plata en los bolsillos para atender las necesidades básicas del día a día como pagar el arriendo, comprar el mercado o adquirir ropa para los hijos. Sin empleo, el país no tiene posibilidades de mejorar. Sin empleo no hay oportunidades. Yo he sido empresario y toda la vida he estado generando empleo; sé lo que el empleo representa para una familia. La experiencia pública que he tenido combinada con mi actividad como empresario, me permiten tener la claridad de cómo podemos generar dos millones de empleos dignos y bien remunerados para las familias y los jóvenes.

Pero, ¿Cómo lo haría?

Lo primero es que hay que hacer unas reformas que ofrezcan garantías para que haya buena inversión. Hay que, por ejemplo, atacar la informalidad. Colombia tiene un problema muy sensible: la persona que está en la calle, que no tiene acceso a seguridad social, que no tiene cómo montar una pequeña empresa. Es la persona que está excluida por su informalidad. Esa debe ser una gran prioridad. Un segundo aspecto que necesitamos: una nueva fuerza laboral. Los 11 millones de jóvenes que estudian en Colombia necesitan una educación orientada al trabajo y al emprendimiento. Eso hay que hacerlo posible porque solo cuando una educación está enfocada al trabajo y al emprendimiento se pueden construir las posibilidades para que haya pequeñas y medianas empresas. Hay que incorporar disciplinas básicas como el bilingüismo; un bilingüismo básico es la puerta de entrada para mejores salarios. Hoy, por ejemplo, Colombia necesita 200 mil jóvenes alrededor de las tecnologías. Y una tercera idea es recuperar nuestra vocación agroindustrial. Departamentos como el Huila son pioneros en eso. Nosotros podemos producir y exportar mucho más. La creación de empleo no debe ser solo en las grandes ciudades, sino en los municipios. Recuperar el sector debe ser para Colombia una prioridad.

Hablando de empleo, la Anif y Fedesarrollo están proponiendo un salario diferencial para las ciudades, ¿Qué tan viable sería?

No es un tema fácil dentro del marco legal y las normas laborales. Colombia, en el pasado, tuvo un salario diferencial para el sector rural y las ciudades. Me parece que el debate hay que abrirlo porque el peor escenario que tenemos es que en Colombia hay dos millones de jornaleros que viven en el campo y no tienen acceso a la seguridad social. Seguramente, en lo que tenemos que pensar es en un sistema de seguridad social que haga viable que esos jornaleros puedan tener acceso a salud y pensión. Me parece que ese es el punto relevante. Hay que buscar fórmulas mucho más ingeniosas para superar ese problema.

Otro de los males del país es la corrupción, ¿Cómo atacar ese monstruo de mil cabezas?

Yo llevo 30 años en la vida pública y privada y jamás he tenido un señalamiento, una investigación o un problema por corrupción. Soy una persona recta como un valor fundamental en mi vida; así se lo he inculcado a mi familia, mis hijos y a quienes trabajan conmigo. Yo creo que uno para enfrentar la corrupción, lo primero que necesita es el testimonio de vida y el ejemplo. Me parece que parte de la corrupción está en lo que pasa con la corrupción y la política. Estos carteles de contratación, al final, terminan financiando la política. Por eso, es inaplazable una reforma que acabe con el financiamiento privado para cortar esa cadena de contratistas que financian a los políticos. Eso es una cadena de corrupción intolerable. Hay que acabar la forma en que se orienta la conformación de las listas para llegar a los cargos de elección popular; hay que recuperar el mérito. La lista cerrada es un factor fundamental en ese sentido. La política debe ser por mérito y eso atacaría de raíz la corrupción. Me parece que hay que reformar a la justicia; las denuncias alrededor del ‘Cartel de la toga’ son muy frustrantes para los ciudadanos y eso, se ataca quitándole esas funciones políticas. Lo más grave de la corrupción es que deterioró la confianza de los ciudadanos en la justicia y en la política.

Frente a la inseguridad en las ciudades, ¿Qué plantea?

Hay que entender las nuevas realidades: hoy vivimos un terrorismo urbano, fruto de una alianza entre disidencias de las Farc, el Eln y el narcotráfico y que se ha manifestado en los bloqueos viales y en el vandalismo. Hoy, hay 125 capturados que hacían parte de la ‘primera línea’, fueron judicializados y están en la cárcel porque fueron encontrados con las manos en la masa para cometer atentados. Lo que ocurrió con el Puerto de Buenaventura, no se puede tolerar; estuvo 35 días cerrado y se cortó la proveeduría de bienes a los hogares y se encarecieron los alimentos. Si bien se debe respetar la protesta pacífica, la autoridad tiene que garantizarles a los otros ciudadanos que puedan ir a trabajar y utilizar el transporte público. Requerimos un Esmad más profesionalizado, un Esmad que sea certificado en el cumplimiento de los derechos internacionales. Cuando hablamos de las protestas, está el ciudadano de bien que necesita ir a trabajar, el ciudadano que quiere protestar pacíficamente y los otros que quieren hacer el daño, el caos y la anarquía. La autoridad tiene que llevar a la cárcel y judicializar a los que bloquean y a esos vándalos que quieren generar caos.

¿Cree que al Gobierno Duque le faltó mano fuerte ante los bloqueos viales?

Yo hubiese militarizado el Puerto de Buenaventura. Fue muy grave: 35 días cerrado, las fábricas en Cali cerradas, escasez de pollo y huevo. ¿Quiénes pagaron todo eso? Los sectores más pobres. Había que militares el Puerto desde el primer momento. Eso no puede estar condicionado a un Comité de Paro. Ahí es donde el ejercicio de autoridad tiene que ser claro.

