Aunque no se conoce la magnitud de la emergencia sanitaria, la alta mortalidad en el embalse de Betania está bajando. Autoridades sanitarias buscan la causa, en medio de un inusual hermetismo, jamás observado.
RICARDO AREIZA
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La alta mortalidad de peces registrada en el embalse de Betania está por ahora neutralizada. Los peligros de una eventual propagación están temporalmente controlados, según los tímidos reportes entregados por las autoridades sanitarias y los organismos de control.
La emergencia comenzó hace diez días y se agravó durante el fin de semana, cuando salieron a flote, toneladas de material inerte, al parecer asfixiado.
Sin embargo, los volúmenes de pérdidas se mantienen en total reserva. A pesar de los efectos que pueda generar, la información está herméticamente blindada.
“Ya la eventualidad paró, estamos esperando los resultados de las muestras que se enviaron para el análisis para determinar la causa que desencadenó la mortalidad”, aseguró Edison Javier Henao, secretario técnico de la Cadena Piscícola.
“Hasta el momento no se ha determinado el volumen de la mortalidad”, aseguró el funcionario, quien estuvo el domingo en la fase final de la emergencia.
“La mortalidad ha ido disminuyendo. El problema crítico fue diez días atrás”, afirmó Camilo Augusto Agudelo Perdomo, director de la Corporación Autónoma Regional del Alto Magdalena (CAM).
“La mortalidad está disminuyendo en término de los proyectos y de los volúmenes que están apareciendo. Sin embargo, continúa la mortalidad”, aclaró Agudelo Perdomo.
¿Inusual mortalidad?
A pesar de las recurrentes emergencias, la cuarta en menos de 15 años, el Instituto Colombiano Agropecuario (ICA), encargado de preservar el status sanitario del país, confirmó una “inusual mortalidad de peces en el embalse”.
Sin embargo, no reportó las eventuales causas de esta nueva emergencia, que han mantenido en total reserva.
Un equipo técnico de la entidad está realizando las actividades de análisis para determinar con precisión las causas de esta mortandad.
“En este momento estamos en análisis de muestras, una vez tengamos los resultados emitiremos un nuevo comunicado. Por ahora, de acuerdo con las visitas que realizamos al embalse, la mortalidad detectada no es alta”, afirmaron funcionarios de la entidad sin dar más explicaciones.
Posibles causas
Aunque los productores, no descartan la mortalidad por una posible bacteria, típica del embalse (aeromona), aún no hay total certeza.
Edilberto Brito Sierra, subgerente de Protección Animal (e) anunció que se avanza en la correspondiente toma de muestras para diagnóstico veterinario.
“La situación presentada hasta el momento y los posibles orígenes no representan riesgo para el consumo del pescado”, precisó.
“Hacemos un llamado a todos los acuicultores a que notifiquen de manera inmediata al ICA, si detectan casos de mortalidad inusual de peces en sus predios, con el fin de realizar un diagnóstico oportuno y establecer las medidas necesarias para prevenir y controlar la presencia de enfermedades en la zona”, afirmó Brito Sierra.
Bajos niveles
“El embalse no ha tenido bajos caudales en los últimos veinte días”, aseguró el secretario técnico de la Cadena Piscícola, dependiente de la Secretaría de Agricultura.
“Los caudales del embalse han estado en niveles normales. No hay una situación crítica en términos de entrada y salida de los caudales del embalse”, reiteró el director de la CAM.
“En términos de calidad del agua hemos encontrado que los parámetros de calidad están dentro de los límites que están establecidos”, afirmó.
Sin embargo, aclaró que el último monitoreo de calidad del agua se hizo en noviembre de 2022.
“Encontramos un comportamiento normal de la calidad del recurso hídrico”.
“Los niveles del río Magdalena son normales. El embalse está en cota 560 metros, lo que representa un 84% de la capacidad del embalse. Si lo miramos hacia atrás el caudal se ha sostenido. No se nota un cambio brusco de los caudales”, precisó el director de la CAM.
