La Nación
Mujer con COVID-19 dio a luz y su vida depende de un traslado 1 28 marzo, 2024
HUILA

Mujer con COVID-19 dio a luz y su vida depende de un traslado

Zahiry Bustos permanece en el Hospital de Garzón, es madre de tres menores de edad, incluido un recién nacido de nueve días. La familia clama por un traslado hacia la Clínica Uros, única que cuenta con los instrumentos para realizar una terapia EMCO, utilizada para ayudar a pacientes COVID-19 graves.

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A sus cortos nueve días de edad, Juan Sebastián Bustos Bustos ya lucha contra el virus de COVID-19. El pequeño nació por cesárea con ocho meses y tres semanas de gestación en medio de un complejo proceso en Garzón, en el centro del Huila.

Juan está ahora con su tía Claudia Bustos, mientras su madre Zahiry Yulieth Bustos Murcia continúa entubada y luchando una ardua guerra contra el virus que ya ha matado a más de 2.100 personas en Huila y más de 95.000 en el país.

La adulta de 34 años de edad ingresó al hospital el 31 de mayo por urgencia respiratoria. El bebé nació el sábado cinco de junio en horas de la tarde y enseguida pasó a la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) neonatal, donde estuvo durante tres días, posteriormente fue dado de alta; su mamá se quedó internada.

Ahora la familia clama por el traslado de Zahiry Yulieth hacia Neiva donde podrá recibir asistencia médica. Requiere con urgencia un servicio que solamente brindan en nueve clínicas del país, pero la alta oferta de pacientes COVID-19 en medio del tercer pico de la pandemia ha imposibilitado un cupo.

También critican, a su juicio, la precaria asistencia que recibió la adulta desde un comienzo por parte de su EPS, lo cual habría repercutido en que se agravara su salud.

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El pequeño Juan Sebastián Bustos Bustos permanece con una tía.

La fuga

Claudia precisó que su hermano Víctor Alfonso Bustos Sáenz, sus dos sobrinos  de 16 y ocho años de edad, junto con su cuñada Zahiry Yulieth viven en una casa fiscal en el Batallón Pigoanza, donde han ocurrido varios contagios  de COVID-19 en tanto militares, como su hermano, al igual otras personas residentes en estos inmuebles del Estado.

“Mi hermano trabaja en una oficina y allí comenzaron a enfermarse. Los niños fueron los primeros en presentar síntomas, pero en el dispensario no les dieron nada, allá es muy evidente la negligencia. Víctor después empezó a complicarse, pero a él solamente le daban acetaminofén, como no mejoraba luego sí decidieron remitirlo en ambulancia para el hospital el 18 de mayo, donde le hicieron la prueba, y de una vez váyase para la casa. Los aislaron a todos juntos, incluso a ella estando embarazada”, detalló.

Días después conocieron que esa primera prueba salió negativa. A Víctor le tomaron una segunda muestra el 21 de mayo. Se complicó. Y el 26 ingresó al centro médico por insuficiencia respiratoria, donde pasó seis días recibiendo asistencia médica.

También denunció que a Zahiry no le hicieron la prueba sino hasta el día en que ingresó, “volada”, al centro médico de Garzón. “Ella llegó al hospital porque literalmente se escapó del batallón, porque allá no la atendían, pero tampoco la dejaban salir”.

Contó que la familia envió un carro particular que se encargó de “sacarla a escondidas junto a los niños. Ella tenía fiebre, decaimiento, dolor de cabeza, y sentía que algo le halaba durísimo desde dentro del vientre, no solo cuando tosía sino siempre”.

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Zahiry Yulieth Bustos Murcia lucha contra la COVID-19 en Garzón.

El ingreso

El 31 de mayo Zahiry ingresó a sala de parto, le hicieron monitoreos y empezó un tratamiento. Se dieron cuenta los médicos, entonces,  que tenía taquicardia, fiebre, la saturación se le bajaba, y el bebé experimentaba lo mismo.

Luego de cuatro días fue trasladada a UCI intermedia y le insertaron cánula. Y después cuando estuvo algo estable la saturación, los médicos decidieron que era el momento oportuno de extraer el bebé mediante cesárea.

“La cirugía se complicó un poco porque tuvieron que extraerle la matriz completa, estaba pegada al útero y presentó hemorragia, así que tuvieron que hacerle una transfusión de sangre”, dijo su cuñada.

Hasta ese momento la adulta permanecía consciente, manifestaba que tenía temor, no quería ser entubada ni entrar a UCI.

La guerra

El viernes 11 de junio la familia recibió la lamentable notificación de que Juan también estaba contaminado con COVID-19; “nos dieron la triste noticia de que él nació con eso. Le dijeron a mi hermano que quedaban en aislamiento junto con la persona que lo cuida”.

Claudia denunció además que no recibieron indicaciones para llevarlo al médico, “es un bebé prematuro, tan frágil, no tiene vacunas ni nada, él y yo estamos aislados.  Pensé en llevarlo por urgencias, pero no, porque allá hay tanta gente enferma y bacterias, se me puede enfermar peor, tras de que ya tiene ese virus…”.

Hasta ahora Juan no ha tenido fiebre, tos o diarrea.

El llamado

El martes ocho de junio, tres días después de dar a luz, Zahiry fue entubada. Ahora se encuentra en delicado estado de salud y necesita un cupo en la clínica Uros, única que cuenta con los instrumentos para realizar una terapia EMCO, utilizada para ayudar a pacientes COVID-19 graves.

“Ella es una mujer muy fuerte, echada para adelante, apegada a sus hijos; yo siento que eso es lo que la ha mantenido…”.

Según la familia, los médicos le han advertido que en el traslado debe  contar con un intensivista y profesionales en salud que estén acompañando todo el viaje. En el tercer pico de la pandemia, la paciente permanece a la espera.