Itusco empezó a educar huilenses en espacios prestados y en tres jornadas. En la mañana, en el Instituto Técnico Superior; en la tarde, los estudiantes tomaban clases en el Hotel Atlántico. La jornada nocturna, en la Escuela Central de Varones.
Olmedo Polanco
Se antojó de navegar con nosotros. Imposible decirle que no. Daniel Medina Garzón, clavó el remo en las aguas tranquilas del río Bogotá, detuvo el bote y desde la proa fijó rumbo hacia la ribera menos agreste. Mauricio Botero ayudó a remar hacia destino. Permanecía en estribor, parte lateral derecha del cuerpo flotante construido en fibra de vidrio.
Apenas alcanzamos el puerto natural, definimos la línea imaginaria de crujía con Mauricio Chiquillo e instalamos al pasajero en el lugar exacto que divide simétricamente la embarcación, entre las bandas de estribor y de babor. La idea era evitar a toda costa que el señor rector cayera al agua. En ‘calzas prietas’ nos puso Helmut, el perro de raza doberman que saltó a última hora.
Octavio Arizmendi Posada era el rector de la Universidad de La Sabana y, además, nuestro profesor de la asignatura ‘Pensamiento social contemporáneo’ en el pregrado de Comunicación Social y Periodismo. Tarde soleada de verano del año 1988 sobre el campus, a un costado del Puente del Común en Chía (Cundinamarca).
Conversaciones con el exministro de Estado
Octavio Arizmendi Posada (Yarumal-Antioquia, 29 de julio de 1934 – Medellín, 14 de noviembre de 2004), sabía de mi origen huilense y en varias ocasiones conversamos sobre la Universidad Surcolombiana. Estudió Derecho en la Universidad de Antioquia, se especializó en Administración pública y desarrollo en la Universidad de Harvard, exgobernador de Antioquia y exministro de Educación entre los años 1968 y 1970.
Arizmendi Posada fue invitado por Augusto Paredes Tamayo, gobernador del Huila y presidente del consejo directivo del Instituto Universitario Surcolombiano, Itusco, para que inaugurara, el 21 de marzo de 1970, las actividades docentes en la Facultad de Ciencias de la Educación. También estaba invitado Juan Francisco Villarreal, director del Instituto Colombiano para el Fomento de la Educación Superior -Icfes-, que se encargaría de la apertura del programa de Contaduría.
Las ambiciones del gobierno departamental del Huila propusieron que el presidente de la República, Carlos Lleras Restrepo expusiera la cátedra inaugural de Itusco con sede en Neiva y extensión en Florencia -Caquetá- (institución aprobada por Ley 55 de 1968 y reconocida por el Icfes, mediante Acuerdo 11 de 1970).
El presidente Lleras Restrepo había indicado en el Congreso de la República que las universidades deberían ocuparse del “…estudio directo de los problemas nacionales…” y apoyar en las soluciones. (Talleres gráficos del Banco de la República. Tomo III. El problema universitario. Bogotá, 1969. Págs. 123 a 127). Según el gobierno nacional, había que formar un cuerpo de profesores “…para los cuales la docencia y la investigación constituyan su única o su principal actividad”. En 1968, casi el 50% del profesorado universitario era de tiempo completo. “Ese porcentaje estuvo integrado por 2.769 profesores de las universidades públicas y 558 de las privadas”, indicó Lleras ante el poder legislativo. Con relación a los cupos disponibles en el nivel universitario, en 1969 el gobierno nacional ofreció un total de 29.118 cupos para el primero y segundo semestres. Lo anterior representaba un aumento de 9.853 cupos con relación al año anterior.
No obstante, en su informe ante el Congreso de la República, el presidente Lleras Restrepo llamó la atención sobre la calidad de las prácticas docentes y la necesidad de fortalecer las investigaciones académicas en las instituciones de educación superior. “Hay en ciertos sectores del profesorado tendencia a la burocratización y a la rutina; el trabajo de investigación es, por lo regular, escaso y pobre…”, reclamó el mandatario nacional. Además consideró que “…para algunas ramas de la enseñanza resulta necesario revisar los pénsumes…”. Con relación a los estudiantes universitarios advirtió que “…la deserción del estudiantado es considerable y muchos alumnos llegan a la universidad con una preparación deficiente…”.