Por su parte, la multinacional Enel (antes Emgesa), propietaria de la Central Hidroeléctrica de Betania, descartó que la emergencia se haya podido registrar por los bajos caudales.
“Durante todo el mes de marzo, los niveles de la Central Hidroeléctrica han sido altos, en promedio de un 89%, lo que significa que no existe insuficiencia de la fuente hídrica”, reportó en un comunicado. De hecho, el lunes cuando se viralizó la alta mortalidad, el nivel del embalse era de 81,7%.
Otras causas
Si los caudales han sido normales, otras pueden ser las razones para la mortalidad.
“Es muy probable que pueda ser una mortalidad por bacterias, pero es un tema que no podemos concluir hasta tanto no se pronuncie el ICA. Sabemos que ellos están haciendo ese trabajo”, aseguró Agudelo Perdomo.
“El ICA que es la autoridad competente en materia de sanidad animal está haciendo las investigaciones para determinar las causas de la mortalidad, que hasta hoy no están claras”, acotó.
“Debemos esperar los resultados para determinar qué fue lo que ocasionó la mortalidad. Desde el punto de vista ambiental estamos realizando esos monitoreos en términos de calidad del agua, estado de los caudales y disposición final, no nos presentan señales de alerta.
El secretario de Agricultura, Dilberto Trujillo, presidió el lunes pasado una reunión con los productores, pero han mantenido hermética reserva. “No sabemos qué fue lo que pasó”, afirmó.
Disposición final
La disposición final se está realizando conforme a los protocolos de bioseguridad. El material se está transportando en contenedores herméticos, con todo el proceso de desinfección. “Estamos haciendo los controles para que este problema no se nos vaya a crecer”, insistió Agudelo Perdomo.
“La mortalidad se está disponiendo en los sitios establecidos con ese fin, es decir, en las plantas de procesamiento de harinas y las fosas que hacen parte del plan de contingencia. En la revisión, observamos que se está dando un manejo adecuado a la mortalidad”, explicó Agudelo Perdomo.
La misma información la reportaron funcionarios regionales del ICA.
Sobreproducción
En promedio, de acuerdo con los propios piscicultores, la capacidad de carga supera las 40.000 toneladas métricas. La producción mínima, según un estudio de la Universidad Javeriana, fue fijada en 22.000 toneladas. En los ciclos de niveles máximos la represa ha soportado hasta 50.000 toneladas al año.
Según la Cam, de los 2,71 millones de metros cuadrados autorizados en el 2013 para producción piscícola, se están utilizando adicionalmente 1,19 millones de metros cuadrados, es decir un 43 por ciento más de espejo de agua.
Sin control
Además de la superproducción, la problemática del embalse se agravó por la descontrolada proliferación de empresas a lo largo del embalse.
Según el estudio realizado por Hidrosfera Ltda en el (2003) la capacidad máxima de carga era de 22.000 toneladas/año.
En esa época, hace 20 años, la producción era apenas de 4.604 toneladas/año, de las cuales el 82% (3.775 ton.) era aportada por productores industriales.
El año 2003, cuando se realizó el Diagnostico Pesquero y Acuícola en el embalse, existían cuatro proyectos de cultivos de tilapia en jaulas de carácter industrial con permiso de cultivo del INPA (Hoy Aunap) y 13 proyectos de pequeños piscicultores
A partir del año 2004 se montaron otros 15 proyectos independientes.
En el 2005, según el Plan de Ordenamiento Pesquero y Acuícola (Popa) había 1.686 jaulas flotantes en el embalse. Dos años después, existían 78 proyectos, con permisos de ocupación y concesión de agua y numerosos proyectos informales.
La capacidad de carga no se ha revisado, como estaba contemplado.
“Esa capacidad de carga no se ha revisado. La Aunap sigue trabajando con la capacidad de carga definida desde hace 20 años que es de 22.000 toneladas/año”, recordó Agudelo.