 En un eventual gobierno suyo, ¿Qué le significaría el Huila?

El Huila es un departamento que sufrió mucho en el pasado, sufrió el rigor de la presencia de las Farc, del terrorismo. Gracias a la seguridad democrática en el Gobierno de Uribe, se recuperó. El Huila es ejemplar: primer productor de café. La gran transformación de la producción cafetera viene del Huila. Este departamento es de riquezas naturales, es un emporio en el que se genera energía. Es un departamento que tiene diversificación agrícola. Es un departamento que tiene una conexión con el sur en la medida en que se mejore toda esa red de infraestructura. El Huila le aporta mucho a la cultura del país. Yo admiro mucho la pujanza de los huilenses porque es una ciudadanía activa, con grandes empresarios.

Hablando de su aspiración presidencial como tal, ¿Cómo están las cosas al interior del uribismo? ¿Quiénes están con usted?

Yo quiero ser el candidato de mi partido con propuestas como darle equidad a la mujer, logrando que las niñas y niños entre cero y cinco años tengan educación, cuidado y salud. Con ideas es que yo aspiro a ganarme la candidatura del Centro Democrático.

Senadores como Paola Holguín y Ernesto Macías han salido ya a respaldarlo, ¿Qué representa eso?

Valoro mucho y agradezco el gesto de los senadores Paola Holguín y Ernesto Macías; me compromete mucho más. Creo que dan un mensaje de que lo que tenemos que hacer los políticos es unirnos. Hay que pensar en el país, no es un momento de vanidades personales. Necesitamos enfrentar esta profunda crisis que nos deja la pandemia. No resistimos más desigualdad y más corrupción. Por eso, tenemos que unirnos en función del país, de unas ideas, para darle una alternativa a Colombia que signifique esperanza, que les devuelva la confianza a los colombianos.

Al interior del uribismo y por fuera, algunos le cuestionan que usted estuvo ausente siete años y que el país del 2014 no es el mismo del 2022, ¿Qué les dice a ellos?

Yo estuve alejado porque tomé una decisión de someterme a que se aclararan procesos judiciales que estaban en marcha. Recuerden la campaña del 2014 y el montaje con el cual fui afectado, el famoso montaje del hacker; no solo fue un montaje para robarme la elección sino un montaje para dejarme judicializado, a mí, a mi hijo y a la campaña. Pacientemente, decidí encontrar la verdad judicial. Nos ganamos todos los procesos y hoy puedo mirar a los ojos a los 50 millones de colombianos para decirles que actuamos de manera correcta. Eso me permite darle la tranquilidad para quienes en su momento me acompañaron y decirles que nunca les dije algo que no correspondiera a la realidad de los hechos. Y eso me ha fortalecido mucho. Estos años me he dedicado a escuchar y hablar con empresarios, trabajadores, emprendedores y líderes sociales, y muchas de estas ideas son el producto de esos diálogos. He estado activo estudiando y preocupado por el país. Precisamente, estas ideas nacen, no de la realidad de la Colombia del 2014 sino la de hoy. La pandemia es hoy; esos cinco millones de nuevos pobres son hoy producto de la pandemia. Eso es lo que me angustia. Por eso, quiero estar en el debate público con mi aspiración a la Presidencia de Colombia. Yo he demostrado que puedo contribuir a generar nuevas oportunidades. Estoy en este debate con la realidad de la Colombia de hoy.

La senadora María Fernanda Cabal está muy entusiasmada con su aspiración presidencial, ¿La va a invitar a que decline y lo respalde a usted?

Estamos en una competencia sana y bienvenida. Si ella mañana decide apoyarme, me sentiré feliz y orgulloso. Yo tengo admiración por el trabajo de ella, es una mujer coherente y tenemos una amistad. Estamos en una competencia sana. Ese es un ejemplo. Confrontar ideas de manera respetuosa, esa es la política. Eso muestra que es un partido abierto. Está no sólo ella, hay otros precandidatos también. Me parece que eso es bueno. Aspiro a ganar con ideas.

¿Qué otras candidaturas presidenciales le llaman la atención?

Hay muchas personas valiosas: Federico Gutiérrez, Enrique Peñalosa, que hoy están en su proceso de recolección de firmas. Qué bueno que todos podamos sentarnos a discutir una gran alianza entre el partido Conservador, partido de La U, Cambio Radical, los movimientos cristianos, la ciudadanía, los sindicatos, las organizaciones comunitarias. Necesitamos sentarnos a mirar qué país queremos para nosotros y nuestros hijos, cómo vamos a defender la vida de todos los ciudadanos. Esos ánimos nos deben inspirar para construir una propuesta y ojalá, llegar con un solo candidato a la primera vuelta presidencial.

¿Cuál es el candidato o el sector a derrotar en las próximas elecciones?

Yo creo que lo que hay que derrotar es la posibilidad de que a Colombia llegue el socialismo, que llegue un populismo de izquierda, que al país le ocurra lo que en su momento le ocurrió a Venezuela y que hoy le está ocurriendo a Perú. Esa es la sombra que hay que tener presente. En Perú están perdiendo décadas de progreso y de inversión. Eso es lo que hay que evitar.

¿Es verdad eso del socialismo?

Qué decía Petro en los paros, que retiraran la plata de los bancos, que no mercaran en las superficies, que hacer públicas las pensiones. Un ciudadano cuando tiene derecho a elegir a qué colegio envía a sus hijos, es lo que aspira como ciudadano, o a escoger el médico que lo atienda, o a dónde quiere ir a mercar. Es su elección, es su decisión. Qué tal que le impongan un solo modelo de Estado y le digan qué puede producir y qué no. Eso es lo que está en juego en unas elecciones como las del 2022.