Por: Fermín Beltrán Barragán
Elon Musk, dueño de TESLA y SpaceX, quien se ha convertido en el hombre más rico del mundo según la revista Forbes, ahora concentra todas sus energías en conquistar el planeta Marte y hacer una ciudad allí de aproximadamente un millón de habitantes. Este es un proyecto casi utópico, sin embargo, este hombre ha sido un cazador de imposibles, ha logrado hacer viajes comerciales al espacio y llevar astronautas a la Estación Espacial Internacional, por consiguiente, es posible que logre realizarlo.
Musk no es un científico ni un académico, de hecho, abandonó sus estudios de doctorado para dedicarse a sus empresas, es un emprendedor con una mente prodigiosa, es capaz de ver lo invisible y ponerse en acción para alcanzarlo. Se dice que, en algún momento de su vida, Musk le dio tres consejos de emprendimiento a un estudiante de la Universidad de Draper Estados Unidos, el primero de ello es “No lo hagas”, con el cual quiso significar que es emprendedor quien no abandona su proyecto a pesar de que muchas personas le digan que no lo haga.
El segundo consejo fue que hay que someter su idea a los “comentarios críticos” de muchas personas, por duros que sean, es la única forma de conocer qué podría salir mal. Y un tercer consejo estuvo relacionado con que un emprendedor debe estar preparado para hacer todo tipo de tareas, desde diseñar un cohete hasta limpiar la oficina, “…tienes que estar preparado para hacer lo que sea necesario, trabajar a cualquier hora. Ninguna tarea es demasiado baja”
Estos consejos resultan útiles para fortalecer nuestra capacidad emprendedora en estos tiempos de dificultad. Pareciera que los grandes emprendedores se basan en principios simples pero contundentes, que rompen cualquier paradigma, generalmente van contra la corriente y dejan sus estudios académicos para dedicarse a empresas riesgosas, basan sus decisiones más en su visión que en rigurosos estudios de prospectiva y no se dejan afectar por los comentarios de la mayoría, aunque si los escuchan para prevenir posibles fallas.
Tampoco dan importancia los emprendedores reales, a las apariencias y protocolos sociales, para ellos el dinero es menos importante que sus pasiones, son capaces de realizar cualquier oficio, desde tender la cama, hacer el desayuno, limpiar el patio hasta imaginar y diseñar naves espaciales, además se mueven de un negocio a otro sin apegos de ninguna naturaleza. Solamente bajo estas premisas alguien puede decidir que su mayor empresa será llegar a otro planeta e instalar la vida humana, seguramente logrará este propósito en algunos años, algunos lo dudan … bueno tampoco se le creyó cuando dijo que haría vuelos comerciales al espacio y ya sus cápsulas están en operación y a menor costo, por ello pronto se multiplicarán.