India, la mayor democracia del mundo, convocó el miércoles a elecciones legislativas a partir del 7 de abril, en las cuales el controvertido dirigente nacionalista hindú Narendra Modi es favorito con un programa de reactivación económica.
Los comicios se llevarán a cabo en nueve etapas, hasta el 12 de mayo, para permitir que los electores pongan sus papeletas en uno de los 930.000 locales de votación del país, desde los contrafuertes del Himalaya hasta el sur tropical, anunció la Comisión Electoral.
El presidente de esta comisión, V. S. Sampath, llamó a los partidos y los candidatos a respetar "los valores de la democracia y de la pluralidad" durante la campaña y a garantizar "discursos políticos que respondan a las más elevadas exigencias".
Estas elecciones parecen resumirse a un duelo entre el partido nacionalista hindú Bharatiya Janata Party (BJP, oposición), dirigido por Modi, y el Partido del Congreso, cuya campaña será organizada por Rahul Gandhi, el bisnieto de Nehru e hijo de la actual presidenta del partido, Sonia Gandhi.
Modi, de 63 años, un exvendedor de té y ministro principal del Estado de Gujarat, cuenta con la vitalidad económica de su Estado y las implantaciones de las empresas extranjeras. General Motors tiene una fábrica en Gujarat, y se espera que Ford siga su ejemplo.
Modi es un personaje polémico y preocupa a los moderados después de que fue sospechoso de incitar a los motines religiosos de 2002 durante los cuales más de 1.000 personas, sobre todo musulmanes, perdieron la vida en Gujarat poco después de su llegada al poder.
Él niega toda responsabilidad en esos motines y no tuvo que comparecer ante la justicia, pero uno de sus ex ministros fue condenado a cadena perpetua por la muerte de 97 musulmanes.
Su rival, Rahul Gandhi, quien según los analistas podría un día ocupar el cargo de primer ministro, es un hombre de 43 años que durante mucho tiempo pareció escapar a su destino político y liderará por primera vez una campaña nacional en nombre del Partido del Congreso.
Sin embargo, Rahul Gandhi no es el candidato oficial del partido al puesto de jefe de gobierno, pues su madre quiso protegerlo de una posible derrota electoral.
Sea cual fuere el ganador de las legislativas -los sondeos de opinión son poco fiables en India-, éste deberá necesariamente formar una coalición con los partidos regionales, ya que desde 1989 ningún partido ha ganado, solo, una mayoría parlamentaria.
Esta característica de la vida política india podría obstaculizar la voluntad de Modi de desarrollar un programa "Hindutva", en conformidad con su corpus hindú nacionalista, en todo el país.
El BJP parece casi seguro de derrotar al Partido del Congreso, en el poder desde hace casi 10 años, que paga los casos de corrupción, su incapacidad para disminuir la pobreza y dinamizar el crecimiento, estancando en menos de 5%, después de años por encima del 8%.
Estados Unidos, que había cortado toda relación después de los motines de 2002, acaba de minar indirectamente el terreno del Partido del Congreso al normalizar sus relaciones con Modi, quien el mes pasado fue recibido por el embajador norteamericano en Nueva Delhi.
Otra organización política, el joven partido anticorrupción Aam Aadmi (partido del hombre común, AAP), tiene grandes ambiciones en estas elecciones, después de haber vencido a la ministra principal de Nueva Delhi, Sheila Dikshit (Partido del Congreso), durante las elecciones locales de diciembre.
El AAP, creado por un ex agente fiscal, Arvind Kejriwal, apuesta por un tema delicado en India, clasificada en el 94º lugar entre 177 países en la lista internacional de 2013 del grado de percepción de la corrupción.