La declaración de Algeciras
“Urge la necesidad regional de que el Instituto Universitario Surcolombiano -Itusco-, amplíe su radio de acción hacia las carreras profesionales integrales y a la creación de un organismo (…) que enfrente los problemas de investigación de los recursos naturales de la Amazonia y evalúe las realidades indígenas del área surcolombiana”, redactó Víctor Manuel Cortés Vargas, encargado de las memorias del ‘Primer encuentro liberal surcolombiano’, convocado por el congresista Guillermo Plazas Alcid, con sede en Algeciras y realizado durante los días 4 al 6 de agosto de 1972. Al evento asistieron líderes de Huila, Caquetá, Putumayo y Amazonas. El propósito: “Crear un organismo supra-regional de acción que agrupe las fuerzas vivas del sur colombiano para obtener del Estado un justo tratamiento en la participación que corresponde en la distribución de la riqueza nacional aplicada al desarrollo de nuestra zona…” El texto dejó claro que no buscaba desestabilizar las otras áreas geográficas de la Nación”.
El primer punto de la declaratoria originada en Algeciras, divulgó la “…decisión de constituirse en un sólido frente regional con miras a la integración y al desarrollo del sur colombiano”.
Los imaginarios de futuro en la región
En esta semana conversé con profesoras y profesores que están al frente de las decanaturas en la Universidad Surcolombiana. Les pregunté sobre sus apreciaciones personales con relación al reto más importante que debe asumir la institución de educación superior en el componente formativo durante la próxima década. Les pedí que tuvieran en cuenta las transformaciones que experimenta la sociedad por el influjo de las tecnologías emergentes y los nuevos modelos de aprendizaje y de apropiación del saber.
Dolly Arias Torres es la decana de la Facultad de Salud en la Universidad Surcolombiana. Ha dicho que “La universidad está comprometida en la formación de excelentes personas; sobre todo, sensibles ante todo acto injusto e inequitativo. Profesionales que desarrollen formas de pensar, sentir y actuar acordes al momento actual, bastante complejo por cierto”. La profesora asegura: “Todos los esfuerzos educativos deben concentrarse en formar profesionales de la salud que se desempeñen en áreas particulares del conocimiento y cuiden la vida digna en todas sus manifestaciones”. Con relación a las prácticas científicas apoyadas en tecnologías, dice: “…reconocemos los desarrollos tecnológicos como herramientas para el mejoramiento del bienestar general, y no como instrumentos de segregación, aislamiento y determinismo social”.
Jaime Polanía Perdomo es el decano de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales. “Debemos contextualizar los diseños curriculares de todos los programas académicos de la universidad, para que estén acorde con los desarrollos tecnológicos y las metodologías pedagógicas impactadas por la modernidad”. En cuanto al aspecto de investigación académica, Polanía estima conveniente que este eje misional debe soportarse en modelos económicos precisos, analítica y ciencia de datos”.
“La Facultad de Ingeniería debe poner a tono su apuesta académica con apoyo en las tecnologías emergentes; sobre todo, en la robótica, en la nanotecnología y en los lenguajes contemporáneos con fundamento en las energías limpias”, ha opinado el decano Rómulo Medina Collazos. “Nuestros egresados fortalecerán sus habilidades blandas como la comunicación efectiva, el trabajo en equipo, la resolución de problemas y la adaptabilidad que faciliten su desempeño en entornos complejos y multidisciplinarios”. El profesor Medina resalta la investigación científica como punto de partida en el estudio e interpretación transdisciplinar de los problemas regionales. “Los profesionales de las ingenierías han de intervenir de manera efectiva en los proyectos de desarrollo regional, protegiendo el ambiente natural con responsabilidad social”.
Zulma Yadira Cepeda, decana de la Facultad de Ciencias Sociales y Humanas, propone: “…currículos flexibles y la integración de las tecnologías y las habilidades digitales transversales que permitan el fortalecimiento de las competencias en los profesionales que forme la Universidad Surcolombiana”. La profesora pide no perder de vista la formación del pensamiento crítico/reflexivo, en un mundo más globalizado.

Renglones resaltados
Algunos en la escuela de Periodismo de La Sabana fuimos jóvenes contestatarios. Sin embargo, con el profesor Arizmendi y su pensamiento conservador debatimos sin enconos en el aula y en los espacios comunes del campus universitario. Octavio nos aconsejaba y corregía sin arrogancias intelectuales. Como sabía que pasábamos tardes enteras en el Instituto Caro y Cuervo, en Yerbabuena, nos aconsejó buscar su documento de memorias, escritas en 27 páginas y editado por la Imprenta Patriótica. El texto ‘La transformación educativa nacional’, era su informe presentado ante el Congreso nacional y daba cuenta del periodo comprendido entre septiembre de 1968 y el mismo mes de 1969.
Sobre el remanso del río Bogotá leímos las memorias impresas de Octavio Arizmendi Posada, exministro de Educación Nacional. Resaltamos con marcadores de colores su ideario con relación a la política educativa colombiana, los decretos sobre la reforma del Ministerio de Educación Nacional, y la estructuración del sector educativo en Colombia. En ocho días había debate en el aula.